Capítulo 23

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¿Cómo es que pasó esto? ¿En qué momento llegamos hasta acá? Me miré las manos cubiertas de sangre, aunque casi no podía ver porque las lágrimas me inundaban los ojos. Me temblaba el cuerpo, las piernas, los labios. Mi corazón latía como loco adentro de mi pecho y en mi mente solo sonaba una frase "Es todo tu culpa". 

-¡Olivia! ¡Reaccioná! ¡Hay que salir de acá ya mismo! 

Los gritos eran de Jean. No podía moverme, estaba arrodillada en el suelo rodeada de un charco de sangre que cada vez era más grande mientras me abrumaba el sonido de disparos y explosiones por todos lados. 

-¡Olivia! ¡Ya! ¡Sacala de acá!

No puedo moverme, que inútil. Todo esto es culpa mía. Perdón. Perdónenme, por favor perdónenme. La sangre del cuerpo herido que yacía frente a mi me gritaba que todo aquello jamás habría sucedido si yo no hubiese mandado esa carta. Violencia, caos, muerte ¿Cómo llegamos a esto?


-Es hoy. Tenemos que actuar hoy, ya está todo listo.

Eren y Zeke conversaban en la mesa de aquel sótano que se había convertido en nuestro hogar por los últimos dos meses. Finalmente había llegado el día en que atacaríamos a Marley. Nuestros aliados de Paradis habían desembarcado en el continente hacía ya varios días y, según el plan, se habían mezclado con el resto de los residentes. Zeke se había encargado de ser el nexo entre ellos y nosotros, pero por alguna razón, no nos habían permitido verlos, nos dijo que era demasiado arriesgado. 

Había tantas cosas de aquel plan que desconocía porque Eren y Zeke se reunían siempre entre ellos y luego Eren me contaba solo por encima. Siempre me recalcaba que debía confiar en él, pero yo estaba aterrada.

Sabía que esta noche sería el momento ideal para atacar porque Marley estaba organizando una alianza con otros países, la cual celebrarían con un evento público. Eren y Zeke estaban de acuerdo con que era la ocasión perfecta pues el ejército estaría distraído, y el caos civil haría todo mas sencillo para nosotros, no así para Marley. 

-Olivia, no podés quedarte con Eren ahora. Te voy a llevar con los demás - me dijo Zeke

-¿Por qué? - dije confundida 

-No es seguro. No quiero que estés conmigo ahora, por favor andá con Zeke. Nos vemos después que pase todo, te lo prometo.

-Pero Eren...

-¡No Olivia! ¡No es seguro! Por favor....

Me estremecí por su reacción. El se acercó a mi y me abrazó fuertemente. Luego me besó en la frente y me tomó de las mejillas. 

-Mantenete a salvo. Por favor. Si te pierdo me muero.

Lo abracé con fuerza y lo besé. De repente tuve pánico de que aquel fuera el último beso que fuera a darle y las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas. Él me las sacó una a una, y me estrechó fuertemente entre sus brazos.

-Voy a estar bien. Pero prometeme que vos también lo vas a estar.

-Te lo prometo. 

Nos besamos una vez más y entonces Zeke dijo que era momento de seguirlo. Así que lo hice. Salimos del aquel sótano y nos perdimos entre las callejuelas de la ciudad. Pasamos los controles gracias a la influencia de Zeke y el color de su brazalete. Me condujo por un camino de tierra hasta un sitio que parecía una granja.

-Solía ser de mis abuelos- me comentó abriendo la tranquera y dejándome paso- ambos ya están muertos y nadie trabaja estas tierras. Pensé que podía ser el lugar perfecto para esconder armas y un numeroso grupo de personas.

Al terminar esta frase, levantó una madera que truncaba una puerta y pude ver que, en el interior del granero, estaban todos mis compañeros. Mis ojos se llenaron de lágrimas. 

-¡Olivia!- gritó Sasha corriendo hacia mi y abrazándome fuertemente. Empecé a llorar de felicidad. No podía creer que estaba allí, que estaban con vida, que estaba nuevamente abrazando a mi amiga. 

Jean y Connie se acercaron, y con ellos todos los demás. Estuvimos un buen rato llorando y abrazándonos, hasta que la emoción disminuyó de a poco.

-Buen corte de pelo- dijo Jean riendo- te parecés a Mikasa

-Ay no, vos también no

-¿Ay no? - escuché que decía una voz detrás de mi. Se me heló la sangre - Bueno, se ve que parecerse a mi es una maldición.

-Mikasa... no, no era lo que quería decir...

-Ey- dijo sonriendo de lado - es una broma. Me alegra que estés bien. 

Sonreí y asentí con la cabeza. Sasha, Jean y Connie estuvieron pegados a mi toda la tarde, les puse al día con todo lo que había pasado, y ellos hicieron lo propio conmigo. Me contaron como pensaron que había muerto a manos de Reiner, y como se quedaron boquiabiertos al enterarse que Eren era un titán. Después de esa tarde, lograron sellar las puertas de la ciudad, pero perdieron la vida cientos de soldados, entre ellos el Comandante.  

-Es una locura todo esto - dijo Jean- un mundo... fuera de las murallas, parece irreal. 

-Mas irreal parece que el mundo que tanto deseábamos conocer nos odie - espetó Connie.

-¿Sabés cuál es el plan de Eren? Hange está algo furiosa, ni hablar del Capitán- dijo Jean- hacernos venir a ciegas... casi obligados, usándote de excusa... perdón.

Esto último lo dijo mirándome fijamente. Acepté sus disculpas, pero en el fondo, logró avivar aquella duda que me corroía desde el primer minuto que supe la verdad ¿Era yo solo una pieza más en su rompecabezas de misterios?

-No lo se completo, pero confío en él - dije intentando parecer segura.

Las horas pasaron, Hange, Levi y Zeke estuvieron reunidos durante todo aquel tiempo orquestando el ataque de esa noche, y cuando quisimos acordar, ya era hora de partir.

Nos dividieron en grupos. Jean, Connie, Sasha y yo estábamos en el equipo de asalto que abatiría a los soldados reunidos en la plaza. Zeke y Eren trabajarían usando sus titanes para eliminar el armamento y los instrumentos de guerra de Marley. Mikasa, Armin y Annie formarían parte del grupo de ataque que destruiría el puerto. Su misión era deshabilitar las embarcaciones enemigas para evitar que nos persigan en nuestra retirada. Levi estaría a cargo del grupo que capturaría a Reiner y Berthold para evitar que usen sus titanes contra nosotros. Y finalmente Hange lideraría el escape.

-Usaremos esto - explicó Zeke enseñando una imagen impresa en papel donde se veía una especie de globo blanco - se llama Dirigible, y es un transporte volador. Tengo aliados aquí en Liberio que saben pilotearlo, ellos asistirán a Hange en la huida, pero es muy importante que todos actuemos según el plan, porque aquellos que se atrasen... se quedarán atrás. 

Todos asentimos con la cabeza y nos miramos confundidos. De repente tuve ganas de vomitar. Aquello era lo más peligroso que había hecho en toda mi vida, y eran demasiadas las cosas que estaban en juego como para estar tranquila.

-Muy bien, en marcha.


Una última vez (Eren Jaegar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora