Capítulo 1. Hace mucho tiempo que quiero decirte algo y no puedo...

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— Y por eso estoy renqueando — sentadas sobre el piso arrinconadas en una esquina dentro del aula, Mina les estaba restregando en la cara a Uraraka, Kendo, Tsuyu e Izuku, como por hacer el jacko challenge con su pareja en turno, sus piernas no aguantaron más y sin querer resbaló doblando su tobillo, provocando así el tener que estar cojeando con su pie izquierdo.

— Bueno, yo igual tuve un fin de semana con mi novio, o sea un dildo de 20 cm, pero fue una sesión normal — Kendo hablaba con susto, imaginando cómo es que a Mina se le ocurrió realizar tremenda tontería.

Las 4 chicas comenzaron a narrar cómo había sido el fin de semana con sus parejas, Uraraka contó que la pasó muy bien con Momo, ahora sí se atrevieron a utilizar un arnés, Tsuyu, que en cuanto cumplió sus 18, una vez más fue a la casa de su profesor mintiendo a sus padres que iba a ir a una pijamada con sus amigas.

Y ahí estaba Izuku simplemente siendo un observador y escuchando, con un sonrojo que abarcaba desde sus mejillas a sus orejas.

— ¡No es justo! ustedes cada fin de semana la pasan bien y yo me la paso encerrado viendo series en mi dormitorio — el peliverde hacía pucheros, recordando como desde que entró a la academia, sábados y domingos la pasaba como ermitaño, aunque no era diferente a su vida en la escuela media, sin embargo, pensó que cuando entrara a la academia eso cambiaría, fiestas, alcohol, sustancias de extraña procedencia y porque no, dejar de ser virgen.

Por eso mismo había decidido entrar a la Academia U.A. con una beca, por las maravillas que escuchó, una parte por el prestigio y las oportunidades de entrar a una buena universidad, pero también por lo que pasaba detrás de bambalinas.

Por primera vez en su vida tenía amigas y formó una bella amistad con ellas, nunca antes se había sentido con tanta confianza el hablar sobre sus preferencias sexuales, porque si, era cien por ciento gay, al principio tenía miedo por una mala experiencia que vivió en el pasado, pero cuando Uraraka confesó que le gustaban las chicas, se armó de valor para decirles que en frutas el prefería el pepino sobre la papaya, haciéndolas reír por el "inocente" comentario y dándole su completo apoyo.

— Izuku, eso es porque sigues siendo un penoso que no habla con nadie más que con nosotras — decía Mina rodando los ojos.

— Es cierto, no hablas ni con los chicos de aquí — añadió Tsuyu con un dedo en su mentón.

— Es que me da miedo hablar, además ya saben porque no me arrimo a los chicos — mencionaba cabizbajo.

— Está bien sentir miedo Izu, yo también estaba asustada la primera vez que hablé con una chica con la que no quería tener solo una amistad y mira llevo 2 hermosos años con ella — Uraraka tomaba de la mano al pecoso haciendo que levantara su rostro.

— Pero — interrumpió Kendo. — Quieres simplemente dejar de ser virgen o buscas una relación seria — añadió.

Izuku se quedó pensando cruzando los brazos, realmente quería una relación seria, pero sus malditas hormonas también le pedían un trozo de carne, sus dedos ya no eran suficiente, quería más y no tenía la suficiente confianza como para usar un dildo ¿y si se le termina atorando?

— Quiero ambas, pero por ahora un pene en mi trasero sería más que suficiente — susurró bajo con un sonrojo en su rostro, porque por dios, estaba ya en su último año de la academia, 18 años y nada de lo que había imaginado que pasaría aún pasaba, necesitaba urgentemente una polla real donde brincar o se volvería loco, al menos dejar de ser virgen para tacharlo de la lista.

— Entonces tengo la solución perfecta, por suerte ya eres mayor de edad — respondió Kendo con una sonrisa en su rostro.

Sin embargo antes de que Kendo dijera cual era su plan para que Izuku dejara de ser virgen, escucharon la puerta del salón abrirse, así que les mencionó que en el almuerzo les diría que es lo que tenía en mente.

Si tú quieres ir a 1000 yo estoy en 999...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora