Capítulo 29

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Después de una decena de preparativos a las corridas, la Comandante Hange, el Capitán Levi, Jean, Connie, Mikasa, Armin y yo estábamos a bordo del dirigible que habíamos robado de Marley. 

-¿Estás segura que podés volar esto cuatro ojos? 

Dijo Levi mirando a Hange tocar todos los controles, y pilotear el dirigible a los tumbos. Su expresión era de pánico total, a diferencia de Hange que parecía estarse divirtiendo.

-Si, tranquilo, observé muy bien a los ingenieros de Marley, ya sabes, no necesito mucha práctica mis las cosas me salen rápido.

-Si.... ya me imagino- espetó Levi mirando hacia el exterior sin un ápice de confianza en ella. 

Mientras tanto, el resto nos encontrábamos en la cubierta de carga. La misma que nos había sacado de Liberio. La misma que todavía tenía restos amarillentos de sangre que no habían logrado sacar a la perfección de la noche que perdí a mi mejor amiga. Me senté en el suelo y pasé las yemas de mis dedos por la madera. Las lágrimas se acumularon enseguida sobre mis ojos.

-Ey... no sabés- dije mirando fijamente hacia donde alguna vez había estado el cadáver de Sasha- cuando volvimos de Liberio me di cuenta que estaba embarazada. Estoy segura que te hubieses puesto muy feliz. Me hubiese encantado saberlo antes para darte la noticia personalmente. Pero bueno... a veces la vida nos hace cosas inesperadas. Te extraño un montón... 

Sentí como alguien se arrodillaba a mi lado y colocaba su mano en mi hombro. Alcé la vista nublada por las lágrimas, y me encontré con el rostro de Mikasa que me miraba con una sonrisa de pena. 

-¿La extrañás mucho no?

-Si... no puedo evitar pensar que... si yo no hubiera... 

Pero Miaksa negó con la cabeza interrumpiéndome la frase. 

-Nada. Los sucesos no tienen culpables. A veces las cosas pasan porque nadie tiene el control de lo que nos rodea. No te culpes de lo que le pasó a Sasha, no fuiste vos, no fue Eren, fueron ellos, fue el mundo.... el mundo es un lugar cruel, Olivia. Y las cosas que nos rodean son crueles. Pero a veces... también pueden ser maravillosas.

Esto último lo dijo tomándome de la pera y obligándome a levantar la mirada. Luego puso su mano en mi vientre.

-Maravillosas- repitió con una sonrisa.

Asentí con la cabeza y la envolví en un abrazo. Mikasa tenía razón, no podía sentarme toda la vida a buscar culpables de las cosas que nos sucedían. El mundo es un sitio cruel, pero también nos regala cosas lindas, amigos, amores, buenas noticias... debía dejar de atacarme a mi misma por las cosas que no puedo controlar.

-Gracias... - le dije limpiándome las lágrimas con el dorso de mi mano. Ella me sonrió y asintió con la cabeza. Un grito proveniente de Connie  nos distrajo a todos.

-¡Miren!- dijo señalando hacia el exterior por una de las ventanas del dirigible - ¡Allá! ¿Qué es eso?

Todos corrimos hacia las ventanas y nos agolpamos para ver. El cielo estaba cubierto por un rastro de humo proveniente de los miles de titanes avanzando en dirección al continente. Nos encontrábamos sobrevolando el agua, pero ellos parecían avanzar sin ningún problema.

-Son enormes... - exclamó Armin abriendo los ojos con sorpresa.

Adelante de la primera línea de titanes, había una figura extraña guiándolos. Pero no se parecía en nada a un titán, por el contrario, parecía un enorme esqueleto cuadrúpedo con una pequeña cabeza al final de un largo cuello de huesos.

-Que demonios... es eso... - exclamó Jean

-Es.... ¿Eren?- dije confundida- pero.. ese no parece su titán parece... un monstruo

-¿Qué no era monstruo antes? - espetó Jean con desprecio.

-No vamos a poder descender en el agua- la voz de Levi nos sacó de las contemplaciones. Estaba parado en la entrada a la cabina de vuelo y nos observaba de brazos cruzados- la única opción es... esperar a que la comitiva de titanes toque tierra.

-Pero Capitán, si esperamos a que toque tierra... la gente de Marley... - comenzó a decir Mikasa.

-No tenemos otra opción. No podremos descender sobre el nivel del mar, es peligroso, el dirigible podría perder el control, no podríamos utilizar el equipo de maniobras, son demasiados riesgos y ninguno aquí sabe muy bien como proceder. Además... ¿Ya decidieron quien va a matar a Eren si no decide detener esto?

Todos nos miramos nuevamente. Aquello era algo de lo que nadie quería hablar. Jean avanzó al frente.

-Lo haré yo, Capitán. Si Eren no se detiene.... yo seré quien lo haga- dijo con firmeza.

Levi asintió con la cabeza y volvió a ingresar a la cabina cerrando la puerta detrás de si. Yo miré a Jean impávida. Podía sentir la tensión en el aire.

-Jean... - empecé

-No Olivia- me dijo mirándome con firmeza- yo sé que tu deseo es que Eren razone y que se detenga. Pero también existe la posibilidad de que no eso no suceda y alguien va a tener que actuar en caso de que así sea. Y yo estoy dispuesto a hacerlo, no voy a titubear si eso significa salvar a todos. 

Me quedé en silencio. Lo cierto es que no podía contradecirlo, cada una de sus palabras era cierta, que yo no quisiera aceptarlo, no convertía mi deseo en una realidad. Asentí con la cabeza y me quedé cabizbaja. 

-Deberías sentarte un rato - me dijo Mikasa invitándome a tomar asiento en uno de los sillines debajo de las ventanas- hay que guardar las energías.

-¿Por qué todos tratan a Olivia como si estuviera enferma? - dijo de repente Connie mirándome confundido - ¿Acaso estás enferma?

- ¿Qué no sabías?- lo retó Jean con el ceño fruncido.

-¿Qué cosa? Olivia... no me digas que tenés una enfermedad terminal- dijo con una enorme preocupación en el rostro. Todos reímos levemente por lo bajo. 

-No, no tengo una enfermedad terminal- dije riendo divertida ante la pregunta.

-Tarado, está embarazada- agregó Jean dándole un coscorrón en la nuca.

-¿Eh? ¿Pero cómo? ¿En este momento se te ocurrió encargarle un bebé a la cigüeña?

Todos nos miramos confundidos, y fue inevitable estallar en una carcajada.

-Sabía que eras tonto, jamás imaginé que tanto- dijo Jean entre risas - ¿Enserio creés que...? ¿Connie no sabés como se hacen los bebés?

-Claro que se- dijo visiblemente humillado y con las mejillas coloradas- cuando querés un hijo le escribís una carta a la cigüeña y se la mandás. Eso me dijo mi mamá... 

Las risas ahora eran generalizadas. Hacía rato que no me distraía con algo divertido como todo esto. 

- Si serás estúpido- dijo Jean doblado de risa- así no se hacen los bebés, para hacer un bebé... tenés que... un hombre y una mujer, tienen que... ya sabés...

-Tener relaciones sexuales- dijo Mikasa seriamente pero con una sonrisa entretenida en el rostro- si no sabés que son... podemos tener esta conversación en otra oportunidad.

-Si se que son- dijo rojo como un tomate- Osea que... Olivia vos y... ¿Eren? Veo que el tiempo a solas en Liberio no lo anduvieron desperdiciando.

Ahora la colorada era yo.

-Ya, ya... - dije riendo avergonzada por la situación. Miré a Mikasa de reojo y ella solo apartó levemente la mirada pero con una pequeña sonrisa. 

-Los titanes tocaron tierra. Es momento de desembarcar. 

La voz de Levi nos bajó de un hondazo a la realidad. Las risas cesaron de golpe y los rostros volvieron a su estado de preocupación habitual. Era hora de ponerse en marcha. 

Una última vez (Eren Jaegar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora