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Le había prometido a JungKook que al menos intentaría hacer que funcionara. Desafortunadamente, no estaba seguro de poder manejar un encuentro con TaeHyung sin querer arrancarle los ojos con una cuchara de sopa.

Tienes que intentarlo, susurró su buen chico interior.

—Bueno, está bien —JiMin negó. —Tienes suerte que haya alguien allá arriba a quien le gustas.

—¿Qué? —preguntó TaeHyung.

—Oh, nada —JiMin se retorció en su silla. —¿Cuándo quieres que nos veamos?

—¿Esta noche está bien? —preguntó TaeHyung.

—¿Por qué no? —no era como si JiMin tuviera vida social.

—Bien —TaeHyung parecía contento. —Nos vemos en mi casa. ¿Puedo confiar en que no compartirás mi domicilio con la prensa?

—¡Por última vez, no soy un caza fortunas! —gritó JiMin y luego se obligó a calmarse.

—Al parecer, lo que todo el mundo dice sobre el carácter de los pelirrojos es cierto —murmuró TaeHyung.

Te voy a mostrar mi carácter, imbécil de... A JiMin le dio un tic en la ceja mientras sacaba un bolígrafo de su maletín.

—¿Vas a darme la dirección? —quería terminar esta conversación antes de decir algo que lamentaría.

—Está bien, está bien —TaeHyung le dio la dirección.

Después de que garabateara la información en una servilleta, se dio cuenta de que reconocía el nombre de la calle. TaeHyung vivía en una rica comunidad cerrada por la cual pasaba cada vez que iba a comprar yogurt helado.

Dejó escapar un gemido de sorpresa y envidia.

¿Dónde creías que viviría?

Un tipo que hace un montón de dinero no va a estar viviendo en los barrios bajos. Con el ceño fruncido, metió la servilleta en su bolsillo.

—Te veré más tarde, TaeHyung —por más que odie ese hecho, pensó JiMin.

—Gracias, JiMin —dijo TaeHyung.

—Adiós.

JiMin colgó y luchó contra el impulso de comenzar a gemir como un bebé recién nacido. Demasiado para su maravillosa noche acostado en el sofá.

—¿Quién era ese? —los ojos de Jin ardían con curiosidad.

—Kim TaeHyung.

Chillando por la sorpresa, Jin se puso de pie tan rápido que tiró su sándwich de la mesa. El hombre ni siquiera se molestó en recogerlo.

—Kim TaeHyung —repitió Jin. —¿Te llamó otra vez? ¿Por qué?

—Me invitó a su casa hoy —gimió JiMin. —¿Cuáles son las probabilidades de que tenga una cámara de tortura en el sótano y planes para encerrarme allí?

—Oh, JiMin, esto no es bueno. Probablemente quiere venganza o algo así —Jin negó. —¿Por qué diablos accediste a ir? Normalmente no tienes problemas para decirle a la gente que se tire frente a un autobús.

—Mi ángel psicópata querría que me reuniera con él —ups. Las palabras habían salido sin querer.

Los ojos de Jin se estrecharon.

—¿Ángel psicópata? —Jin parecía confundido por un momento, luego sumó dos más dos. —¿Quieres decir que estás escuchando a tu alucinación?

—Ugh, no —JiMin técnicamente, estaba escuchando a un ser celestial.

—Eso es todo —Jin tomó su brazo. —Vamos al doctor ahora mismo.

—Jin, ya basta —exclamó JiMin.

JiMin fue puesto de pie por su mejor amigo. El hombre a pesar de ser delgado tenía la fuerza de un tanque y JiMin no tenía ninguna posibilidad de escapar.

—Nos vamos al consultorio para hacerte una cita —Jin lo arrastró hacia la puerta. —No voy a aceptar un no por respuesta.

Con un grito, JiMin fue llevado desde la tienda de sándwiches. 
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Disculpen la espera, y Feliz navidad a todxs
Un abrazo muy fuerte 🤗

INSOPORTABLE - KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora