Single track B: Construyendo Viatrix

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⚠️ Mención de una enfermedad crónica. Se recomienda discreción. ⚠️

Viatrix | Vortex stellaris


Cuando la brisa de la costa chocó contra su rostro y sus pies se sumergieron lentamente en la arena húmeda, Lumine creyó, por un momento, que todos los pensamientos que estrujaban su corazón desaparecerían si pudiera mirar el mar por el tiempo le quedaba de vida.

Sin embargo, la paz que obtenía al admirar el azul del agua uniéndose al azul del cielo era únicamente porque las nubes no le permitían ver las estrellas. Y si las nubes cubrían los astros, entonces era incapaz de ver cuan lejos se hallaba Viator de su corazón. Negar que alguna vez perteneció a esa preciosa constelación le brindaba una paz que nunca admitiría.

Tomó una respiración profunda, cerró los ojos y se obligó a sí misma a volver a su presente. Era sencillo perderse en la belleza de Mar de Nubes, lo difícil era encontrar el ancla que la devolviera a la tierra. Afortunadamente, había alguien que ya no parecía encandilarse por el brillo de la espuma al sol de media tarde y se atrevió a tomar su hombro con tanta delicadeza que Lumine apenas se sintió despertar del sueño.

Xiao la miró con el mismo estoicismo de siempre, contrastando con la suavidad en su toque. Lumine reparó en su presencia y esbozó una sonrisa. Le habría gustado quedarse un poco más.

—¿Nos vamos? —saludó con el mismo tono arisco de aquel viernes pasado por la mañana.

—No te vi llegar —se justificó ella, aligerando el paso cuando notó que Xiao se había adelantado por unos metros.

—Eso es evidente. ¿Esperaste mucho?

—Para nada —tampoco es que pudiera recordar cuánto tiempo se quedó parada en la arena. Asumió que no fueron más de diez minutos —Viniste rápido. ¿Vives en la costa? —quiso saber, evidenciando su interés por averiguar más del chico y anticipando una respuesta evasiva.

—En realidad, no —comenzó. Por un momento, Lumine creyó que obtendría la dirección del azabache —. Pero si escogía un punto medio que no conoces, estaba la posibilidad de que te perdieras y buscarte sería un dolor de cabeza.

La rubia sonrió. El gesto no fue devuelto.

—Que dulce manera de decir que te preocupas por mí.

—Alucinas —negó rodando los ojos y evitando ver la mirada traviesa de la rubia.

Cuando arribaron la residencia Mao, la lluvia ya comenzaba a empapar las calles de la ciudad. Lumine se apresuró en abrir la puerta principal antes de que la lluvia alcanzara sus ropas y guío a Xiao por las escaleras hasta dar con el pasillo que llevaba a su cuarto. La chica pareció recordar algo, por lo que se giró al azabache aun sujetando el pomo de la puerta.

—Debo advertirte que mi compañera es algo... Especial —empezó. Xiao levantó una ceja —Llegará en cualquier instante, así que procuremos concentrarnos en esto.

—Keqing dijo que no nos molestaría en toda la tarde, así que puedes estar tranquila —contestó sin interés. Muy por el contrario, Lumine no pudo ocultar su asombro.

—¿Conoces a Keqing? —la pregunta salió de sus labios antes de que ella misma se diera cuenta.

—Sí, desde que éramos niños —se encogió de hombros —¿Me dejas pasar?

La rubia finalmente abrió la puerta de la habitación y se apartó para dejar entrar al chico.

—¿Quién lo diría? —quiso murmurar para sí misma, pero la contra-pregunta llegó un instante después.

I destroyed our constellation | Genshin Impact AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora