La Torre ~ Capítulo 7

16 5 0
                                    


DESPUÉS DE LA TORMENTA:

Camino a la puerta de la torre, Yolanda siendo ayudada por Arthur.

Antes de que tocará la manija, ella le retuvo...

— Arthur..., no, espera. Quiero... decirte algo... importante.

— Dime, mi amiga.

— Tienes que... prometerme... que no les dirá nada a nadie... de lo que me sucedió. —Le suplicó mirándolo directo a los ojos.

— Yolanda...

— Prometemelo...

— No puedo hacer eso...

— Prometemelo. No tengo a más nadie..., sos importante para mi y eres... lindo de corazón. —Yolando llevó la mano y la apoyó en su mejilla. - Prometerme que... no les contarás... absolutamente a ninguna persona.

Las piernas le temblaron a Arthur, esa decisión no era justa. Pero al rato a ver su carita triste, ascendió con un asistí de cabeza. Arthur tomó su mano entre las suyas y le dió un pequeño beso en el nudillo.

— Te lo prometo.

— G-gracias..., sos un valiente... dulce. —Le dijo ella esforzando sonreír pero luego se puso a llorar por lo recordado de esos hombres horribles.

Arthur abrió la puerta y luego la vió que se cubrió la boca con la mano...

—L-lo siento, lo siento ay, dios. —Dijo, Yolanda entre lágrimas. - Tengo... ganas de vomitar.

Subieron los escalones, tan arriba para llegar al baño, Yolanda no soporto ni bien cruzado la habitación del baño. Se dejó caer de rodillas y vomitó.

* * * *

Pasó las semanas, tanto a tanto corría con simulo a vomitar por ahí para que nadie la escuchase esforzarse.

Antoni y Gadriel lo sabían, porque el día malo, durante la tormenta, cuando eso pasó e iban los dos abrazados camino a pasos lentos a la Torre, se encontraron a los bandidos violadores, riendo y todo se los dijeron el acto sucio que habían hecho con la sirvienta.

Ahora los primos se esforzaban mucho por ocultar sus vergüenzas, y más con su prima cerca de ellos y los días que les preparaba las comidas, no podían evitar verla como si supieran lo que le pasó.

Lo mismo Yolanda notaba en sus miradas a los primos que algo muy malo les sucedió también cuando no regresaron con los caballos.

Arthur se mordía la lengua para no contar nada. Pero las veces que la veía a su amada amiga desaparecer para vomitar, le entraba rabia y estaba tentado ir corriendo al señor de la torre y cantarle todo para romper y acabar con el sufrimiento de la niña por lo que atravesaba. Alguien debía ayudarla, pensaba con impotencia Arthur cuando cocinaba de su lado.

Hasta que un día la detuvo para hablarle, la llevó a un lugar de la torre más privado, y conflotó la situación.

Arthur le dijo que se los iba a decir, pero Yolanda se aferró a él y le dijo que la ayudara. Se trataba de que podía estar embarazada, y si lo estaba... le pedía el favor que él mintiera diciendo a su padre que es el papá del bebé para que no se hiciera preguntas indeseables. Pero si no lo estaba en cinta, Yolanda le pidió que se marchará de la torre... porque no le soporta verle a la cara, las veces que lo ve, recuerda todo, toda la pesadilla una y otra vez.

La TorreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora