Si tú quieres ir a 1000 yo estoy en 999...

Prólogo

— ¿Estás seguro de esto Kaminari? — Kirishima abrumado, miraba al contrario teclear frente al ordenador en una página de citas.

— ¡Más que seguro! — Exclamó. — Ya tuvimos suficiente de la rubia explosiva, estoy harto que venga y se desquite con nosotros, no es nuestra culpa que su novia lo haya botado por el traidor de Natsuo y no pueda ir a descargar su banco de semen — Denki decidido, terminó por completar el formulario.

Ya habían pasado casi 4 semanas, que a su amigo Bakugou Katsuki, la novia le terminó, 24 días en los que se ha encargado de utilizarlos como costales de box, añadiendo su horrible temperamento que día con día ha ido aumentando, Kirishima ha sido muy paciente, pensando que tal vez es la forma en la que está enfrentando su duelo, sin embargo Kaminari cree que está así porque no puede ir a enterrar al pequeño Kats en la cueva de su ahora ex novia.

— Listo quedó terminado — Denki miraba orgulloso como había logrado que el perfil del demonio quedará perfecto para los fines que quería, meter su polla en un agujero.

— Kamibro... — miró con duda lo que Denki había puesto. — Bakugou nos va matar cuando vea lo que hicimos— mencionó con un nudo en la garganta.

— No me interesa, si ese mal nacido necesita donde verter su semen, aquí lo encontrará, no le vamos a preguntar, hoy será el último día que nos agarre como sus desquita hormonas calientes — Kaminari más decidido a no seguir soportando el temperamento del mariscal, escribió el número de teléfono de Bakugou y dio clic a Confirmar.

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¡Felicidades, su perfil ha sido creado! Por favor descargue la aplicación en el siguiente link, ponga el código escrito al final de este mensaje y aventúrese a conocer personas alrededor del mundo que buscan el amor o algo más...

— ¡Pero qué mierda es esto! — lo que le sigue de enojado, un rubio cenizo salió casi disparado de los baños de la academia, buscando a quienes sabía eran los culpables del mensaje que había recibido.

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— ¿Ese fue Bakugou, cierto? — cuestionó Denki con miedo.

— Iré redactando mi testamento — contestó Kirishima mientras sacaba una libreta de su portafolio.