Octava estrella: Martirio

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Dejame en paz, voy a golpearte —Lumine reía sin parar mientras Aether le picaba las costillas —¡Ther ya basta, me voy a hacer pipí!

¡Prométemelo, Lumi!

¡Te lo prometo, te lo prometo! ¡Ya déjame, baboso! ¡Me duele!

Aether obedeció y ambos cayeron rendidos sobre la cama entre risas. Cuando Lumine recuperó el aliento, acarició el cabello de su hermano con dulzura y atenta al repentino silencio del cuarto.

—¿No vas a preguntar que te hice prometer? —él fue el primero en hablar.

Uhm, seguramente me vas a obligar a subir un mukbang ridículo a TikTok o algo así.

—No —su tono de voz cambió por completo. Lumine apartó la mano del rubio cabello y esperó una respuesta —Prometiste que pase lo que pase, estarás conmigo.

Eso es un desperdicio de mi promesa, por supuesto que me quedaré contigo —pero el rostro de Aether expresaba su seriedad al respecto Ther...

No lo sé, por eso te hice jurármelo —se incorporó en la cama, dándole la espalda a Lumine.

¿Estás asustado por lo que puedan decirte mañana? —ella se sentó a su lado, apretando el hombro de Aether en busca de reconfortarlo —Yo creo que estarás bien, solo necesitarás descansar un par de días y estarás como nuevo. No será tan malo.

Sólo quiero cantar, Lumine —el ámbar de sus ojos brilló, a punto de desbordar lágrimas —. Por el resto de mi vida.

¡Y lo harás! No te preocupes —animó la contraria, pero nada fue suficiente para robarle una sonrisa a su hermano —Ahora, descansa. Puedes quedarte aquí si quieres.

Creí que ya no tenías diez años —quiso burlarse.

Pero parece que tú sí, así que cállate y duérmete —Aether río, pero obedeció de cualquier forma.

Cuando Lumine apagó las luces de su habitación y volvió a la cama, Aether la abrazó como si se le fuera a ir la vida en ello. Lumine se quejó por el apretón y su hermano relajó los brazos para no lastimarla. Luego se quedaron en silencio, aún abrazados y escuchando los latidos parsimoniosos del otro. Sus corazones estaban más unidos que nunca.

¿Recuerdas la canción de cuna que cantaba mamá? —preguntó cuando el silencio fue tan profundo como la oscuridad.

Obvio, ¿Por qué?

¿Puedes cantarla para mí, Lumine?

Ella sonrió y comenzó a entonarla suavemente. Lágrimas pronto escaparon de los dulces orbes ámbar de Aether mientras escuchaba la voz de su fallecida madre en la de su hermana, pero aún así se atrevió a armonizar con ella.

Aether, que esa noche no fue la voz principal de una melancólica canción, se dio cuenta que su bella hermana siempre y para toda la vida sería la única luz en medio de la oscuridad que provocaba una vida sin el sol.

Aether, que esa noche no fue la voz principal de una melancólica canción, se dio cuenta que su bella hermana siempre y para toda la vida sería la única luz en medio de la oscuridad que provocaba una vida sin el sol

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I destroyed our constellation | Genshin Impact AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora