Una última vez (Eren Jaegar)

Capítulo 31

El cuerpo de Zeke había emergido de la nada de una de las costillas de aquella estructura y ahora me sujetaba fuertemente del tobillo.

-Perdón Olivia, no puedo dejarte seguir- me dijo apretando con fuerza- no podés cambiar el destino... el retumbar es una realidad, no hay nadie que pueda detenerlo.

-Dejame ir Zeke, ya basta, por favor.

-No, y así tenga que hacerte daño no voy a dejar que interfieras. Vengo planeando esto hace años, incluso antes que Eren, no vas a arruinarme los planes, ni vos, ni nadie, finalmente nosotros...

-Lamento discrepar - la voz de Levi interrumpió el monólogo de Zeke.

Pasó tan rápido que casi no lo noté. La espada del capitán ahora estaba cubierta de sangre, y lo que alguna vez fue el medio torso de Zeke ahora era un tronco pelado... sin cabeza. Ahogué un grito de horror.

-Perdón por interrumpir la conversación pero no estoy dispuesto a perder tiempo charlando con traidores y asesinos. O lo hacés vos o lo hago yo, Olivia.

El ultimátum de Levi fue claro. Asentí horrorizada por la escena, a pesar de todo esto Zeke no había sido jamás malo conmigo y me sentí afectada por su muerte. Pero el Capitán tenía razón, no había tiempo para perder, era el futuro de la humanidad lo que estaba en juego.

Me solté del agarre de la ahora inerte mano de Zeke y corrí hacia la enorme cabeza. No estaba segura de como proceder , pero estimé que funcionaría como cualquier otro titán. Tenía que rebanarle la nuca, solo que... esta cosa no tenía nuca para rebanar.

-¡Olivia! - gritó Armin corriendo hacia mi- ¡Tenés que entrar! ¡El núcleo va a estar en el interior!

Asentí con la cabeza y me abrí paso por la estructura del cráneo como pude. Me sorprendió no encontrar resistencia, pero creo que Eren sabía que lo haría. "Es inevitable" me había dicho. Así como también había dicho que esto era solo el comienzo... ¿Acaso la criatura de mi vientre estaba condenada a un oscuro destino, al igual que lo estaba él?

-No lo voy a permitir- susurré- no voy a dejar que tu vida sea esto. Vas a crecer libre... así sea lo último que haga.

Ingresé a la estructura del cráneo para encontrarme con el cuerpo de Eren en un estado de inconsciencia total. Estaba sujetado por lo que parecían músculos y tendones hacia el resto de la estructura del gigante que se movía bajo nuestros pies.

-¿Eren? - musité acercándome a él- ¡Eren despertá! ¡Eren!

Lo sujeté de los hombros intentando sacudirlo, pero todos mis esfuerzos eran inútiles, ya me lo había anticipado en nuestro encuentro en los caminos... la única forma de detenerlo era asesinándolo. Tragué en seco mientras las lágrimas me surcaban las mejillas una vez más.

-Me dijiste que te perdonara... - dije con la espada desenvainada entre mis manos y apuntando hacia su cabeza inerte. El pulso me temblaba - me dijiste que te perdonara esta última vez pero... pero no puedo perdonarte Eren. No puedo perdonarte lo que me hacés hacerte ¿Cómo voy a ver a nuestro hijo a la cara? ¿Cómo le voy a decir que fui yo quien asesinó a su padre? Lo que me pedís que haga... es demasiado para mí.

Mis manos aflojaron el agarre sobre la empuñadura de la espada, y lentamente comenzó a descender en dirección a mis pies. No podía hacerlo. Comencé a llorar de impotencia. Jean tenía razón, no pude evitar nada, y ni siquiera tenía las fuerzas para acabarlo ahí mismo. No era más que una debilucha que solo podía llorar por su sueño roto.

Sentí que alguien apoyaba sus manos sobre las mías y me obligaba a alzar la espada nuevamente dirección hacia done se encontraba Eren. Volteé con la cabeza para encontrarme con el rostro de Mikasa húmedo por las lágrimas, y sus grandes ojos grises cargados de una profunda tristeza.