PROFECÍAS OCULTAS || [#1] Entre Fragmentos [COMPLETA]

39. La heredera de Hekate.

"Querías respuestas, y por todos los truenos... Ya tienes la edad suficiente para saber la verdad".

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ZEUS.

—¿La has encontrado? —le pregunto al azabache que viene hacia mí.

—Sigo sin entender, como tú, teniendo más poder, no la has logrado encontrar —dice apático.

—¿Cuestionas mi poder? —le pregunto.

—Cuestiono tu capacidad, no tu poder —me corrige—. Pero sí, respondiendo a tu pregunta, la he encontrado.

—¿Se puede saber como lo hiciste?

—Tengo mis contactos —responde con indiferencia—. ¿Cómo es que alguien inferior a ti te importa tanto como para mandarla buscar por los Leales? —inquiere.

—Son mis asuntos.

—De acuerdo, Morgan no tarda en llegar y tengo que recibirla —dicho esto se va del lugar en el que me encuentro sin despedirse, ni hacer una reverencia.

Pronto serás mía, pequeña ninfa.

Han pasado horas desde la llegada de Morgan, tantas que ya es de noche en Fordale. Decidí esperar tanto tiempo para tomarla por sorpresa y no levantar sospechas entre los alumnos del internado.

Me encuentro en su habitación mientras ella yace dormida plácidamente en su cama. La observo y es como ver a un ángel. Lástima que esa paz que emana abandonará pronto a su bello rostro.

Acaricio su suave cabello, mientras clavo mis ojos en sus labios, deleitándome ante lo perfectos que son.

—Una tortura menos por tus pensamientos —digo, acurrucándome a su lado, mientras veo como pone los ojos en blanco.

—Largo de mi cama —ordena en un tono peligroso y afilado, pero termina atrayéndome más—. Siento que estás de muy buen humor —comenta.

—El verte dormir me puso de muy buen humor, querida.

—Debiste de cortarme la garganta mientras dormía, hubiera sido lo mejor.

—Me tomas por un hombre muy sádico, querida —sigo acariciando su cabello con cierta parsimonia que me toma por sorpresa.

Gira sobre sí misma para encararme y fija su mirada en la mía, como si tratara de descubrir todos mis secretos. Le sonrío con autosuficiencia, provocando que unas tiernas líneas de expresión llenas de desagrado se formen en el rostro de Morgan.

—Ya lárgate de aquí —brama.

—Solo quería ver como te encontrabas, desde que desapareciste no he podido dormir bien.