Capítulo 4

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So_soy Kim Ryeowook – se sonrojo un poco por tartamudear –

Mucho gusto Kim Ryeowook – le extendió su mano – soy Kim Jong Woo, pero puedes llamarme yesung – mostró de nuevo su sonrisa, esa sonrisa que en poco tiempo ya se había convertido en la favorita de Ryeowook —

Tomo su mano correspondiendo al saludo y se embobo de nuevo entre las curvas de sus labios, trago seco, el mayor amplio su sonrisa y se levantó.

Debes tener hambre, te prepare algo de desayunar – dicho esto salió de la habitación dejando al menor de nuevo solo –

-Narra Ryeowook-

Lo vi salir, tenía la oportunidad de escapar… pero no estaba prisionero me gustaba la sensación que me daba el estar con el.

Me levante y empecé a recorrer la habitación, ahora iluminada por la luz, mire las ventanas con enormes cortinas negras, ahora entendía la obscuridad.

Regrese a la cama pasando mi mano por las suaves sábanas color vino con negro, era seda, no había duda, seguí caminando por la habitación memorizándome cada detalle de esta, a lado de la cama dos buros de madera, las paredes rojas con negro, llamó mi atención la gran televisión de pantalla plana frente a la cama, nunca había visto una así, solo en las tiendas de electrodomésticos.

Bajo la tele un gran mueble con varios objetos personales de yesung, a lado pegado a la pared su armario medio abierto, mi vista se fijo en la ropa, se veía muy costosa.

Regrese mi vista a los buros, observe una fotografía, bueno mas bien parecía una pintura, a lo mejor la había mandado a hacer recientemente, pues no pareció haber cambiado en nada, tomé la pintura y la observe más detenidamente, parecía que yesung tenía unos 22 o 23 años, a su lado una chica tomándolo del brazo, rubia, blanca, labios rojos, muy linda, de unos 18 años maso menos, sonreí dejando la pintura en su sitio.

Yesung entró con una bandeja con waffles con cajera, un vaso de jugo, uno con batido de fresa y un poco de fruta picada, lamí mis labios y mi estómago sonó, me sonroje un poco al ser delatado por mi estómago, pero, de verdad tenía hambre.

-Fin de la narración-

Yesung se sentó en la cama dejando la bandeja en el buro.

Debes comer – dijo el mayor sonriéndole –

Gracias, no quiero causarle-causarte molestias – corrigió aún más sonrojado –

No es ninguna molestia – le dedico otra sonrisa aún más grande al ver el sonrojo en sus mejillas –

Lo vio comer mientras se concentraba en sus facciones, suspiro y vio la foto en el buro, odiaba y amaba esa pintura, aquella chica había sido su primer amor, Tae Yeon, por alguna razón, las facciones de Ryeowook le recordaban mucho a esa chica, su mirada, sus labios.

-Narra Yesung-

Vi aquella pintura, el único recuerdo que tenía de TaeYeon, recordé sus facciones, voltee a ver a Ryeowook, por alguna razón el me la recordaba, su mirada, sus ojos grandes, solo que el los tenía color café claro, sus mejillas, solo que las de él se veían más lindas con ese color carmesí sobre ellas, su forma de comer, sus labios...

¿Sería posible que este chico fuera su reencarnación?

No podía ser posible, claro podían existir vampiros pero no la reencarnación.

-FLASHBAK-

Era el siglo XV (1489) yo tenía apenas 21 años, vivía en Triora un pequeño pueblo a las afueras de Italia que era muy famoso por la aparición de brujas, vampiros y hombres lobo.

SABANAS DE SEDA (Yewook +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora