INSOPORTABLE - KOOKMIN

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El experto en unir a personas afines para formar parejas o más conocido como el oficio de casamentero Park JiMin, observó horrorizado con la boca abierta mientras su clienta, irrumpía en la oficina.

El cabello rubio de la mujer estaba amarrado en un moño desordenado y sus ojos marrones oscuros denotaban fuego con frustración.

JiMin había visto esa mirada antes. Era una mirada de rabia intensa. Oh-oh.

—Me acomodaste con un rufián —exclamó Yiren. —Anoche la cita fue un desastre. Se presentó en mi casa en moto y me llevó a comer costillas. ¡Costillas, por amor de Dios! Llevaba una chaqueta de punto de trescientos dólares. ¿De verdad crees que quería comer costillas? Hice un lío de mí misma.

JiMin hizo una mueca, jalando sus mechones rojos.

—Te pondré con alguien que no sea Mino —dijo JiMin rápidamente. —Me dijiste que pensabas que todos tus novios anteriores eran aburridos, así que quise probar con alguien que, bueno, no lo fuera.

—Sólo porque no quiero a alguien aburrido no significa que tenías que ponerme una trampa con un hombre que tiene un tatuaje de calavera en llamas en sus bíceps —Yiren sorbió. —Nací en una familia importante, por amor de Dios. Mi tío es senador. ¿Qué sobrina de senador saldría con alguien así?.

JiMin pensó que la mujer iba un poco demasiado lejos. Yiren estaba hablando mal de Mino como si fuera un leproso. Claro, el hombre era un poco duro alrededor de los bordes, pero no era malo en el interior.

Por desgracia, no podía replicarle a una clienta, porque los malos rumores podrían hacer o deshacer un negocio de dos meses como el suyo. A decir verdad, se habría negado a trabajar con una mujer así en circunstancias normales, pero Yiren había estado en su mejor comportamiento... hasta después de que firmó el contrato de un año.

—Te voy a emparejar con alguien un poco más a tu gusto esta vez —JiMin trató de darle una sonrisa alentadora.

—Asegúrate de hacerlo —Yiren lo señaló amenazante. —Sin tatuajes, aretes, ni motos.

—Entiendo —JiMin se puso de pie, con la intención de agarrar un poco de papel para tomar notas, y rápidamente se golpeó el pie en la pata de la mesa.

Una serie de palabrotas de gran talla de las cuales nunca había oído su clienta Yiren salieron de su lengua.

El padre de JiMin era un marinero, así que tomó su vocabulario colorido de él. Por desgracia, a juzgar por la expresión de Yiren, las blasfemias no eran tan naturales para su distinguida familia.

—Asqueroso. ¿Dónde aprendiste modales? —Yiren negó y salió de la oficina.

Oh hombre.

JiMin se dejó caer en su silla, sosteniendo su dolorido pie, mientras sus ojos se humedecían.

¿Qué estaba mal con ir a una comida con costillas de todos modos?

Si alguien alguna vez lo invitara a salir, estaría más que feliz de hundir sus dientes en alguna barbacoa de cerdo. Aun así, no era un miembro de la distinguida familia de su clienta, y definitivamente no era el sobrino de un senador o el hijo de un gran empresario. Su madre era camarera y su padre era un marino retirado.

Su familia no había tenido mucho dinero, pero tenían más que suficiente amor para compensar eso. Sus padres incluso estaban al día con el hecho de que JiMin no podía caminar cinco pasos sin causar un accidente.

Mientras suspiraba, se dio cuenta de que estaba siendo un cobarde con todo el asunto.

¿A quién le importaba si Yiren pensaba que estaba haciendo un mal trabajo?