Ya eran dos semanas que la soledad lo acompañaba en su hogar; dos semanas sintiendo la ausencia de su pareja.
Hacía todo lo que estuviera en sus manos para despejar su mente y mantenerse ocupado: la lavandería, limpiar hasta los rincones inalcanzables de la casa y probar recetas nuevas que guardaba en su celular.
Si bien lograba su cometido con todas estas actividades, siempre llegaba a la misma escena: él, sentado en el sofá y sosteniendo con firmeza una almohada entre sus brazos, recayendo en el sentimiento de soledad.
Para acompañar su pesar, unas ligeras gotas de lluvia comenzaron a golpear el techo. La lluvia se tornó intensa con el pasar de unos minutos, por lo que decidió aprovechar el clima para conseguir un buen sueño por fin.
Se puso de pie y caminó con algo de desgano hacia las escaleras que dirigían a la habitación compartida en la planta de arriba. Se dejó caer en la enorme cama que, por ahora, era ocupada solo por su persona.
Tomó la almohada que su pareja utilizaba y la abrazó con fuerza, intentando conciliar el sueño con el aroma que esta tenía impregnado.
Escuchando el golpeteo de las gotas de lluvia y olfateando la almohada, estuvo cerca de caer dormido, si no hubiera sido porque escuchó unos pequeños pero insistentes rasguños en la puerta corrediza del balcón.
Encendió la luz de la habitación y se dirigió a la zona de donde el sonido provenía.
Era un gato.
Lucía un tanto desesperado por querer huir de la lluvia, por lo que no dudo en correr la puerta y dejarlo pasar.
El gato entró rápidamente y lamió el poco pelaje que había sido mojado por estar afuera en plena lluvia.
Tanjiro observaba con curiosidad y sorpresa al gato. Su pelaje era de color negro y sus ojos de un profundo azul.
Era idéntico a su ausente pareja.
Ternura fue lo que lo embargó al hacer la comparación entre ambos, y es que Giyuu siempre le había dicho que quería ser un gato en otra vida. No es como si no pareciera uno en su vida actual: era huraño con las personas, podía dormir mucho tiempo y en cualquier lugar de la casa, demandaba atención y cariño de vez en cuando por parte de Tanjiro, y juraba que estaba a nada de ronronear como un gato.
Acercó su mano lentamente al animal, a la espera de alguna reacción por su parte. Este le dejó acariciarlo, y ronroneó con gusto cuando llegó a la zona detrás de sus orejas.
-¿Quieres dormir conmigo? Me siento muy solo, y al parecer tienes un poco de frío.
Se dirigió al armario en busca de una manta para el gato y la colocó en el lado libre de la cama. Ambos tomaron puesto viéndose de frente.
-Giyuu estaría encantado de verte. Le gustan mucho los gatos, ¿sabes?
El animal parecía escucharlo atentamente, por lo que siguió hablando.
-Se fue a un viaje del trabajo hace dos semanas, y lo extraño. Siempre me deja mensajes y fotos en su tiempo libre, incluso me llama al terminar sus horas laborales en lugar de descansar. Es una persona increíble que es más de lo que aparenta. Ha sido tachado como alguien prepotente debido a que no es fanático de las charlas triviales, pero en realidad es tímido y muy bueno escuchando. Ahora veo que tiene más aspectos similares a ti.
El gato cerró de a poco sus ojos, dejándose llevar por el sueño. Tanjiro decidió hacer lo mismo y tratar de descansar lo más que pudiera.
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A la mañana siguiente, Tanjiro abrió sus ojos ante la extraña sensación de unos brazos alrededor de su cuerpo.No estaba del todo despierto, por lo que le llevó tiempo asimilar lo que pasaba: Había una persona a su lado.
Entró en pánico por un momento breve, preguntándose quién era y qué hacía ahí. Intentó liberarse del agarre, pero este se hizo más fuerte, impidiéndole alejarse del cuerpo contrario.
Aún así, no se rindió y comenzó a forcejear contra este, hasta que por fin el agarre se aflojó y le permitió salir de la cama, aunque hubiese terminado en el suelo.
Cuando se puso de pie, estuvo a punto de gritarle a la persona y amenzarla con llamar a la policía por invadir su hogar y su espacio personal, pero un detalle muy importante lo detuvo.
Era Giyuu, pero el detalle no era ese.
-Tiene orejas de gato... ¿¡Tiene orejas de gato!?
Ante su grito histérico, el susodicho se sentó en la cama, frotando sus ojos antes de dirigirlos al causante del alboroto.
-¿Se puede saber qué te picó para que despertaras de esta manera?
Tanjiro no daba crédito a lo que sus ojos veían. En efecto, su pareja tenía orejas de gato, y a este no parecía preocuparle en absoluto.
-¿Por qué tienes orejas?
-¿De qué hablas? Siempre las he tenido.- Le dirigió una mirada indignada.
-Claro que no. Nunca las has tenido, hasta hoy.
-¿Estás bien? Tu actitud es algo preocupante. ¿Te golpeaste la cabeza?
-Debo haber consumido algo que me causara algún tipo de alucinación. ¿O eres algún tipo de criatura que trata de engañarme?
-De verdad estás-
-No puedes ser mi Giyuu. ¿Tomaste su forma, verdad?
El mencionado solamente lo observaba con confusión. Toda la situación era difícil de creer.
Se sintió mareado y débil de repente, cayendo al suelo mientras escuchaba a su supuesta pareja gritar su nombre y acercarse a él.
No quería que se le acercara. No era Giyuu, no podía ser.
El miedo y el pánico de no saber qué ocurría lo embargaron, haciéndolo desmayarse.
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Tanjiro despertó nuevamente, agitado y sudando.El gato negro se despertó al sentir el estado alterado de este, y lo observó fijamente.
Un sueño. Había sido un sueño.
Aunque demasiado real, a su parecer.
Había estado asustado, sí. Pero ahora, tenía algo qué contarle a Giyuu cuando este le llamara.
Empieza el InkTober con un capítulo algo largo, a mi parecer. Me basé en un extra del manga de ViewFinder, me gustó mucho.Es un honor volver a escribir de esta shipp, me encanta. 💖
Disfruten de lo que se viene en este mes con esfuerzo y lágrimas mías. 🎊
xxMoonshyxx
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↠✭ I N K T O B E R ✭↞
Fanfiction31 drabbles del GiyuuTan. ¿Lograré hacer los 31? Quién sabe. Pero se hace lo que se puede. 😖💖