En ese momento aquel reino que buscaba salir del lamentable estado en el que los había dejado la guerra, se encontraba al borde de que ésta volviera a sus fronteras más fuerte que nunca.
La princesa Zenaida de casi 20 años próximamente habría estado contrayendo nupcias con el príncipe Quentin del reino vecino y de casi 30 años de edad, pero tras la visita de la familia real para que los futuros novios se conocieran, el príncipe habría sido envenenado y la familia de Zenaida había sido declarada culpable ya que las señales en el cadáver del príncipe apuntaban a un brebaje preparado con plantas que sólo crecían en el lado del río donde reinaba aquella familia.
A pesar de que el asesino no había sido identificado, Zenaida sabía en el fondo de su ser que la muerte de Quentin corría de sus manos; se rehusaba a casarse con alguien que no amaba, y en medio de un ataque de ira había conseguido aquel veneno y lo había vaciado en la copa de su futuro esposo mientras nadie miraba. Esperaba que todo se viera como un paro al corazón sufrido por el príncipe, pero no había prestado atención a las advertencias de las señas que podía dejar ese veneno y que lo delataban, una guerra no era parte de sus planes. Su reino estaba en pedazos; pocos soldados, pocas armas y la reputación que ahora precedía a su familia a base de difamaciones, ir a una nueva guerra tan pronto traería la pérdida de todo lo que su familia había construido con las generaciones.
Después de días escondida en la biblioteca leyendo hasta que sus ojos no pudieran mantenerse abiertos y de preguntar a personas que antes habían sido arrestadas por esa clase de prácticas, juntó las cosas que el libro de más confianza mencionaba y se encaminó al bosque que acariciaba las fronteras de su reino. Un ser que algun día había sido un alma condenada, pero que había robado los poderes de su verdugo y ahora era un ser al que se podia recurrir en busca de hacer un trato y que su reino tuviera una oportunidad de sobrevivir sin caer al mandado de otra familia; los rezos de sus padres parecían inútiles, pensaba que hacer esa invocación sería más rápido que la fé ante Dios que sus padres tenían, y después de que su plan fuera tan mal ejecutado, quizás era lo minimo que podia hacer por su gente.
Encendió las velas alrededor del círculo que había dibujado con símbolos en su interior y comenzó a leer las palabras del libro y repetirlas en el momento en que llegaba al final del párrafo como uno de sus entrevistados habia mencionado, hasta que el círculo brilló con el tono de la sangre y de él emergió una nube de humo negro que rodeo a la princesa Zenaida.
Entre la nube se formó una silueta color gris; de gran altura y musculatura notable, no tenía más rasgos que un par de figuras en su rostro que la hacían de ojos y boca.
—¿Cómo alguien con apenas una mancha en su aura puede dignarse a invocar a alguien como yo?— dijo la figura con una voz seria levemente distorsionada
—He escuchado que eres quien todo lo puede conseguir por el precio correcto— dijo ella, sin miedo y con firmeza
—Y te han dicho bien, princesa— dijo aquella figura —Pero todo precio depende de lo que quieras
—Mi reino está en amenaza de una guerra. Necesito que nuestros vecinos desistan— dijo ella jugueteando con el collar que cuelga sobre su pecho
—Conozco tu disputa y sé lo que la origina. Los padres de Quentin han hecho eso por el amor que le tenían a su hijo a combinación con el sentimiento de traición de quienes habían considerado unos amigos. El amor es un poder que ni siquiera yo puedo contrarrestar y esa ira lo ha acrecentado
—Entonces dota a mi pueblo de armas, soldados, recursos, lo que sea que pueda ayudarnos a ganar— dijo ella, recurriendo al que era su plan B
—Puedo dotar de recursos a tu nación. Pero ganar dependerá de los generales y las acciones de tu familia— mencionó la figura caminando alrededor de la princesa
—¿Qué precio debo de pagar?
—Princesa, tan desesperada que te sacrificaras por tu pueblo — dijo —Empecemos con algo simple: Desvístete
La princesa sabia que el precio de algo así sería alto, por lo que comenzó a desvestirse sabiendo que estaba rodeada por esa nube de humo negro que protegería su pudor de ojos ajenos.
Con la princesa en ropa interior la figura la miró en todos los ángulos posibles.
—Este será tu precio, querida— dijo finalmente la figura
Un ser juguetón le sería vinculado a la princesa, sólo ella podría verle y escucharle y sería la única que podía tocarle. Ella tendría que cumplir con los juegos que ese ser pidiera o en caso de que ella no pudiera cumplir con el juego, tendría que persuadir a alguien para ser quien alimentara aquellos deseos de jugar, le daría la capacidad de acceder al ser y que después lo olvidara, pero volvería a la princesa apenas haberse terminado de divertir.
A cambio, por cada juego que se cumpliera esa figura dotaría a su reino "Un milagro" que le abriera una posibilidad de no caer bajo la violencia de la guerra.
—¿Y cómo sé que usted cumplirá su parte?— dijo la princesa cruzando los brazos para cubrirse el pecho casi desnudo
—Si yo no llegara a cumplir por lo menos una vez, su vínculo se rompería y el trato también— mencionó la figura —Entonces, princesita ¿Cerramos un trato?
La princesa lo pensó. Unos juegos con una criatura podrían no ser tan difíciles de cumplir y su nación no sólo sobreviviría, sino que la esperanza de ganar se hacía mayor con lo que un ser de ese calibre pudiera proporcionar. Bajó los brazos y levantó la mano extendida.
—Que sea un trato— dijo ella
La silueta gris finalmente se desprendió del muro de humo negro quedando como una sombra sin un cuerpo. Ignoró esa mano negociante, tocó justo por debajo del sostén de la princesa y deslizó sus dedos serpenteando en su abdomen hasta que llegó al bordecillo de sus bragas donde se detuvo. La princesa miró con terror la cadena de símbolos de color negro que se plasmó en su piel.
—Que esto sea un recordatorio de tu vínculo con lo que acabas de aceptar. Pero créeme, lo que te espera en tu habitación en tu castillo, hará que este trato te haga sentir bien
Con un chasqueo de dedos la princesa vuelve a estar vestida y la nube de humo negro junto con la criatura de ojos blancos que le acompañaba regresan por el círculo de donde salieron, que se difumina y es como si desapareciera con el viento.
***
Estaba segura de que queria participar en el Fufftober porque las tematicas se me hicieron muy bonitas, pero un día simplemente llegó a mi la idea para participar tambien en el Kinktober y no me abandonó hasta que la he comenzado a convertir en una realidad. No estoy muy bien experimentada en el tema de las escenas +18, pero iremos descubriendo juntos lo que salga.
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Las Lunas de Octubre | #Kinktober2021
Genç KurguUn asesinato de poca planeacion es lo que ha arrastrado al reino de Zenaida a una inevitable guerra, y la culpa ha llevado a la princesa a tomar un trato con algo que pocos se atreven a contactar.