Camino por los pasillos del colegio, la falda gris se eleva ligeramente con cada paso que doy, son rápidos y dolorosos debido a mi ataque de hace dos días. Mi ropa está descuidada, la camisa que llevo está mal puesta, sin abrochar todos los botones y arrugada, no llevo la corbata, sinceramente se me perdió la última vez que fui al puente Lucell, el blazer rojo del uniforme va en mi mano y la mochila colgada en uno de mis hombros.
Siento que me hablan, pero ignoro sus voces, muchos me miran por ello y no me puede importar menos.
Necesito que todo se vaya al carajo o que todo lo bueno venga a mí, no existe un punto intermedio, o es lo primero o es lo segundo.
—Ellie—dice una voz femenina a mis espaldas.
La ignoro.
—¡Ellie! —vuelve a llamarme.
Dejo de caminar y me doy media vuelta para quedar frente a frente con la persona que me viene siguiendo como un perro a su juguete.
—¿Cómo te llamas? —le pregunto.
—Sol—responde.
—Bien, Sol, ¿Cómo sabes mi nombre? —no otra vez, por favor no.
Veo que se gira y apunta hacia una chica caminando enfadada.
Esperen, es mi chica.
—Ella lo viene gritando desde hace un buen rato, pero tú la ignoras.
—Oh—es lo único que sale de mi boca antes de volver a fijarme en Emilia.
Emy camina como una mamá que sabe que su hijo hizo algo malo, así de enfadada se ve.
¿Es por lo de la otra vez? Ciertamente no he hablado con ninguno de ellos desde ese día, ni siquiera con Lucas. Al día siguiente falté y el segundo día los ignoré.
Mi plan de hoy era hacer lo mismo de ayer, pero veo que no se podrá hacer. Maldición.
—¡Ellie! —grita la hija de Lucifer.
—¡¿Qué?! —le grito de vuelta cerrando los ojos.
—¡No me grites! —dice estando cerca.
—¡Perdón! —le vuelvo a gritar ignorando su último grito—Pero me das miedo.
—¿Miedo? —habla divertida olvidando su enojo.
Y a mí me dices bipolar. Ja.
—Miedo—Asiento abriendo los ojos.
—¿Quién eres? —pregunta.
Me toma un tiempo darme cuenta de que no me habla a mí.
—So-Sol, me llamo Sol.
—Bien, Sol, gracias por detener a la chica que me ignora.
Ay, se dio cuenta.
—De nada, supongo—dice la chica rubia.
—¿Puedes dejarnos solas, Sol? Esta chica merece un reto—dice Emy.
—No es necesario—le digo.
—Créeme que lo es.
—Bien, nos vemos en clases—se despide Sol.
Emilia me mira fijamente, tanto que da miedo.
—Si las miradas mataran yo estaría mil metros bajo tierra, querida Emi...—entrecierra los ojos y mierda—...lia.
—No te equivocas, ¿por qué me ignoras? No, ¿por qué te fuiste sin dar explicación? Ni siquiera un mensaje me dejaste, ¡pudiste dejar un mensaje o que se yo, una llamada!
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Saltar al vacío ©
RomansaEllie Green, por una situación en concreto, debe ir a vivir con su padre a Nueva Zelanda, pero ellos tienen cierto roce debido a cosas del pasado. La protagonista tiene problemas, a los cuales los denomina su primer, segundo y tercer infierno. Una h...