La Torre ~ Capítulo 9

13 5 0
                                    


— ¿Por qué me citas en este lugar? Arthur, vos no eres esa clase de pervertido de frecuentar en sitios como estos. —Le preguntó, Gadriel bebiendo un sorbo de cerveza, junto a la barra del club tabernero cuervo.

— Tienes razón ¿sabés? No porque sea un sirviente no significa que no pueda cruzar las líneas. —Le contestó, Arthur ya algo mareado.

— Ya, anda, deja de dar vueltas las cosas. ¿Qué es tan importante que quieras decirme?

Arthur se puso serio y se miró el rostro al espejo que tenía frente a él. Luego de unos momentos, suelta.

— Estoy enamorado de la persona equivocada.

— ¿Qué? ¿para eso me hacés perder el tiempo, estupido sirviente? ¿para contarme tus patéticos sentimientos? —Gadriel, puso los ojos en blancos.

— Vos y el señor de la torre son los únicos que hacen años conocen mi secreto más gris. Sabés que soy un yun.

— ¿Y porque eso te preocupa de repente?

— Porqué al pensar... de ser un condenado yun, mi amigo, no pude liberarme de las correas y protegerla.

— ¿Querías proteger a quién?

— ¿Eso importa? Joven Gadriel, necesito cobrarte ese favor que me debes.

— No hablas en serio, ¿verdad? Creo que... ya bebiste demasiado eso.

— Me voy. Quiero alcanzar esa fragata que abarca cada 4 meses por la región del muelle Ultra, lo cual una vez de navidad te conté.

— ¿Te uniras al ejército de los vikingos?

— Me alistaré con ellos, así es. Si me doy prisa ahora la alcanzare al salir el sol.

— ¿Te volviste loco?

— ¿Me ayudarás o no?

— Si, si..., pero no entiendo nada a que les quieres ganar.

— Cállate.

— ¿Mataste a alguien?

— No. No, y déjame en paz.

— Lo hacés por amor, Arthur. Sos afortunado. Yo nunca estuve enamorado. ¿Pero estás seguro?

— Eso creo. Si. Gadriel, le hice una promesa a una persona y cumpliré. Soy hombre de palabra.

— Lo siento

— ¿Por qué?

Los dos guardaron silencio unos minutos para beber lo que quedó del tarro de madera.

En aquel instante Arthur se da cuenta de que alguien encapuchado le estaba observando allá en un rincón oscuro de la taberna, pero no voltea a verle para no alterar a su amigo.

Arthur y Gadriel se hicieron amistosos desde hace un par meses lo cual un accidente los unió a los dos. Y desde aquel entonces tanto a tanto se hablan; Gadriel le busca para conversar a las horas en que Arthur se encarga de la limpieza del establo y la pasan bien, siempre le cuenta que su primo es un mediocre aburrido para nada y que por eso se siente bien hablándole.

— Vamos, salgamos de acá. —Arthur se puso de pie algo mareado y apoyó la mano en su hombro para no caer.

— Falta unos minutos para las 24, nos queda una ronda más para beber. —Le dijo, Gadriel sin mover el trasero de la banca.

— Vamos..., algo pasa. —Arthur, le susurró a su amigo y éste se levantó alterado, justo como lo imagino.

— ¡¿A dónde?!

La TorreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora