Capitulo 25: ¿Te dolió?

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-Adiós -es lo único que dice mientras cierra la puerta.

Aún estoy la manta cubriéndome el cuerpo y me abrazo con mis brazos.

Sin darme cuenta estoy echada en el sofá de mi sala pensando en mil ideas de porque Marcelo paro el beso, pensé que la estábamos pasando muy bien o solo yo la pase bien, mis inseguridades siempre nacen por él.

Después de unas mirando el techo me quedo dormida.

***

Siguiente día

Oigo que suena el timbre de mi celular pero me da mucha flojera estirar el brazo para poder contestar, mi celular está en la mesita de tragos muy alejada de mi según mi perspectiva.

Vuelvo a dormir cuando se detiene la llamada, pero minutos después vuelven a llamar. Me levanto de mala manera y me estiro lo suficiente para poder tomar el celular.

-Alo -uso un tono de voz que muestra mi mal humor.

-¿A ti que te pasa, estas de malas? -reconozco la voz es Marcelo.

Trago saliva de forma abrupta.

-Me quede dormida en el sofá, me duele casi todo el cuerpo -explico.

-¿Por qué dormiste en el sofá? -pregunta con tono sarcástico.

-Eso no importa ¿Para qué me has llamado? -pregunto evitando su pregunta

-Ah es que estoy en la tienda y quería saber si necesitamos algún material para realizar la maqueta.

Solo faltan unas semanas y llega el concurso, siento que el tiempo ha pasado muy rápido, demasiado para ser real.

-No te preocupes, tengo todos los materiales en mi casa -respondo.

-Que bien no tengo mucho dinero que digamos, bueno te veo a las 4 en tu casa, adiós -se despide y cuelga la llamada sin que pueda darme opción de despedirme.

Ya que estaré en casa decido limpiarla un poco, no tardo mucho porque es pequeña y yo soy muy organizada cuando se trata de la sala y cocina, pero mi cuarto si es un asco.

Luego tomo mi portátil, me dejo caer en el sofá y comienzo con la investigación sobre el corazón y sobre los avances en la medicina, apunto unos cuantos datos. Terminada mi jornada decido que sería bueno darme una ducha.

Subo las escaleras y entro al baño, mientras me desvisto me veo en el gran espejo que hay, observo todos los moretones que aun marcan mi cuerpo, no me duelen tanto como creí. Me coloco debajo de la regadera y abro la manija del agua, me relajo bajo el agua caliente que cae sobre mí y puedo notar la tensión se desprende de mis músculos. Cuando termino de bañarme me envuelvo en la toalla y voy a mi cuarto.

Aun desnuda decido que ponerme, quiero estar cómoda así que saco de mi armario una camiseta negra muy grande que me llega hasta los muslos y un short del mismo color. Bajo las gradas mientras peino mi cabello.

No sé por qué me siento cansada que veo el sofá y me tiro sobre el boca abajo y me quedo dormida de nuevo.

***

Horas después

Tocan la puerta, aun en sueños decido si de verdad debo abrir la puerta, existe un debate interno en mi cerebro y la parte razonable me exige que me levante y abra la puerta, por lo que me levanto lentamente y camino hacia la puerta.

Abro y me encuentro a Marcelo con las manos descansando sobre el marco de mi puerta.

-Pasa -digo mientras suelto un pequeño bostezo y me froto los ojos.

-¿Por qué estas durmiendo tanto? -enarca una ceja

-No lo sé, no importa, entra -me aparto de la entrada para darle paso.

Camina hacia la sala y echa en el sofá.

-Marcelo tenemos que avanzar con la maqueta, es todo un lio hacer las conexiones y pasar no sé qué con el otro no sé qué-explique moviendo mis manos de cada una para su lado de mala gana.

-Yo también estoy casando, ¿Sabes? ayer fue un día de locos, me duele el cuerpo -se queja.

<< ¿Por qué diablos le duele el cuerpo?>>

No pienso preguntar, así que entro a la cocina y busco todos los materiales, siento que mi cuerpo me está pasando factura por dormir en el sofá, recojo todos los materiales y los coloco contra mi pecho, y luego sobre la mesa.

-Mar ya tengo todos los materiales ven tenemos que avanzar, ven ya -grito

-No quiero -no necesito verlo para saber que ha hecho un puchero.

-No tenemos todos los días libres, así que ven ya -ordeno con un tono autoritario.

-¡Ya voy! -grita de mala gana.

Y por fin aparece en la entrada de la cocina.

-A trabajar -dice mientras se frota las manos.

***

3 Horas después

- Ya no puedo más, hasta aquí quedaron mis fuerzas -digo mientras me siento en el suelo de la cocina y coloco mis rodillas contra mi pecho.

-No eres la única, créeme -responde arreglando el desorden que está en la mesa.

Lo bueno de todo el trabajo es que hemos terminado y nos sentimos muy felices de nuestra obra de arte, la maqueta esta fenomenal, es un corazón que late de verdad mostrando el movimiento mecánico que realiza.

-¡Cuida...! -no logro terminar la palabra y Marcelo se resbala y cae horriblemente al piso.

Hace una queja de dolor aun en el suelo mientras se toca la nuca.

-¿Te dolió? -pregunto acercándome a él preocupada

-No, Alex me dieron cosquillas -mueve sus manos en forma de sarcasmo abriendo muchos sus ojos.

-Me hiere tu sarcasmo cuando me preocupo por ti -coloco mi mano sobre mi pecho mostrando mi dolor -Y ya que estas en el piso... puedo vengarme -sonrió de lado.

-¿Que? -dice

Me siento sobre él y empiezo a hacerle cosquillas, el trata de moverme pero no lo logra, sigo haciéndole cosquillas mientras el no para de reírse y parece que se le dificulta respirar. Su risa inunda toda la cocina y es el sonido más bonito que he podido oír.

-¡Alex déjame por favor! -grita pero hago caso omiso a sus suplicas.

Hasta que coloca sus manos sobre mis caderas y respondo con un respingo.

Nos quedamos en una posición un tanto... ¿Sexual?

Decido moverme pero Marcelo me aprieta más a su regazo. Trago saliva.

-Alex ¿Puedo besarte? -pregunta con voz áspera

<< ¿Pero qué está pasando con este chico?>>

Asiento, y sus ojos brillan, se sienta y nos encontramos uno contra el otro. Sonríe y me besa yo respondo sin protestas, deseaba que el beso se repita, esta vez su beso es más agresivo y sus manos aprietan más mis caderas hacia él. Siento que el corazón saldrá disparado de mi pecho, nuestras respiraciones son agitadas y descontroladas, pero no dejamos de besarnos. Lo abrazo contra mi pecho y puedo sentir la desesperación de su cuerpo contra el mío.

-Alex no sabes cuánto te deseo -dice entre beso y beso.



Besos en enero  [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora