39° [FINAL]

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Elizabeth's pov:

-La boda fue impecable. La playa fue un gran sitio para casarse. - Comentó mi suegro con una sonrisa. - Y su jardín como fiesta, increíble.

-Tuvimos al mejor pianista de la familia para todo, mínimo que fuese impecable. - Dije con una sonrisa.

Mi suegro se sonrojó y me abrazó feliz. Melanie por su parte no dejaba de juguetear con Wanda. La castaña de ojos azules, que extrañamente sacó de sus abuelos Olsen, estaba comiendo un poco de su comida.

-Wanda, cariño. Deja de jugar con el centro de mesa o mamá se molestará conmigo. - Gruñí levemente.

Melanie continuó alimentando a la pequeña mientras yo buscaba de forma panorámica a mi esposa. Ella se encontraba bailando con Cosmo y Rose, mis pequeños niños estaban combinando trajes con nosotras.

De fondo comenzó a sonar like I can de Sam Smith, esa fue la primera canción que bailamos. Ella de inmediato comenzó a buscarme y yo caminé hasta ella.

Se acercó a mí y pasó sus manos por mi cuello de inmediato.

-Como la primera vez... - Susurré. - Cuando me enamoré de ti. - Sonreí.

-Que mentirosa eres, en aquél momento llevabamos un par de días de conocernos. - Dijo ella pegandose a mi pecho.

-Un par de días es suficiente para enamorarse de ti, Scar.

La giré un par de veces y ella se pegó a mis labios en cuanto regresó a mi pecho.

-Wanda no deja de destruir cada centro de mesa que ve, creo que no le gusta el color rojo. - Sonreí.

-Es algo selectiva, tal y como mamá Lizzie. - Murmuró Scar separándose de mí. - Cosmo dice que estaba muy emocionado por la fiesta de la boda.

-¿Sólo la fiesta? - Pregunté sonriente.

-Sí, él quería bailar.

Observé a lo lejos al pequeño bailando con Ashley, desarrolló un pequeño enamoramiento en ella, y ahora no deja de repetir que quiere casarse con ella. Le regaló un anillo que vino en su casa de cereales y Ashley lo lleva en el cuello. Es tierno.

Rose ama a su hermanita, nada la hace más feliz que tener a la pequeña Wanda. Wanda tiene sólo nueve meses, pero es bastante consentida... ¡En exceso!

Hace dos años, casi tres, no me habría imaginado viviendo ésto en algún punto. Estaba tan ensimismada en el piano, en mi propio egoísmo, mi matrimonio estaba yéndose por un tubo, y yo simplemente parecía no notarlo... Luego de perder a Aubrey; a quien visito el primer domingo de cada mes, me sentí ahogada, culpable y estancada en algo de lo que jamás podría huir.

Sentía culpa por amar a Scarlett con locura, pero... ¿Cómo no amarla? Ella fue mi suerte, mi voluntad y todo aquél positivismo que necesitaba y no podía tener ni encontrar en la vida.

De pronto me vi siendo mimada por aquella chica seis años menor, madre de familia y con distintos intereses a los míos... Ella me amaba con tanta locura que yo no siquiera podía entenderlo, a día de hoy me sigue pareciendo ridículo. Pero es una ridiculez que disfruto...

Ella es tan sencilla y yo soy tan... 'de las tiendas caras del centro' como solía decirme.

Scarlett es todo lo que necesitaba en mi vida, ella lo sabe, yo lo sé...

-Te amo - Dije rápidamente. - Y agradezco que no te rindieras conmigo. Eres el amor de mi vida.

Scarlett me observó en silencio antes de unir nuestros labios de forma lenta y suave, siguiendo la canción romántica de fondo.

Mis mejores amigos vitoreaban de fondo felices de que al fin yo consiguiera el amor del que ellos tanto se jactaban en nuestras cenas en conjunto. Amor que creí que Aubrey y yo teníamos, cuando realmente no estábamos hechas la una para la otra y eso está bien...

Scarlett Johansson está hecha para mí, fue hecha para mí... Aquí y ahora... También para siempre...

-También te amo, mi amor. No importa que vayas a las tiendaa caras del centro... - Susurró burlona.

-Deja de molestarme por eso. - Gruñí tomando su cintura. - Debemos ir pensando que canción tocaremos para la inauguración de la academia Jost Plaza.

-Tengo una en mente. - Murmuró ella. - Y papá está emocionado por comenzar sus clases de piano con los alumnos de superior.

Todo está saliendo como debió salir, todo es como debía ser. Después de todo encontré un camino y Scarlett me llevo hasta eso.

-Me salvaste la vida. - Murmuré.

Ella sonrió nerviosa.

-Tú me salvaste a mí.

-Tus ojos son los ojos más lindos que he visto. Jamás podría olvidarme de ese color verde... Prometo recordarlo en mi siguiente vida.

-Mejor... Promete que me buscarás, Elizabeth.

La observé fijamente y un escalofrío me recorrió.

-Prometo que te buscaré. Siempre que pueda te buscaré.

Unimos nuestros labios mientras comenzábamos a danzar nuevamente. Enamoradas.

Enamorada de nuestros ojos vedes, un verde para otro verde.

Nota de autor:

La niña de la foto es Wanda ª.

-Codex.


Green to Green ; scarzzie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora