17. El secreto.

182 27 3
                                    


— ¡Maldita sea! ¡Te dije que esa perra tenía que ver con la muerte de nuestros primos! ¿Porqué no me escuchaste? — gritaba furioso Naraku, sentía demasiado coraje, todo el tiempo tuvo razón y su primo Bankotsu no quiso escucharlo.

— ¿De que estás hablando? — el moreno fingía no saber de qué hablaba Naraku.

— ¡¿Crees que soy estúpido?! — dijo Naraku — Sabía perfectamente que tú no me dirías nada, así que decidí vigilar tus pasos, todo este tiempo he estado atento a lo que haces, con quién vas, que dices e incluso que comes. ¿No pensabas decirme lo que esa perra dijo? — Bankotsu no dijo nada, si era verdad que Naraku lo había vigilado el sabía todo — ¡Maldita sea Bankotsu es nuestra familia, ella solo es una zorra que puede calentar tu cama o la de cualquier otro! ¡Yo soy tu primo!

— ¡No te atrevas a decir nada de Aome!

Naraku soltó una carcajada — ¿Aún la defiendes? Después de todo lo que hizo ¿Aún te atreves a defender a esa puta?

— Ella era inocente, fuimos nosotros quien la convertimos en lo que ahora es, y si es verdad que ella es una asesina nosotros merecemos todo lo que nos ha pasado.

Bankotsu no quiso escuchar más, se dió la vuelta e intentó irse de ahí.

— Tengo al policía que falta ¿Vas a apoyarme en esto o vas a desaparecer como un cobarde? — dijo Naraku.

— ¿No crees que ya fue suficiente? — dijo Bankotsu — Si quieres seguir con esta estúpida venganza hazlo solo, no cuentes conmigo.

— Sabía que dirías eso — dijo Naraku sentándose en su silla y cruzando sus piernas — pero me complace informarte que el policía no está solo...la perra está con él.

Bankotsu detuvo su andar, sus pies no pudieron moverse más, no quería creer lo que Naraku había dicho, no quería creer que Aome estuviera en las manos de Naraku.

— Estás mintiendo — dijo Bankotsu — Aome está siendo custodiada por el agente Sesshumaru.

— Pues ese tipo no hace bien su trabajo, ayer por la tarde seguí sus pasos, fue a un barrio un poco alejado, no sabría decir a quien fue a visitar pero iba sola y al salir de ahí fue fácil atraparla — dijo Naraku contando cómo había sido la captura de Aome.

— ¿En dónde está! ¡¿En dónde la tienes!? — grito furioso el moreno.

— Obviamente no está junto con el policía, no me creerás tan estúpido como para tenerla con él, si accedes a ayudarme a deshacerme de ese policía, puedo considerar perdonar la vida de esa perra, es tu decisión — la sonrisa burlona de Naraku no desaparecía de su boca, sabía que tenía a Bankotsu entre la espada y la pared.

[...]

Sango estaba preocupada, Miroku no había aparecido, no contestaba sus llamadas ni se tomaba el tiempo de leer sus mensajes.
Presentía que algo malo había pasado, pero no había tenido tiempo de informar a Sesshumaru pues ya tenía suficiente con la desaparición de Aome.
A la castaña le resultaba demasiado extraño que Aome hubiera desaparecido unas horas antes que Miroku, tenía que hacer algo pero no podía sola, así que aunque sabía que Sesshumaru ya tenía demasiados problemas tendría que informarle sobre Miroku.

— ¿Hace cuántas horas que no se comunica contigo? — preguntó el peliplata a Sango, se había molestado un poco por el tiempo que Sango tardó en informar pero no debían perder más el tiempo.

— Ayer por la noche fue la última vez que hablé con él — dijo Sango — esta mañana le mandé un mensaje de texto pero no contestó, intenté hablarle a su celular pero de igual manera no hubo respuesta, se que algo le pasó porque él jamás dejaría pasar una llamada mía.

BESOS AMARGOS  (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora