Epilogo

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La fiesta de Rei duró hasta bien entrada la noche, cuando los recientes esposos decidieron finalmente salir para el viaje de luna de miel entre vítores, felicitaciones y alguna que otra broma. Pero la joven sacerdotisa no se fue sin antes hacer sonrojar a Minako, Usagi y Amy, que le dieron una mirada casi de muerte entre las risas de todo el mundo.

- ¡Hey, chicas! – llamó Rei con una sonrisa traviesa. – Con Usagi comprometida ahora solo faltan Amy y Minako por dar el paso final. ¡Espero que esta vez de forma definitiva, eh!

- ¡Rei! – exclamó Minako sintiéndose aludida con esa última parte, pero los brazos de Yaten alrededor de su cintura la dejaron muda por unos segundos, dado que no estaba para nada acostumbrada a ese tipo de gestos por parte del chico. - ¿Eh?

Esa pequeña pérdida en el hilo de conversación hizo a todo el mundo reír a carcajadas, pues pocas veces la jovencita se quedaba sin palabras, pero Rei no se conformó con avergonzar suavemente a Minako, así que miró a Amy con toda la intención.

- Amy – dijo Rei con una sonrisa. – Vamos, ¡Hasta Setsuna se te ha adelantado! Así que no tienes excusa para la seriedad.

- Pero... - murmuró Amy completamente roja, mientras veía a Taiki charlar tranquilamente con Seiya a solo unos pasos. - ¡Cállate, Rei!

- ¿Por qué he acabado en medio de esto? – preguntó Setsuna con suavidad y diversión. – Yo llevo años en una relación con el Dr. Tomoe, no tiene mucho sentido sacarlo ahora.

- Eso me pregunto yo... - murmuró Haruka con diversión, al mismo tiempo que despeinaba a la no tan jovencita Hotaru que miraba a su mamá Setsuna con diversión.

- ¡Vamos, Rei! – exclamó Usagi, para acabar con la burla a sus amigas. - ¡Perderás el avión!

- Tú si que casi pierdes el avión, el tren y todo... - murmuró Rei maliciosa haciendo que Usagi pusiera un puchero gracioso. – Así que cuida de quién te cuida.

- ¡Moh, Rei! – se quejó Usagi entre las risas de sus compañeras, pero antes de que dijera nada más, Seiya intervino desde dónde se encontraba.

- No perdió nada, Rei. – afirmó Seiya con tranquilidad, mientras miraba a Usagi con adoración. – Siempre he sido y siempre seré suyo.

Eso hizo que más de una persona hiciera un sonido estrangulado por la ternura de la respuesta y que otros se quejaran por lo cursi del mismo gesto, pero ante la mirada de todos, incluidos sus padres, Usagi corrió hacia Seiya y se colgó se su cuello antes de besarle, sin importarle irrumpir en medio de la conversación de los hermanos. Lo que solo hizo que Taiki se riera suavemente tras la copa que estaba bebiendo, mientras disfrutaba en primer plano de la felicidad de su hermano, que no se separó de Usagi incluso cuando el beso acabó, y ambos se quedaron charlando con él, mientras que en la distancia los demás se despedían del reciente matrimonio.

- Usagi – llamó Ikuko mientras se acercaba a su hija y a su prometido. – Ven por casa para comenzar a preparar la boda, ¿sí?

- ¡Mamá! – exclamó Usagi avergonzada, pero Seiya le tapó la boca con la mano, con suavidad.

- Ahí estará, señora Tsukino – afirmó él con diversión, mientras que Usagi protestaba bajo su mano haciendo que Taiki e incluso Kenji se rieran. – Mañana mismo la dejo en sus manos, aunque tomaré prestado al señor Tsukino si no le importa para que me aconseje, ya sabe que nosotros no somos de Japón.

- Será un placer – respondió Kenji antes de que su esposa dijera nada, pero los dos miembros del matrimonio más adulto se veían completamente radiantes por la sugerencia y Yaten desde detrás de Mina, a quién aún sostenía, le guiñó un ojo a su hermano.

Reparar un corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora