POV Hizashi
Si te lo propones puedes
hacer lo que sea.
Me encontraba caminando por la aldea de mi novio para recogerlo porque teníamos una cita planeada. Era 14 de febrero y todas las parejas estaban fuera de casa celebrando de distintas formas.
Nosotros planeamos un picnic, pero el lugar solo lo sabía yo y estaba nervioso porque entré en duda si le gustaría o no.
¡'Zashi! - mi corazón dio un vuelco al saber de quien se trataba y en efecto ahí estaba en medio de la calle, tan lindo como siempre.
Me acerqué a él y lo saludé con un corto beso en sus labios.
Feliz día querido. - sonreí y tomé sus manos.
Feliz día a ti también. - me sonrió de vuelta y nos volvimos a besar. - ¿Ahora si vas a decirme en donde es nuestra cita? - me miró.
Hm, tendrás que atraparme primero. - me fui corriendo burlándome.
¡Hizashi! - me persiguió quejándose y riendo.
El lugar no quedaba tan lejos, es más, literalmente estaba atrás de la montaña.
Ahora si llegamos, impaciente. - subimos a la colina y en ese momento al ver la expresión en su rostro supe que había triunfado. - ¿Opiniones?
Está increíble. - desde arriba se podía ver todo el prado y algunas aldeas dispersas.
Me giré un momento para tomar la canasta que había armado y colgado en una rama horas antes.
Y recién estamos empezando. - extendí la tela en la que nos sentiríamos y pondríamos la comida. Tomé su mano y lo ayudé a sentarse.
POV Narrador
¿Lo preparaste todo tú? - preguntó su pareja mirando la variedad de dulces.
Casi todo. - señaló un pastel de manzana. - Eso lo hizo mi madre y es prácticamente una invitación a nuestra casa porque quieren conocerte mejor.
Bueno entonces que esto lo tomen como un sí. - comenzó a comer del pastel con una sonrisa.
Ambos compartían los alimentos y se ponían a conversar de cosas simples. - Por cierto, cuando nos conocimos dijiste que ibas a mudarte en algún momento, ¿A dónde piensas ir? - preguntó tomando un par de cabellos, haciendo trenzas pequeñas.
Tengo planeado hacer una casa frente al mar ¿Que opinas? - lo miró.
Hm, me parece una buena idea. De paso estarás más cerca de Oboro. - rieron ante la idea de su amigo yendo a su casa las veces que le plazca.
Y también cerca de ti, porque el lugar que me gustó queda al final de la montaña. - acarició su rostro.
Me alegra que sea así. - sonrió y le dio un corto beso en sus labios. - Antes de que lo olvide. - se giró para sacar algo de su bolsa. - Lo dejaste en mi casa y se me ocurrió esto. - mostró un collar en el cual colgaba el cristal que habían comprado en el festival. - Si no te gusta puedo cambiarlo, solo dímelo y-.. - fue callado por los labios del contrario.
Me encanta Shou. - sonrió y tomó el collar. - No me lo quito por nada del mundo. - le sacó la lengua y el otro solo se sonrojó. - Gracias~ - dejó otro beso, pero en su mejilla.
Ahora podremos estar iguales. - dijo mientras mostraba otro collar igual que desde antes colgaba en su cuello. Esto hizo que Hizashi sonriera más que antes y lo tumbó en el pasto. - ¿Eh? ¿Q-Qué haces?
Demostrando mi afecto. - lo besó tiernamente, entrelazando una de sus manos. - Mi Shou es muy lindo cuando hace éstas cosas. - el azabache se puso completamente rojo.
¿Cómo dices esas cosas con tanta facilidad? - lo tomó por los hombros, sentándose de nuevo.
Solo me nace hacerlo. - repartió más besos por su rostro y Aizawa no pudo evitar reír. - Y porque te quiero mucho. - murmuró mirando sus ojos.
Yo... también te quiero. - susurró mirando a otro lado.
¿Qué?, No te escucho, ¡Dilo otra vez! - se lanzó a sus brazos molestándolo.
Bobo. - rió y tomó su barbilla, levantando su rostro un poco. Dejó su vergüenza a un lado y habló. - Yo también te quiero. - sonrió levemente y esta vez se besaron durante un largo tiempo.
Esto es de las mejores cosas que
me han pasado hasta ahora.
Fue lo que ambos pensaron en ese momento.
POV Nemuri
Ya desde hace rato había regresado a casa desde mi tienda. Últimamente estuve cerrando antes del anochecer para poder descansar desde temprano.
"Cualquier cosa que suceda
me bas a buscar y yo estaré
ahí para ti."
Mi novio tan lindo como siempre, pero no quisiera quitarle tiempo con las mismas cosas.
Demonios, mi bolso. - volví a salir de la casa y me dirigí a mi tienda para recoger lo que se me había olvidado. De regreso vi a un grupo de vecinas frente a una de las casas y por curiosidad me acerqué. - ¿Sucedió algo?
Ay sí, verás... - una de ellas habló y miró a una señora que estaba apoyada en el marco de su puerta, llorando. - Hubo una pelea en la comunidad del sur y a raíz de eso asesinaron a su hijo. - me acerqué a la mujer.
Mis condolencias, ¿Sabe exactamente que pasó? - pregunté reconfortándola con mi mano en su hombro.
L-Lo único que me dijeron fue que un grupo de rebeldes atacó la villa y que varias personas fueron asesinadas. - me quedé pálida al escucharla.
¿Esto podría ser...?
¿Querida estás bien? - otra vecina se me acercó.
¿Ah..?, Ehm, s-sí... yo... - me alejé rápidamente. - D-Debo irme, lo siento.. - murmuré y volé lo más rápido que pude a la costa.
Al llegar, miré alrededor para ver si lo encontraba, normalmente él estaba por esta zona. - ¡Oboro! ¡Oboro! - lo llamé repetidas veces hasta que me percaté entre las rocas unos característicos cabellos celestes.
¿Nem? - tiré mi bolso y corrí hacia él. - ¿Sucedió algo? ¿Estás bien? - lo abracé con fuerza. Negué. - Puedes contarme. - besó mi cabeza y me envolvió con sus brazos. Solté un suspiro pesado.
La pesadilla está comenzando. - lo miré y tenía los ojos cristalizados. - Asesinaron a varias personas en la comunidad del sur y m-me dijiste que e-el ejército se estaba moviendo mucho y-..
Por favor, no llores. Me duele verte así. - susurró acariciando mi rostro. Llevé mis manos temblorosas a las suyas.
Es que tengo miedo porque... todo estaba saliendo tan bien. - con sus pulgares secó las lágrimas que caían por mis mejillas y puso sus labios contra los míos.
No te puedo asegurar que esto se va a solucionar rápido, pero te juro por mi vida, que haré todo en mi poder para verlos sanos y salvos. - ante sus palabras solo me quedaba asentir y quedarme a su lado, un poco más de lo esperado, pero era porque me daba tranquilidad y me hacía sentir que no habían problemas por venir.
Me haces olvidar todas mis preocupaciones.
