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TAEHYUNG

Las ojeras eran lo primero que resaltaban al mirar mi rostro.

No había podido dormir nada durante los últimos dos días, aunque mis padres habían insistido horrores a que lo hiciera, yo no podía aceptar.

No me quería mover de allí en ningún momento.

Apenas dos días habían pasado desde el accidente de Jimin. Apenas 48 horas las cuales se habían sentido como las más eternas de mi vida.

Sí, de mi vida.

Y es que no sabía aún que es lo que me mantenía en aquel estado. Por supuesto que el simple hecho de tener a mi hermano accidentado era lo suficiente para que quisiera volverme loco, pero... Había algo más, y no podía descifrarlo.

Probablemente era la culpa por todo lo que dije momentos antes. Quise echarme a llorar. Y justo ahora quiero hacerlo.

Pero no me puedo juzgar tan mal yo mismo, a pesar de que todo lo que dije era horrible, lo era aún más su traición.

Estaba muy dolido cuando dije todo aquello.

Sin embargo, esos hechos no lograban calmar mi angustiado corazón.

Estaba arrepentido, o no, más bien arrepentimiento no es la palabra, porque sin justificarme sé que tenía motivos para dejarme llevar por el coraje y reaccionar de esa manera, aunque nada de lo que haya dicho estaba en mi corazón, sólo había sido eso, me dejé llevar.

Y pese a la situación, aún estaba conciente de que aquella había sido una traición, hubieran pasado los hechos de una u otra manera, lo era al final de cuentas. Pero, si, siempre había un pero.

Quería, no, más bien rogaba no sé si a Dios, a los santos, los cuales nunca he creído, a la vida o simplemente al destino, que por favor me dieran la oportunidad de poder decirle a Jimin que pese a todo, yo lo amaba. Lo amaba con todo mi corazón, era mi hermanito.

Y no importaba que, siempre lo sería.

No podría decir que lo perdonaba y todo quedaba en el olvido, supongo que iba a ser un proceso, uno lento y doloroso, pero sé que podría superarlo.

Sólo espero que de verdad nunca haya sido su intención dañarme, aunque de una manera no tan inconsciente eso era justo lo que estaba haciendo.

No habíamos podido tener informes de él desde el día en que ingresó a Urgencias. Sólo sabíamos que no reaccionaba, y cuando sucediera nos lo informarían, por ahora sólo quedaba esperar.

Mis padres estaban igual o más ansiosos que yo, por saber de él, la preocupación era palpable, mamá no había dejado de llorar desde que llegó al hospital. Y sus ojos hinchados eran prueba de ello.

Papá trataba de ser fuerte, la consolaba acariciando su cabello a la vez que le decía que todo estaría bien, pero yo podía darme cuenta, él también estaba roto.

Su mirada me lo decía.

Quisiera ser optimista, pero simplemente no podía, todos aquí sabíamos que Jimin estaba grave.

El impacto fácilmente pudo haberlo matado.

Y todo por mi culpa, él quiso salvarme.

—Tae, en verdad te lo digo, necesitas descansar, ya es justo —Hoseok, él no se había ido de aquí más que para irse a duchar a su casa.

De allí en fuera no se había movido de aquí, de mi lado.

A estas alturas podía descifrar que no sólo lo hacía por Jimin y su amistad. Había algo más.

Pero en estos momentos se lo agradecía.

—No me moveré de aquí —respondí finalmente, tratando de no sonar borde.

Mil cosas pasaban por mi cabeza, el tema principal antes del accidente.

Jungkook, Jimin, la traición.

No podía negar que me dolía, demasiado. Pero tenía que ser fuerte.

Hablando de Jungkook, él, él simplemente no se había ido de aquí, sí, así como lo leen, lo cual ponía las cosas incómodas, al menos para mí, agregando el hecho de que mis padres no sabían nada de lo sucedido con respecto a él.

Aún no se los había contado.

Y suponía que éste era el momento menos indicado.

Lo único bueno es que ellos no parecían notar la distancia entre ambos, ya que la persona que se encontraba a mi lado no era él, si no Hoseok.

Quería gritarle en la cara que se largara, pero estaba conciente de que no podía.

Seokjin y su novio había estado visitando el hospital frecuentemente. El primer mencionado no había podido evitar llorar cuando Hoseok le había contado con detalle todo el suceso, ya que yo no podía hacerlo.

Hoseok bufo bajito, y en ese momento yo volví a la realidad.

—Al menos come algo, ¿si? —quería negarme, pero la verdad es que mi estómago dolía tanto que creí que podría partirse en dos en cualquier momento.

Asentí.

—Vamos a la cafetería —enlazó mi brazo con el suyo, a la vez que caminábamos hacía allí.

No se me antojaba nada, pero tenía que comer, así que lo que fuera era bueno.

Por lo cual, Hoseok pidió por mi cuando yo me negué a ver la carta.

—Espera un momento, iré a dejarle estos cafés a tus padres, ¿está bien? Sólo será un momento —mencionó de repente con un par de cafés en las manos.

Yo sólo pude asentir nuevamente, dándole un sorbo a mi bebida caliente.

Le sonreí sinceramente por sus atenciones. El me devolvió el gesto y se dió la vuelta para irse a paso rápido.

Lo ví alejarse, yo sólo me dispuse a comer sin mucho ánimo.

Ya quería que volviera. Y no hablaba sólo de Hoseok.

Fake Love? - 국민 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora