Capítulo 11

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No sé cuanto tiempo estuve sentado en ese banco, sinceramente, me costó mucho tiempo calmar mi corazón lo suficiente como para volver a respirar con normalidad, cualquier pensamiento de pasión y excitación había quedado completamente olvidado. Todo había sido sustituido por un terror que jamás había sentido, ni siquiera cuando Galaxia me estaba apuntando con su espada y sabía que seguramente moriría, jamás había sentido tanto pánico como hace un momento.

Por favor, que no sea demasiado tarde, por favor no dejes que la haya perdido por mi estupidez, supliqué mientras lograba controlar el temblor de mis manos y las lágrimas que caían por mis mejillas, necesitaba hablar con ella.

Finalmente, logré ponerme en pie y corrí hacia el salón de baile. Mi respiración era agitada, pero no por la carrera sino por el miedo. Pues cuando por fin había logrado calmarme del ataque de pánico que casi me manda de rodillas, no había ni rastro de Haruka o Usagi, así que recé por qué hubieran regresado dentro, pero solo una mirada alrededor en cuanto entré me sirvió para notar que ninguna de las dos estaba allí y eso hizo que el miedo regresara con más intensidad.

Localicé a mis hermanos rápidamente, y recordando lo cómodo que se veía Yaten con ella antes, decidí probar suerte con él, no quería molestar a Taiki que parecía estar disfrutando mientras bailaba con Amy.

- ¿Has visto a Usagi? – pregunté con suplica en mi voz y vi como los ojos de Yaten se abrían con sorpresa y sospecha.

- ¿Ha pasado algo? – preguntó él en respuesta, y me molestó que me respondiera con una pregunta, pero no empezaría una pelea con él.

- Soy un idiota – respondí con dolor. - ¿Te sirve?

- Nada nuevo para mí. – comentó Yaten con diversión, pero había preocupación en su mirada.

- Por favor, deja eso para otra ocasión. – supliqué y nuevamente sorprendí a mi hermano. - ¿Has visto a alguna de las chicas?

Quizás sintiendo algo del miedo que yo sentía o por curiosidad, Yaten me señaló la barra y cuando me puse en movimiento me siguió, pero no dije nada. Mi prioridad era otra.

En cuanto llegué cerca de Minako, la tomé de la muñeca y la giré hacía mí, ignorando el gemido de protesta y el bufido de Mako, pero fue la mano de Yaten la que me hizo soltarla, ya que me impidió seguir sosteniendo la muñeca de Mina, mientras que él se colocaba detrás de ella y la rodeaba con los brazos por la cintura, quería preguntar, pero no era el momento.

- ¿Sabes dónde está Usagi? – pregunté con obvia ansiedad en mi voz.

- Haruka fue a llevarla a casa – respondió Minako que parecía analizarme desde los brazos de mi hermano. – No se encontraba bien, ¿Por qué?

- ¿Puedes darme su dirección? – pregunté ignorando su pregunta o preocupación, necesitaba hablar con ella urgentemente.

Mina pareció dudar y sentí cómo Mako se tensaba a su lado, pero por suerte para mí, el marido de Mako se acercó y la alejó de allí, así que solo tuve que lidiar con una mirada desconfiada, pero por algún motivo, mi hermano decidió ayudarme y susurró algo en el oído de Minako que hizo que esta abriera los ojos sorprendida mientras que el rubor incendiaba sus mejillas.

Aún con obvia duda en sus ojos, tomó un papel de su bolso y un boli, luego escribió algo y me lo tendió, cuando comprobé que realmente era una dirección, salté hacia ella y la abracé sin importarme incluir a Yaten en el abrazo a pesar de su gemido de protesta, pero necesitaba agradecerle por todo incluso a él.

- Gracias – murmuré antes de separarme y salir disparado hacia la salida sin mirar atrás.

Minako miró a Seiya salir despedido y se volvió hacia Yaten con un suspiro, mientras éste alzaba una ceja con diversión.

Reparar un corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora