Capitulo 23: ¿Un beso?

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-Es Marcelo ¿Verdad? -pregunta haciendo una mueca con los labios, sus ojos demuestran lo mal que lo ha pasado además de que están rojos por las lágrimas que derramo al contarme lo que paso.

-Si... es el... hoy quedamos de vernos en mi casa para poder avanzar con el proyecto -trago saliva nerviosa

Aun no puedo asimilar todo lo que me contó Ángel, pensé que su nueva vida sería muy feliz, pero que equivocada estaba.

Por fin entiendo los cambios de humor de Marcelo, casi todo pero aún hay muchas cosas que no me encajan.

-Tengo que irme, él ya está en mi casa -le aviso levantándome de la silla

-¿Quieres que te lleve? -pregunta nervioso

-Puedo irme sola, lo siento por dejarte pero otro día podemos hablar si deseas, sabes que estoy para ti-le regalo una pequeña sonrisa y me dirijo al ascensor.

-¡Alex! espera - levanta la voz Ángel y hace que las personas nos miren.-Dame un abrazo, esos de los que te abrazan el corazón, por favor -me pide

-Ven -tiro de él y lo abrazo tan fuerte que no existe ningún milímetro que nos separe.

De pequeña cuando mi mama se iba de viaje, me dejaba con la vecina que no era muy buena conmigo por lo que siempre me escapaba e iba a la casa de los Evans, Ángel siempre me ayudaba a escaparme y en el camino a su casa lloraba y para calmarme me daba abrazos, decía que sus abrazos eran muy especiales, eran de los que te abrazaban el corazón.

Soy la primera en soltar el abrazo -Adiós Ángel, tengo que irme Marcelo me espera.

-Si está bien- baja la mirada -Nunca vas a cambiar en ese aspecto ¿Verdad?

-¿De qué hablas?-pregunto confundida.

-Siempre que él te necesita vas corriendo, una palabra dicha de Marcelo para ti es una orden -ríe amargamente.

Tiene razón.

-Ya tengo que irme -tomo con mis manos su rostro y le doy un beso en la mejilla.

Camino al ascensor y le doy al botón de bajar al primer piso.

Cuando la puerta se abre, salgo tan rápido que choco con la diosa angelical del centro comercial, la chica que hacía reír a Marcelo a carcajadas.

-Ten cuidado, estúpida -me insulta la muy desgraciada mientras se acomoda la ropa

<<Aun te ves perfecta, malditaaaaaaa>>

-Lo... siento -le digo de mala gana

-Encima de estúpida, retardada -me vuelve a insultar la Barbie griega.

<<Valora tu vida amiga, porque hoy mis emociones están a mil por hora>>

Decido no responderle y continúo caminando.

Estoy muy lejos de mi casa, así que tendré que ir en taxi.

Reviso la funda de mi celular donde pongo mi dinero.

<<Con esto no me alcanza ni para comprarme un cicle, maldita pobreza me absorbes la vida>>

No me queda de otra que mentirle al triste desdichado taxista que responda mi llamado con la mano.

Felizmente tomo un taxi rápido y subo en él, diciéndole a donde ir y que vayamos lo más rápido posible.

Reviso mi celular y le envió un mensaje a Marcelo.

Mensaje de WhatsApp

Yo: Debajo de la alfombra de la entrada hay una llave, puedes ir entrando y avanzando, los archivos están en mi habitación, en mi escritorio. Llego en 15 minutos.

Besos en enero  [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora