dragon ball: code f

Capítulo 9

RENUNCIA DE DERECHOS: DRAGÓNBALL Y FREEZING NO ME PERTENECEN,TODOS SUS DERECHOS LES PERTENECEN A SUS RESPECTIVOS CREADORES

Maldita sea.

¿Porque de todas las ocasiones tuvo que ser de este manera?

¿Porque demonios permitio que su propia curiosidad le llevará a esto?, Aquí en este mismo momento es donde mejor aplicaba aquella famosa frase de la curiosidad mato al gato.

Goku echaba más maldiciones en su cabeza por la situación en la que el se había metido.

Tantos años intentando de la mejor manera tener un perfil bajo y tratar de no ser descubierto por las masas, y eso había sido todo menos facil en especial si se trata de un guerrero alienigena portador de un poder capaz de diezmar al mundo entero sin mayor problema.

-Maldita sea- gruño, frustrado por haber tirado al caño todo lo que había hecho.

Mientras el azabache seguia en su propio conflicto interno la Reina Intocable en ningún momento había dejado de observar a aquel hombre, intentando procesar lo que había ocurrido.

Un hombre.

Un hombre habia derrotado a una Pandora.

Y lo había hecho de una forma tan estúpidamente fácil ¿Cómo lo hizo? ¿Quien o que era el? Pero sobre todo... ¿Que eran estas sensaciones extrañas que la rodeaban?.

Satellizer al no sentir el ataque de Ganessa habría abierto sus ojos lentamente observando solo a un hombre alto, De complexión musculosa y de cabello raro darle una potente patada a su oponente.

No pudo entender o describir con certeza nada de lo que llego sentir, primero sintió una extraña y reconfortante calidez que la envolvía completamente como si fuera un calido manto, calmandola, intoxicandola. Pero así también existía esta sensación había otro completamente opuesta, era fría, tenebrosa y tan oscura como el más profundo de los oscuros abismos. Era como si no hubiera rastro de vida en su ser.

¿Pero como era eso siquiera posible?

¿Cómo algo puede sentirse bien y al mismo tiempo no? Era muy contradictorio.

El pelinegro se había dado la media vuelta para observarla nuevamente, Satellizer al sentir su mirada puesta en ella se estremeció por aquella mirada sería e inexpresiva que le daban aquellos orbes onix, pero... por alguna razón no pudo evitar no dejar de verlos sintiéndose de una extraña manera cautivada por esos orbes oscuros y vacios.

Ambos se observaban silencio, sin formular palabra alguna y teniendo un pensamiento diferente del otro.

-P, presidenta ¿Quien es el?- Pregunto a duras penas el Aoi todavía sin poder procesar lo que sus ojos acababan de precenciar.

-Lamento decirte esto Aoi... pero estamos en el mismo bote, no tengo idea de quien es el y de donde a aparecido- reveló mientras aún observaba atenta al pelinegro.

"Tiene una fuerza descomunal y no solamente eso, sus reflejos están muy afinados y aquella la velocidad y precisión con la que efectuó esa patada fue impresionante" Pensó la castaña.

En su vida jamás había visto a alguien derrotar a una Pandora con esa facilidad y mucho menos un hombre.

Puesto que en este mundo los hombres con cierta habiladad sólo llegarian a ser nada mas limiters. Ademas las habilidades que había demostrado eran equiparable a un artista marcial.

Pero...

¿Que tan poderoso podía llegar a ser?
Esa era la incógnita que ahora de tenia en su mente la pelicastaña.