8. Reunión.

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El día de la reunión para el aniversario luctuoso de Kana había llegado, Sesshumaru se dirigió con Sango y Aome al lugar donde se llevaría acabo.
Al principio no le había parecido buena idea que Aome los acompañara pero ella había insistido tanto que al final no pudieron negarse.

La azabache había alegado que se sentía sola, quería sentirse útil y ayudar un poco a Sango. Quería regresar a su trabajo como bibliotecaria pero Sango le había dicho que podía ayudar en la oficina, había tantos archivos que necesitaban ser organizados y Sesshumaru había estado de acuerdo ya que la presencia de Aome no le molestaba en lo más mínimo.

— Espero que la familia no se moleste con nuestra presencia — dijo Aome.

— No entraremos a la iglesia, primero debemos tener la aprobación de la familia, observaremos de lejos y después Sango y yo nos acercaremos a hacer unas preguntas — dijo Sesshumaru.

— ¿Y que voy a hacer yo? — preguntó Aome.

— Esperarás en el auto — respondió Sango.

— Si alguna de las personas que se presenten ahí estuvo relacionada con su ataque será mejor que no la vean, será bueno para usted — dijo Sesshumaru.

— Pero la terapia ha funcionado bien — dijo Aome.

— No puedo arriesgarla de ninguna manera, por favor comprenda que solamente intentamos hacer nuestro trabajo — dijo el peliplata.

— No quería ser un estorbo — dijo con tristeza Aome.

Sesshumaru comprendió que no había usado las palabras correctas o quizás Aome las había malinterpretado, se sintió mal por la expresión que tenía ahora la azabache.
Había empezado a conocerla mejor y se había dado cuenta de que era una mujer muy inteligente y tierna, de cierto modo podría decir que se había encariñado con ella.

— No...no es eso lo que quise decir, es solo que no quiero que le pase nada malo — dijo Sesshumaru sosteniendo la mano de Aome.

El rostro de Aome comenzó a sonrojarse, miró sus manos unidas e inmediatamente las separó, no quería que Sango fuera a interpretar de manera incorrecta esa reacción del peliplata.
El había sido una buena persona con ella y eso era lo que le agradecía mucho, desde que Houyo murió pocas fueron las personas que la ayudaron de verdad y de corazón, algunas solamente se acercaban a ella sintiendo lástima, pero nunca intentaron ponerse en su lugar. Sesshumaru podría parecer frío por fuera pero en el fondo era una excelente persona. Sango le había dicho que muy pocos conocían esa parte de él y Aome se alegraba mucho de ser una de las afortunadas.

Un carraspeó hizo que Sesshumaru se volviera a centrar en lo importante, Sango llamó su atención, la familia de Kana Hakudoshi comenzaba a llegar.
Aome se subió al auto sin atreverse a mirar nuevamente a los ojos dorados del peliplata.
Comenzaba a sentirse culpable por sentir esa confianza con Sesshumaru, hacia poco que su esposo había muerto y en su cabeza la idea de que un hombre le agradara un poco le parecía demasiado incorrecta.

— ¿Que estás haciendo Aome? — se reprendió a si misma en cuanto se quedó sola en el auto — No es buen momento para  volver a enamorarme y mucho menos de un policía, lo principal es no involucrar los sentimientos en toda esta situación.

Se recostó en el asiento del copiloto y espero a que sus acompañantes volvieran.

Sango y Sesshumaru habían entrado a la iglesia donde sería la ceremonia, la familia de Kana estaba ahí reunida toda junta, pero no se veía por ningún lado a Jakotsu, ese tipo quizás aún no había llegado.

— Me buscabas corazón — dijo sorprendiendo al peliplata, Sango contuvo la risa no era el lugar ni el momento para soltar una carcajada — ¿Me permites? — dijo Jakotsu a Sango indicándole que se apartará para poder sentarse entre Sesshumaru y ella.
Sango no dijo nada simplemente le dejo el lugar a Jakotsu notando el desagrado que se veía en el rostro de su superior.

BESOS AMARGOS  (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora