Capítulo 20

540 42 6
                                    

No daba crédito a mis ojos. A pesar de la oscuridad que nos rodeaba, era Eren, no cabía la menor duda. Llevaba el pelo suelto y largo, ya le pasaba de los hombros. También se había dejado crecer la barba, aunque no era tan tupida como la de Zeke.

-¿No me vas a saludar? Hice un largo viaje para verte- me dijo sonriendo. El fósforo que sostenía entre los dedos se extinguió, y esta vez fue Zeke quien encendió otro. 

Corrí hacia Eren y lo abracé fuertemente. Él me correspondió entrelazando sus brazos alrededor de mi cuerpo y sosteniéndome fuertemente contra su pecho. Luego me separó, me miró con una sonrisa, y me besó.

-Me encantaría dejarles una habitación en este momento pero me temo que no es prudente. Eren, tenemos que irnos de acá. Seguimos estando demasiado cerca.

Eren asintió con la cabeza y me tomó de la mano.

-Tenemos que irnos, cuando estemos en un lugar seguro, te lo voy a contar todo- me dijo mirándome a los ojos y acariciándome la mejilla levemente. 

Yo asentí completamente confundida. Nos dirigimos hacia la parte de atrás de la tienda y salimos por una portezuela de madera que tenía el tamaño de un niño. Una vez fuera, Zeke tomó la delantera y nos condujo por unos callejones bastante desolados hasta llegar a lo que parecía una calle sin salida.

-Descubrí este lugar hace unos años, cuando todavía era un adolescente - dijo corriendo lo que parecía una pila de cajones de madera viejos y abandonados. Atrás, había una pequeña puerta con llave. Llevó su mano al bolsillo y sacó una llave dorada- solían guardar artículos de contrabando en éste sótano, me hice muy amigo de uno de los que cuidaban el lugar, y acabó de cederme la llave cuando todos sus compañeros fueron capturados. Este sitio está sin uso desde entonces, y creo que ni los marleyenses saben de su existencia. Vamos, entren.

Bajamos por unas escaleras de piedra hacia una terrible oscuridad. Eren no me soltó la mano en ningún momento, y yo lo agradecí. De repente, se hizo la luz. Zeke había encendido una lámpara de aceite y la colgó en un poste. La luz inundó el lugar que parecía haber sido acondicionado para albergar a dos personas, justo como nosotros. Había una cama, una mesa, algunas alacenas y en un rincón, dividido por una cortina, lo que sería el baño.

-Perdonen por eso, pero este lugar no tiene baño propiamente dicho, es solo un depósito. De todas formas no van a quedarse mucho. Eren, tengo en camino lo que hablamos, cuando tengan las identificaciones van a poder salir de acá.

-¿Identificaciones? - pregunté confundida.

-Bueno, creo que van a tener mucho para ponerse al día. Va a ser mejor que me vaya. Voy a venir seguido, a traerles comida y lo que necesiten. Estimo que serán un par de días, por favor no salgan al exterior. 

Con estas palabras, Zeke se marchó dejándonos solos. Yo miré a Eren y no pude contener la sonrisa.

-Eren... ¿Por qué viniste a buscarme? Ahora estás en peligro. Reiner y Berthold... ellos te tendieron una trampa y Zeke... 

-Shhh. Tranquila, todo está bajo control. Siempre lo supe, ellos planeaban que yo viniera acá para capturarme, pero no saben que yo ya tenía planeado venir hace mucho tiempo. Solo que, no pensaba venir acompañado- musitó sonriéndome y acariciando mi mejilla. Me sonrojé.

-Todo esto... no entiendo nada ¿Zeke es tu hermano? ¿Se conocían? Con razón su rostro me sonaba tan familiar... Que confuso es todo esto.

Eren se rio y se dirigió a la mesa para tomar asiento en una de las sillas.

-Vení, creo que después de esto, merecés saberlo todo. Si, Zeke es mi medio hermano. Me enteré solo hace unos años, dos, tal vez, cuando aún estaba en las tropas estacionarias. Zeke se infiltró en la isla, se hizo pasar por un ciudadano común para hacer contacto conmigo. Al principio no le creí, pero fue cuestión de hablar sobre nuestro padre, y de vernos al espejo básicamente. 
>>Mi padre, Grisha Jaeger, nuestro padre, él no era de Paradis. Resultó tener una vida fuera de la isla muchos años antes de mi existencia. Zeke me mostró libros, fotografías, incluso un diario donde mi padre escribía sus memorias, estaba todo ahí. Seguramente Zeke te contó la historia de los eldianos y Marley, pero tenés que saber que hay más de lo que te dijo.
>>Hace 1820 años, Eldia comenzó como una pequeña tribu cuyos propósitos eran meramente bélicos. Atacaban pueblos, saqueaban otras tribus y tomaban a sus habitantes como esclavos. Una de esas esclavas fue Ymir, una niña. Por alguna razón, Ymir entró en contacto con la materia pura de la tierra, y conoció el origen de los seres vivos, obteniendo así el poder de los titanes por accidente. Al notar esto, el antiguo líder Fritz comenzó a utilizar los poderes de Ymir para hacer de Eldia una nación próspera. Construyó caminos, puentes, torres, cultivó las tierras y demás, pero no se quedó ahí. Usó a Ymir como un arma de destrucción, atacando a las otras naciones, incluyendo a Marley, su mayor enemigo. 
>>Con el tiempo Fritz hizo de Ymir su concubina, y tuvo tres hijas con ella. De esa descendencia, venimos todos nosotros, los eldianos, la "gente de Ymir". Pero trece años después de concebir a sus hijas, Ymir muere. Entonces el rey Fritz obliga a sus hijas a comerse los restos de su madre para heredar sus poderes, que quedaron divididos en tres y, posteriormente, en nueve descendientes. Luego se inicia la guerra con las naciones y lo que Zeke te contó acerca de Marley robando los siete  titanes y el Rey Fritz huyendo a la isla.

-Vaya... estoy mas confundida que antes. Hay algo que Zeke nunca me dijo, y es qué tenés que ver vos con todo esto....

-Bueno, mi padre no era de Paradis, como te conté, él era de acá. Aprendió la verdad acerca de Eldia y se embarcó en la misión de liberar a los eldianos de la represión de Marley. Descubrió que era Marley quien estaba creando titanes puros con los prisioneros eldianos y enviándolos a la isla mediante un suero. Se las arregló para robar ese suero e inmiscuirse como polizón en uno de los barcos con destino a Paradis. Allí logró entrar en contacto con la familia real, y... les robó el poder del titán fundador.

-¿Cómo robás un titán?

-Bueno... de la misma forma que hicieron las hijas de Ymir. Comiéndote a la persona que lo porta.

Debo haber mirado a Eren con demasiada sorpresa, porque se sonrió con un dejo de tristeza y movió la cabeza de un lado a otro.

-Si, mi padre devoró a la hija del rey y robó el poder del titán fundador. Luego... yo fui concebido y se me encomendó una importante misión. Derrotar a Marley y a todos aquellos que amenacen la seguridad de Paradis y liberar a nuestros compatriotas de un destino injusto. No tenemos por qué pagar por algo que ocurrió hace miles de años.

Sus ojos cambiaron su brillo. Ahora parecían centellear con odio, frustración, pero sobre todo, mucha ira. 

-Eren.... ¿Cómo obtuviste tu titán?

Él clavó sus ojos en mí y me causó escalofríos. Tenía esa misma mirada asesina que le había visto aquella tarde en la biblioteca cuando nos quedamos solos. Se me erizó la piel.

-Tuve que devorar a mi padre.

Me quedé en silencio. Todo aquello era demasiado para procesar en un solo día. No estaba segura de poder seguir almacenando más información. 

-Yo... lo siento mucho- solo pude decir.

-No importa. Era algo que tenía que hacer. Gracias a eso heredé el poder del titán fundador, y no solo eso, sino las memorias de sus anteriores portadores. Finalmente conozco la verdad, y voy a actuar al respecto. Todos y cada uno de ellos van a pagar muy caro lo que hicieron. Muy caro...

-¿Qué piensan hacer?¿Eren...?

Ahora estaba asustada, era como si estuviese hablando con dos personas diferentes. Una era amorosa y parecía preocuparse por mi, y otra era un monstruo sediento de sangre cuyos ojos centelleaban de furia. Se giró y me miró fijamente.

-Vamos a matarlos a todos.


Una última vez (Eren Jaegar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora