11:47 pm
Mientras el lujoso auto se estacionaba frente a la inmensa vivienda de estructura minimalista, donde la marea de gente en el interior aún era visible debido a las paredes frontales de cristal, Jimin no podía evitar mover sus piernas de forma nerviosa, algo que fue captado siendo en segundos por Tae, quien estiró su brazo hacia el asiento delantero, en un intento por tocar el hombro del menor.
-Oye, tranquilo. Todo estará bien- susurró el peli-azul, dedicándole una tierna sonrisa.
Jimin, sin poder resistirlo, simplemente le sonrió de vuelta de forma automática, sabiendo que, por más que lo pensara, las cosas estaban hechas, y el sentirse nervioso y preocupado, realmente no solucionaría nada.
-Bueno, ya estamos aquí- comentó Hyunjin en un hilillo de voz al estacionarse- ¿Vamos?. Los demás nos esperan en el jardín trasero
Y con aquellas palabras, el grupo de Omegas tan solo se limitó a asentir, bajando del automóvil con la firme intención de seguir al menor hasta lo que, ellos mismos habían calificado durante semanas, como la mejor fiesta del año.
Sin embargo, al poner un pie fuera del coche, ninguno esperó que sus palabras se edificaran frente a ellos en cuestión de segundos.
Fuera de la calidez del porsche negro, lo primero que Jimin sintió fue el aire helado que golpeaba su piel sin consideración, erizando su cuerpo antes de que su caja torácica retumbara bajo las ondas sonoras emitidas desde el interior del lugar, tal vez gracias a los altavoces que ambientaban la fiesta.
Prestando más atención, la mirada sorprendida de los jóvenes se pasearon por el lugar, admirando cada detalle que, en todas las veces que habían estado ahí, jamás habían notado.
La elegancia que mayormente dominaba el sitio, en ese momento se había convertido en una caja de emoción y vibra de desenfreno, teniendo a decenas de personas bailando en medio de luces y humo en prácticamente todos lados, moviéndose al ritmo de la música electrónica sin que una sola gota de sus vasos se viese derramado.
Las luces de los reflectores, en conjunto con los destellos neones de las barras luminosas que colgaban en el interior, raídamente llevaron a los tres a rememorar las innumerables veces que habían asistido a los diversos clubes de la ciudad, donde sus cuerpos se dejaban guiar por la diversión bajo la influencia del alcohol que recorría sus venas.
Lo admitían.
En los últimos años, los tres se habían caracterizado por no privarse de nada que desearan, dejándose guiar por su anhelo de distracción y desenfreno cada vez que podían... algo que, evidentemente, en los últimos meses no habían podido hacer.
Por supuesto que eso solo logró sumarle más peso a que, en esos momentos, estuviesen ahí, desobedeciendo las peticiones de sus Alfas, en un vago intento por recuperar un poco de la felicidad que, últimamente, se comenzaba a apagar en sus vidas.
Con cada metro que acortaban, la música comenzó a hacerse más fuerte, logrando que, inevitablemente, Jin empezase a menearse de forma automática mientras caminaba, siendo visto de manera divertida por las personas que se encontraban ocupando el corredor exterior, mismo que guiaba a la gigantesca entrada de madera y piedra negra.
Por su parte, Jimin y Tae no lograron quitar la mirada del mayor a la par que una risita escapaba de sus labios, notando lo rápido y fácil que le había resultado al castaño el adaptarse al ambiente, camuflándose como un auténtico camaleón.
-Bueno, vamos- ofreció Hyujin al volverse a integrarse al grupo tras haber entregado las llaves al chico que se encargaba de estacionar los autos en aquel gran terreno- Parece que Jin no tuvo problemas para integrarse
ESTÁS LEYENDO
🄱🅁🄾🄺🄴🄽 🅁🅄🄻🄴🅂 🄸🄸 Ⓛⓐ Ⓕⓘⓔⓢⓣⓐ
FanfictionHabían jurado tantas cosas tras tanto dolor, que lo único que esperaban a partir de aquello, era obtener libertad en su retorcido y escabroso mundo. Disfrutar y embriagarse en la continua fiesta de adrenalina que era su vida... pero nunca lograron p...