La Torre ~ Capítulo 10

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Salió se la Ciudadela levantando polvo, sabía que lo perseguía, que todavía el cazador estaba lejos, pero le estaba alcanzando.
Se adentró en los conjuntos de bosques confiando en su instinto. A pesar de estar lejos, no estaba a salvo Arthur, no podía subestimar el hambre del Fénix que tenía por atraparlo.

Si, ése hombre que surge de las llamas una y otra vez.
¿Cuál será su secreto que ha sobrevivido tres veces? ¿Una bruja que lo sana? ¿Un poder sobrenatural en él que se expande por su ser? ¿O... el milagro de los uno de los magos de la montaña?

Eso no importa ya. Porque Arthur antes de cruzar el lago Lila, de repente una flecha le rozó la oreja.

Ése tal cazador nombrado Fénix por sus surgimiento, era un experto de jamás fallar un tiro con su puntería y tampoco jamás de perder en una pelea. Es un hombre que nadie quiere encontrar en el camino...
Ataca tan veloz que ni siquiera te das cuenta que aún vives cuando en realidad estás muerto.
Dicen la gente de las tres religiones que rodean el reino del palacio, que ha masacrado a muchos, tal vez decenas de razas y especies de todo tipo por órdenes de la reina.
Y a diferencia de otros cazadores, nadie le iguala su astucia e inteligente; por ello que el reino Ultra lo tienen como su favorito.
¿Porqué favorito?
Porque muchos de otras regiones se lo han querido comprar con diversas ofertas de goyas, oro y diamantes, pero nunca le han logrado convencer al reino.

Arthur aún herido por la oreja continuó sin detenerse él y su nuevo aliado caballo de raza escocesa, corrió y corrió...

Por alguna razón le ha rozado la oreja, pero no entiende del porque quisiera que se diera cuenta que le estaba alcanzando, si quisiera no habría fallado en el primer tiro.

El Cazador ya le pisaba los talones, tanto que levantó su arco y apuntó con su flecha, y tiró...

El quejido del caballo cayó a tierra, y el chico Arthur cayó con él.

El encapuchado se detuvo pacíficamente a unos metros, luego de bajar guardó el arco en su espalda, siguiente con tan lentitud desenvainó la espada y camino hacia donde veía al caballo caído.

Tomó precaución, distancia por si algo le sorprendía, una vez estirada el cuello adelante para ver, lo que vió le hizo crecer los ojos de asombro.

— Creí que le había dado —Se lamentó el encapuchado al recorrer con cuidado con los ojos la zona.

Si, le había tirado el flechazo al pobre animal.

—Lo siento, amigo. Con un suspiro lamentándose, acabó con su sufrimiento.

Luego lo buscó, y lo buscó. Fénix  alzando la oreja, cada ruido que oía lo llevaba a cruzarse con un conejo, osito bebé, o un zorro comiendo su carne, o también un chita descansando en la altura de un árbol.

* * * *

El chita le miró con atención al encapuchado, cruzando los ojos con él, luego le vió alejarse lentamente caminando a seguir otro ruido que oyó. Lo vió que se encontró con una chiquita hada madrina, y esté, sin piedad alzó la espada y la rebanó.

El chita gruñó como cayó esa pobrecita asesinada contra un tronco muerto en el camino.

Lo oyó decir para si:

— No perderé más tiempo con está tontería. Voy a la torre de ése traidor y Maxi el nuevo teniente tendrá que corresponder al caso.

En eso volteó la mirada y observó como otro jinete que era su compañero de caza se acercaba y luego detuvo su caballo de pelaje rubio junto al lado del otro caballo negro suyo.

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