Desde el primer sueño en que lo vió, plasmó su imagen en infinidades de lienzos, incapaz de sacar su imagen de su cabeza.
Día a día trazaba sus delicados y bellos rasgos, tratando de hacerle justicia a tal magnífico ser.
Pero, no importaba cuánto lo intentara, no lograba captar a la perfección su joven y brillante vitalidad; la calidez de esos ojos que se comparaban con el atardecer y el amor que parecían destilar cuando lo observaba y lo llamaba, invitándolo a quedarse a su lado.
¿Quién era? No tenía la más mínima idea, pero su corazón parecía conocer la respuesta. El sentimiento que lo había embargado desde ese encuentro en su sueño no lo abandonó ni por un segundo, si no creció conforme los encuentros aumentaron.
No le había revelado su nombre, ni tampoco el por qué de su repentina aparición. Pero cada noche se sentía entusiasmado de saber que lo vería de nuevo y lo escucharía llamarlo por su nombre con esa dulce voz que no quería dejar de escuchar jamás.
El último lienzo con su imagen había sido de su sueño más reciente: el chico yacía sentado bajo un hermoso árbol de glicinias, siendo cubierto por la sombra de este. Su sonrisa era la parte a la que más dedicación le había puesto, en un intento de poder transmitir lo que le hacía sentir con ese mínimo gesto.
Esta pieza estaba a unos días de formar parte de una importante exposición, a la que, sin sorprenderse mucho, le habían cedido un lugar sin dudarlo. A sus 26 años, era un artista de renombre, admirado por su enorme talento y corta edad.
La pregunta más frecuente hacia su persona era sobre el joven que protagonizaba sus más recientes obras; queriendo saber todo acerca de la persona que lo había inspirado a dar todo de sí en los lienzos.
Pero ni siquiera él sabía quién era, y no creía poder llegar a tener la respuesta que tanto anhelaba.
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-Sé que la necesidad de saber quién soy ha estado quemando en tu pecho, pero hoy es tu día de suerte. Te hablaré un poco sobre nosotros.
Su vista se mantenía fija hacia arriba, observando las flores púrpura sobre él.
-Hace mucho tiempo atrás en la historia, tú salvaste mi vida en muchas ocasiones. Me mostraste un camino en el cuál podía redimirme y vengar a aquellos que me fueron arrebatados injustamente; así como proteger a personas que se volvieron importantes para mí. Depositaste tu confianza en mi persona y me permitiste conocer a tu verdadero yo; que se preocupaba por los demás y sobretodo, que quería mantenerme a salvo de todo. Hicimos algo muy grande juntos, que salvaría a muchas personas de las generaciones futuras, y me quedé a tu lado, porque te atesoraba y amaba.
Volvió su mirada hacia él, con su característico destello amoroso.
-He venido a visitarte en tus sueños porque estoy cerca de encontrarte de nuevo, así que espérame, Giyuu.
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No había vuelto a soñar con él en un par de días, y su humor no era el mejor; la duda lo quemaba vivo.Tanto era su malestar emocional, que no se presentó en la exposición.
Su obra estaba siendo aclamada a través de artículos y post de personas que nunca esperaban menos de él y la misteriosa persona de sus lienzos. Incluso sus amigos lo halagaban cada vez que podían, y le animaban a esperar por el chico de sus sueños desde la primera vez que compartió con ellos la razón del por qué lo pintaba tanto.
Se había decidido a dormir, tentando a su suerte de encontrar al chico por lo menos ese día. Lo extrañaba, aún si no era "real".
Un golpeteo a su puerta le impidió seguir su plan, y se dirigió un tanto molesto a esta. Al abrir la puerta, todo sentimiento negativo se disipó cuando cruzó miradas con la persona que lo había interrumpido.
Estaba ahí. Frente a él.
Cabello rojizo, ojos como el aterdecer, sus característicos aretes y su cara levemente enrojecida. Se veía agitado, como si hubiese corrido una distancia considerable.
Con el poco aire que había recuperado, este habló:
-Sé que es repentino, pero vi tu lienzo de casualidad en una exposición. Parecerá raro, pero te he visto antes, en mis sueños. Me dijiste que encontraría la respuesta en un lienzo con mi imagen plasmada en él, y así fue. Un amigo tuyo me dio tu dirección, aunque no preguntó quién era o por qué necesitaba saber algo tan personal. Pero eso no es lo importante, no.
Dio un paso al frente, quedando muy cerca del otro.
-Soy Tanjiro, aunque en el fondo, lo sabes.
Y sonrió, emanando la misma calidez que en sus sueños.
-Soy Giyuu, y me alegra haber esperado por ti.
Porque ahora, su vida se sentía completa.
Zuckerberg, ¿para cuándo se arreglan las redes?Sufro porque no hay chisme en las redes, help.
Gracias por leer 💕
xxMoonshyxx
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↠✭ I N K T O B E R ✭↞
Fanfiction31 drabbles del GiyuuTan. ¿Lograré hacer los 31? Quién sabe. Pero se hace lo que se puede. 😖💖