Renuncia de derechos. Todos los animes y personajes usados en esté fic, crédito a sus respectivos autores.
Goku siguió caminando dirección a la casa del peliverde, aún liberando sed de sangre dando un claro indicio que no quería que nadie se acercará a él.
Cuándo el Son llegó a la casa de los Midoriya, presenció una escena bastante peculiar, había una mujer peli rubia, un hombre peli castaño y el mocoso rubio fuera de la casa de los Midoriya.
Lo peculiar es que la mujer peli rubia, estaba gritando hacia Inko y por lo que podía escuchar estaba preguntando por un peli rubio con ojos turquesa.
¿Eh? ¿Habla de mí? - pensó Goku con duda, pues él en Super Saiyajin encajaba perfectamente en la descripción de la mujer rubia.
Para saber que estaba pasando aquí y el como llegamos a que Mitsuki Bakugou le gritará a su buena amiga Inko. Tendremos que volver un poco en el tiempo, específicamente en la mañana.
Flash-back
En el mismo barrio dónde habita la familia Bakugou, estos se estaban levantando para poder iniciar su día. Como era sábado no tenían nada que hacer y sólo iban a tener un desayuno familiar como toda familia común y corriente.
Lo malo es qué está familia no es común y corriente.
¡YA LEVÁNTATE, MOCOSO! - gritó la matriarca Bakugou al único hijo que tiene.
Sí, está familia desde temprano que empieza con el bullicio, él único que se mantenía calmado y no tomaba atención a nada era Masaru Bakugou patriarca de la familia Bakugou.
¡YA VOY, VIEJA BRUJA! - exclamó el hijo del matrimonio, bajando las escaleras, frotándose un ojo para desperezarse.
Buenos días... - saludo Bakugou con un bostezo ante el sueño que tenía.
Ya está listo tú desayuno, hijo. Provecho - indicó Mitsuki yéndose a sentar al lado de su marido.
La familia comenzó a desayunar de manera pacífica y sin ningún contratiempo. No había tema de conversación ahora mismo, pues a uno no le interesa compartir (Katsuki Bakugou) y otros no tenían temas de conversación (Mitsuki y Masaru).
Siguieron comiendo de manera calmada y reservada, cuando acabaron su desayuno. La matriarca Bakugou fue a dejar los trastes sucios al lavaplatos.
Cuando regreso, miró fijamente a su hijo con una expresión seria. Katsuki al sentir la intensidad de la mirada de su madre, comenzó a sudar ante el nerviosismo que sentía por eso.
¿Q-qué quieres, Oka-san? - preguntó el pelicenizo con nervios.
¿Qué quiero? Quiero que vayas a cambiarte para ir a la casa de Inko-chan, mocoso - demandó Mitsuki con expresión seria a su hijo.
¿Por qué deberíamos ir a la casa de la tía Inko? - comentó dudoso Bakugou haciéndose el desentendido.
¿Por qué dices? Pues... ¡Para ir a por el sujeto que te dejó en ese estado, mocoso del demonio! - dijo la peliceniza perdiendo un poco los estribos ante las preguntas de su hijo.
O-okey, Oka-san - expresó Bakugou asintiendo con la cabeza, para subir a su habitación y cambiarse.
¿En serio vas a reclamarle a ese hombre? - preguntó Masaru con duda a su mujer.
Sí, tiene que pagar por dejar en ese estado a mí pequeño Katsuki - respondió seriamente Mitsuki a su esposo, mirándolo de manera fría.
Masaru suspiro ante la mirada fría de su esposa, cuando Mitsuki se colocaba así era muy difícil sacarla de ese estado.
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El padre de Midoriya
RandomDicen que las leyendas no nacen sino que se crean, cada una de estas leyendas puede variar, pero la leyenda de que les contaré ahora trata de una que con sus actos puede cambiar el rumbo de la historia. Portada hecha por @DaniMorales820.