Green to Green ; scarzzie

13°

Scarlett's pov:

Lizzie y Rose se sentaron en el sofá a ver caricaturas mientras yo preparaba el café.

Cosmo estaba dormido en su habitación mientras yo observaba el monitor.

Terminé el café de Elizabeth y la leche de Rosie. Se los lleve y escuché como charlaban sobre nemo.

-Entonces el pececito bebé se pierde y su papi lo busca, es muy triste... - Murmuró Rose. - ¡Pero conocen a Dory!

Elizabeth asintió emocionada.

-¿Es azul, no? - Preguntó y Rose asintió emocionada. - Ya veo, ya veo.

Elizabeth es muy buena con los niños y ni siquiera tiene hijos.

-Me sé una canción de nemo en piano. - Murmuró ella.

-¡¿Tocas piano?! - Preguntó mi hija emocionada. Elizabeth asintió. - ¡Wow! Eso es super cool.

-Ya ves.

-Pero... ¿Qué le pasó a tu mano? - Preguntó acariciando la mano derecha de Elizabeth.

-Tengo artritis, nada que no pueda sanar. - Murmuró Elizabeth.

-¿Puedes sanar la pupa de tu mano? - Insistió mi pequeña entrelazando sus dedos con los de Elizabeth.

-Ajá, puedo. Hago magia. - Murmuró ella.

-¡Anda, que eres bruja! - Gritó emocionada.

Sonreí. No la veía tan emocionada desde la última vez que su padre hizo un truco de magia para ella.

-Así es. - Susurró Elizabeth. - ¿Y te cuento un secreto? - Preguntó.

Rose asintió.

-Algún día te enseñaré como hacer magia. - Murmuró sacando una moneda de detrás de la oreja de Rose.

Dejé de respirar por dos segundos. La moneda es la misma que yo traía de collar.

Es la misma moneda antigua que Colin utilizaba para sus trucos...

Elizabeth movió la moneda para esconderla tras su manga en un movimiento idéntico a Colin.

De pronto frente a mí sólo estaban Colin y Rose. Las tazas cayeron de mis manos y volví a verlas.

-Lo siento, yo... Voy por algo para limpiar. - Dije rápidamente. - Rose no toques eso.

Corrí hasta la cocina y me sentí ahogada. Él se ha ido.

Él no va a volver jamás y yo... Lo extraño, y probablemente lo extrañe toda la vida.

Extrañaré su voz, sus abrazos, sus sonrisas, sus chistes malos y todo el amor que me entragaba a diario. El aire me falta.

Abrí una ventana intentando que más oxígeno ingresará en la cocina.

-¿Estás bien? - Preguntó Elizabeth e intenté disimular asintiendo.

Las lágrimas llenaron mis ojos, ella se acercó hasta mí.

-Scarlett, ¿estás bien? - Insistió. - Tranquila, he botado los trozos de la taza rota, Rose está mirando los dibujitos, no te preocupes...

Suspiré y asentí lentamente. Sequé las lágrimas con el dorso de mi mano. Elizabeth me abrazó rápidamente y pegué mi cabeza a su pecho.

Es muy alta.

-Lo lamento, tú... Estabas teniendo un mal día y yo... Sólo te estoy amargando más con mis lágrimas y... Joder, lo lamento. - Susurré.

-Hey, hey... Yo... Lo dijiste bien. Estaba teniendo un mal día, tiempo pasado. - Murmuró. - Ahora estoy bien, porque tu hogar es... Tiene una vibra increíble y tu hospitalidad, tu hija... Todo aquí es genial, ¿bien? - Sonrió feliz.