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Mientras JiMin entraba en su departamento con JungKook detrás de él, gruñó porque estaba lleno de pollo frito.

Se dirigió al sillón y se recostó en este. Otra pluma estaba pegada entre los cojines del sillón.

¿Qué diablos?. ¿De dónde venían todas estas plumas?.

Era como si mágicamente aparecieran por todas partes. Rodó los ojos y se tendió en el sillón, ignorando a su teléfono el cual vibraba en su bolsillo. Había estado haciendo eso todo el día.

—¿No contestarás? —le preguntó JungKook, sentándose en los brazos del sillón.

—No —JiMin pasó sus dedos por su cabello.

—¿Qué tal si es alguien importante? —preguntó JungKook.

—¿Cómo quién? —JiMin levantó una ceja.

—Podría ser cualquiera. Eres un intermediador de parejas —JungKook se encogió de hombros. —Probablemente no deberías ignorar tu teléfono. No es bueno para tu negocio.

El chico estaba en lo correcto.

Sacó su teléfono y estaba sorprendido de que la llamada no era de HoSeok. La llamada era de un número desconocido. Tal vez era un cliente potencial que quería juntarse con él.

Contestó el teléfono.

—Hola —dijo JiMin.

—¿Cuál es la gran idea? —dijo TaeHyung como una forma de saludo.

—¿Perdón? —oh mierda. Estaba completamente fuera de guardia.

—No actúes como si no supieras de lo que hablo —dijo TaeHyung.

JiMin se paró, su sangre hirviendo.

—No estoy jugando —dijo JiMin. —¿Por qué diablos me estás llamando?

—Tú sabes por qué —dijo TaeHyung. —¿No te ofrecí suficiente?.

—No te estoy entendiendo —dijo JiMin. —¿No me ofreciste suficiente, qué?.

TaeHyung dejó salir un suspiro de impaciencia.

—HoSeok dijo que te habías negado a recibir el dinero —dijo TaeHyung. —¿Qué es lo que no te hará hablar con la prensa?

—¡No quiero nada de tu dinero, idiota! —gritó JiMin. —Nunca tuve la intención de hablar con la prensa en primer lugar. Si tu manager hubiese hablado conmigo acerca del asunto en lugar de insultarme al hablar de dinero antes que todo, tal vez se habría dado cuenta.

Un largo silencio siguió.

Miró a JungKook quien miraba a lo lejos. No me digas que sabía que era TaeHyung el que llamaba...

—¿No quieres mi dinero? —preguntó TaeHyung.

—No, no quiero tu dinero —bueno, JiMin lo quería, pero quería más dinero ganado por hacer algo bueno.

—Yo... Yo... —TaeHyung calló. —Está bien, entonces.

—Está bien —JiMin apretó los dientes.

—¿Realmente no le dirás nada a la prensa? —preguntó TaeHyung.

—Como dije, nunca pensé en hacerlo —resopló JiMin.

—Oh... —TaeHyung sonaba en shock.

—¿Es eso todo? —dijo JiMin rápidamente. —¿Terminamos?

Esta conversación era como sacarse los dientes.

—Bueno, sí —TaeHyung dejó salir un suspiro. —Supongo que sí.

—Está bien —JiMin cortó la llamada.

Enojado, miró a JungKook. Hoy no era su día. Todo el mundo seguía haciéndolo enojar.

—Sabías que me iba a llamar —dijo JiMin. —Puedo verlo en tus ojos.

—Dijiste que ibas a confiar en mí —JungKook se encogió de hombros. —Bueno, necesitabas contestar esa llamada, así que te hice contestarla.

—Confío en ti, pero podrías haberme advertido —JiMin estaba furioso.

¿Cuán estúpido era que pensó que JungKook era su aliado?.

—Probablemente no habrías contestado si te decía —JungKook se puso de pie.

Bueno, tal vez no lo habría hecho, pero seguía enojado con él. Agarró uno de sus preciados cojines del sillón y lo golpeó en su cabeza. No era un maletín, pero funcionaba tan bien como cualquier cosa.

JungKook trató de agarrar a JiMin, pero se movió fuera de su alcance.

—Deja de golpearme —dijo JungKook.

—¿Qué harás al respecto? —JiMin levantó una ceja. —Creo que mereces unos golpes, traidor.

—Golpéame otra vez —dijo JungKook.—Te re...

JiMin lo golpeó en la cabeza con el cojín, haciendo que su cabello castaño se revolviera.

—Tú... —la sonrisa desapareció de la cara de JungKook y fue reemplazada por una peligrosa mirada.

JiMin retrocedió.

—Eso es, pequeño —dijo JungKook. —Jugaste con un ángel guerrero. Estás en graves problemas ahora.

Pero antes de que JiMin reaccionara, JungKook se puso de pie y agarró su brazo.

JiMin trató de escapar, pero JungKook lo arrojó de vuelta en el sillón y le agarró los brazos por sobre su cabeza. Se sentó a horcadas sobre sus piernas y estaba dolorosamente consiente de su fuerte cuerpo presionado contra el suyo.

La hermosa cabeza del chico ángel se acercó a la suya.

Incluso después de haber comido pollo frito con papas y salsa, su aliento seguía oliendo como rosas. La vida no era justa.

JiMin miró lejos de él, demasiado furioso para incluso mirarlo con otros ojos.

—Sabes que me preocupo por ti ¿verdad? —dijo JungKook. —Esa es la única razón por la cual te hice contestar esa llamada.

—¡Bah! —JiMin se negaba a mirarlo.

—Pensé que estabas usando tus boxers de niño grande hoy —JungKook rodó sus ojos y dejó sus brazos libres.

—Ser un adulto está sobreestimado —dijo JiMin. —Me saqué los boxers de niño grande y los quemé.

—Mira tú —JungKook agarró su mentón y lo hizo mirarlo.

Su cabeza estaba justo arriba de la suya.

—Pequeño, necesito que dejes de ser tan terco. Dijiste que confiarías en mí, así que no puedes estar tan enojado cuando te di un pequeño empujón —dijo JungKook.

JiMin lo miró a los ojos.

—De todos modos deberías haberme dicho lo que pasaría —JiMin lo sintió como una traición.

—No te traicioné. Dije que te iba a ayudar y lo estoy haciendo —dijo JungKook. —Además, ¿quién está en contra de quién aquí? Tú eres el que comenzó a atacar con almohadas.

—Eres un llorón —JiMin le frunció el ceño. —Podría hacerlo mucho peor y no tendría que usar mis brazos.

—Me gustaría verte tratar —JungKook le agarró los brazos de nuevo.

JiMin tenía un plan, pero no estaba seguro si lo debería hacer. Por un lado, quería vengarse del ángel, pero, por otro lado, se suponía que era un adulto y su idea era un poco inmadura.

¿Debería o no?.

—No tienes un plan, ¿o sí? —le preguntó JungKook con la misma sonrisa molestosa en su cara.

Oh, a la mierda con eso. Había quemado sus boxers de niño grande, ¿cierto? Su momento de duda había terminado.

Con una siniestra sonrisa, JiMin lamió la mejilla de JungKook. 

INSOPORTABLE - KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora