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- ¿... qué?... -

Kyojuro ahora mismo se encontraba frente a Sanemi, este dándole una... ¿Orden? O una propuesta más bien, su sonrisa no daba confianza y eso el Rengoku lo notaba a simple vista.

- N... No escuché bien.. ¿Qué dijiste? -

- Escuchaste bien... Cásate conmigo -

No, no puede ser verdad, Kyojuro ahora estaba en shock, ni sabía que hacer, el silencio incomodaba, solo quería salir de ahí, quería desaparecer de ahí, incluso quería llorar, múltiples sentimientos arrinconaban a su mente, no sabía que decir ni qué hablar, sus manos y piernas temblaban, no podía oír bien, su vista casi parecía borrosa, esas palabras afectaron todo de él, su firme corazón ardiente se apagaba, su frustración era más grande, no podía ni siquiera articular un simple “no”.
Estaba entre la espada y la pared hasta que, por mera suerte Sanemi habló dándole una oportunidad de pensar y meditar su propuesta.

- Dejaré que pienses... Por ahora, puedes ir a tu habitación... Kyojuro -

Douma rió en tono bajo, llevando al rubio a su respectivo cuarto, el cuál, adornaba bastante bien, era grande y con un ambiente lindo, sin embargo, por más deseoso que se vea, no lo quería, no quería fortuna o cosas así, él quería amor, amor como el que le dió Akaza, un amor tan fuerte como ese, que no sea por simple apariencia o por interés. Kyojuro al estar solo, se sentó en el piso recargandose en la puerta ya cerrada, con sus pupilas sin su brillo, su boca media abierta, sus manos rodeando sus rodillas temblando, su mirada fija en el suelo, ¿era una crisis esto? Puede ser.

Nuestro pilar ardiente no sabía que hacer y eso lo estresaba, no quería sentirse así, él era el que animaba a la gente...



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- Escuchaste bien, Akaza-Dono -

- No, no puede ser, maldito... -

- Si te casas conmigo, salvarás a Kyojuro -

Akaza no pensaba aceptar, no quería, él salvaría a Kyojuro por su cuenta, sin embargo, tampoco tenía mucha suerte, no sabía ni el paradero exacto de su amado, frunció el seño apretando su puño con fuerza, tanto que se escuchó el tronar de sus dedos.

- Te dejaré pensar~ solo...
Aunque no pienses en mí, piensa en él~ -

Ese estúpido tono era el que Akaza más odiaba, no podía creer esa traición, lo había ayudado en un inicio. ¿Por qué cambió así como así? ¿Será su falta de sentimientos?.




Tanto Kyojuro como Akaza, no sabían que decisión tomar, aceptar o rechazar.
Creer o no creer....










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Como podrán leer en mi historia, me siento de la verga, así que por eso esta actualización tan triste... [Se va antes de que le den un putazo]

➵ Te protegeréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora