INSOPORTABLE - KOOKMIN

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—Por lo menos tienes buen cuerpo —murmuró JungKook. —.El cabello de color rojo no es malo, tampoco. La distribución podría ser mejor, sin embargo....

¿Qué diablos significaba eso?.

Sonaba como si estuviera detrás de él o algo así. Se dio la vuelta y se encaró con JungKook.

—Te agradecería si pudieras abstenerte de hacer cualquier comentario acerca de mi cuerpo —dijo JiMin. —Tú estarás saliendo con otras personas, no conmigo. No importa cómo me veo, así que espero que puedas mantener una actitud profesional.

—¿Es por eso que viniste corriendo alrededor de la esquina, maldiciendo en mis oídos cuando casi caíste? —JungKook levantó una ceja. —Ese es un nuevo tipo de profesionalismo si me preguntas.

—Yo... yo... —a ceja de JiMin se crispó. —Eso es todo. No me importa lo bien que te veas. No puedo trabajar contigo durante todo un año.

Que el cielo lo ayudara, manejar a Yiren era lo suficientemente duro.

—¿Estás negándote a trabajar conmigo? —JungKook pareció divertido por eso.

—Sí —JiMin lo miró.

—Lo dudo —JungKook apoyó los pies sobre el escritorio y se inclinó hacia atrás. —Date prisa con ese café.

¿Qué diablos?

JiMin estaba furioso.

—Vete —dijo JiMin. —Esta es la última vez que te lo pediré amablemente.

—¿Esto es pedírmelo amablemente? —JungKook se quedó mirando el techo. —Vaya. Realmente me harás el trabajo difícil.

—Esto es lo que me pasa por traer clientes de la web. —gimió JiMin y agarró un puñado de su cabello.

—Hay algunas personas peligrosas en la web en todo el mundo —dijo JungKook alegremente.

—Tú eres el que es peligroso —le espetó JiMin.

—¿Te lastimé? —preguntó JungKook. —Pues no. No soy peligroso en absoluto.

—No me hiciste daño, aún —JiMin frunció el ceño. —Y si no sales de mi oficina por tu cuenta, te obligaré a hacerlo.

JiMin era un chico con fuego en la sangre. Si JungKook no salía después de que gritara, entonces sólo tendría que tirar de él por la fuerza.

¿Y qué si pesaba sólo sesenta y cinco kilos?.

Podía manejar esto. Agarró el brazo de JungKook, tratando de sacarlo de la silla. El tipo ni siquiera estaba luchando con él, pero no pudo hacer que se moviera ni un centímetro. Se sentía como que el chico pesaba 500 kilos.

Gotas de sudor cubrieron su frente y las palmas de sus manos se volvieron resbaladizas por el sudor.

—Realmente necesitas despedirte de las donas —JiMin se quedó sin aliento entre cada palabra y dejó de tirar. —¿Cómo eres tan pesado?.

—Creo que eres tú quien debe despedir a las donas —JungKook se rió disimuladamente. —¿Estás cansado ya?.

—Cállate —JiMin señaló con el dedo hacia JungKook amenazadoramente. —Si no te vas, voy a derramar el café caliente en tu cabeza.

—Yo no haría eso si estuviera en tu lugar —JungKook se veía a gusto a pesar de su amenaza.

Este tipo era todo un caso. JiMin maldijo. No lo haría de nuevo ahora. No tenía la intención de trabajar con JungKook incluso si le pagaba el doble de su comisión.