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—No, me preocupa que termines estrangulándolo —dijo JungKook.

De hecho, eso era algo de qué preocuparse. JiMin se quedó en silencio mientras se dirigían escaleras abajo. Fue entonces cuando se dio cuenta de que todavía estaban tomados de la mano. Había estado demasiado ocupado echando humo para notarlo. No debía sobre analizarlo, pensó, mirando hacia abajo a sus dedos entrelazados.

A pesar de que trataba de ignorarlo, no podía dejar de notar lo suave que era la palma de JungKook a pesar de que era un ex-guerrero. Su mano hormigueaba.

¿Qué estás pensando? ¡Platónico, platónico, platónico!

Luchó con sus sentimientos mientras seguía a JungKook al exterior y al estacionamiento. Recordó lo que Jin había dicho en el almuerzo ese día.

"Es humano sentirse atraído por gente que no deberías. Lo importante es si se actúa sobre los sentimientos".

Soltó un suspiro tembloroso y negó.

Bueno, estaba bien. Era normal sentirse de esta manera. Aún así, cuando JungKook se detuvo en su auto, sintió una oleada de alivio cuando el ángel le soltó la mano.

—¿Estás bien? —JungKook ladeó la cabeza y colocó su mano contra su frente. —Te ves un poco sonrojado.

—Estoy bien —JiMin soltó una risa nerviosa y alejó su mano.

—Te sientes caliente —dijo JungKook. —Si tienes fiebre...

—No tengo —JiMin forzó una sonrisa. —Mi cara está enrojecida porque estoy nervioso.

Abrió el auto y saltó al asiento del conductor. JungKook se metió adentro también. Mientras metía la llave en el contacto, el ángel lo miró con el ceño fruncido.

—Voy a estar contigo todo el tiempo —dijo JungKook. —No tienes que estar nervioso.

Es por ti que estoy nervioso.

—Lo sé —JiMin se puso en marcha.

Estuvieron en silencio mientras JiMin se dirigía hacia Main Street y luchaba contra el tráfico. Su enfado de conductor era una gran salida para liberar toda su energía nerviosa.

Dieciséis palabrotas y una seña con el dedo medio más tarde, llegaron a la calle fuera de la comunidad donde vivía Kim TaeHyung. Una gran puerta negra se interponía entre él y el barrio de Kim TaeHyung.

Oh mierda.

TaeHyung no había mencionado nada acerca pasar más allá de un guardia de seguridad. Nervioso, se detuvo en la puerta. Un guardia de seguridad con un traje azul lo observaba desde una pequeña cabina. Intercambió miradas con JungKook antes de volver su atención hacia la puerta. No estaba seguro de lo que iba a hacer sí el guardia no lo dejaba entrar.

—Estoy aquí para encontrarme con Kim TaeHyung —dijo JiMin. —No estoy seguro de si él le dio mi nombre o no.

La ceja del guardia de seguridad se elevó.

—¿Nombre? —preguntó.

—Park JiMin —dijo.

—Él lo tiene en la lista de visitantes —el guardia de seguridad asintió. —Puede entrar.

JiMin dejó escapar un suspiro de alivio.

—No deberías haber estado tan preocupado —JungKook resopló. —Si el tipo no nos hubiera dejado entrar, entonces lo habría conseguido de alguna manera.

Ignoró a JungKook mientras el guardia abría la puerta.

De ninguna manera estaba discutiendo con un JungKook invisible delante de una persona que podría bloquearlo fácilmente. Después de saludar al guardia, condujo por una calle pequeña y quedó asombrado con las casas a su alrededor. Todas eran mansiones enormes con una arquitectura impresionante. No vio ni una sola casa que no fuera de tres pisos.

INSOPORTABLE - KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora