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Capítulo 11 Nuestra mañana

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Departamento de Jimin y Jungkook. 30 minutos al Norte del corporativo.

Cuando el reloj marcaba las 11:31 am., el pelinegro comenzó a dar los primeros pestañeos en un intento de despertar, encontrándose con la brillante luz del sol que se colaba por la ventana y traspasaba las ligeras cortinas blancas.

Su cuerpo, totalmente agotado y desnudo, dio algunos movimientos, haciendo que la sabana de seda se deslizará de su cuerpo y cayera a un lado mientras bostezaba.

Incorporándose aún sobre el colchón y frotando sus ojos, Jeon analizó por un breve instante el desastre en el que se había convertido la habitación durante la madrugada. 

Diversas cosas yacían destrozadas en el suelo, las cómodas estaban ligeramente movidas y las sábanas, antes brillantes en un tono blanco, ahora mantenían algunas manchas de sangre, tal vez a consecuencia de los rasguños que comenzaban a palpitar en la espalda del Alfa... o quizá debido a otra cosa.  

Con una sonrisita apareciendo en sus labios, Jeon desvió su mirada al cuerpo tendido a su lado, mismo que, desde su posición, recostado boca abajo, con el rostro ligeramente ladeado hacia su dirección, la pequeña y esponjosa mano hecha un ovillo cerca de sus labios y la sábana solo cubriendo la parte más interesante de su hermoso ser, deslizándose sensualmente desde la espalda baja hasta la mitad de sus piernas, manteniendo una a la vista; provocaron que Jeon solo pudiera relamerse los labios, apreciando cada detalle, cada marca de mordidas y besos que toda la noche se había dedicado a repartir por aquella piel.

Sin borrar la sonrisa de sus labios, Jungkook se acomodó en la cama, inclinándose hacia Jimin para poder depositar un suave beso sobre la mejilla, mientras su mano derecha, traviesa y sin pena, fue delineando su columna hasta topar con el borde de la sábana que descansaba justo donde la espalda pierde su nombre. No solo robando un bajo suspiro del Omega aún dormido, sino que también un sutil estremecimiento que el Alfa captó al instante al diferenciar como su piel se erizaba.

Riendo por la tierna reacción y la resistencia del menor para despertar, Jungkook comenzó a arrastrar aquella tela lejos de la piel blanca, regalándole una caricia que, aun siendo tan sutil, fue lo suficiente para hacer que Jimin empezase a salir de su sueño, observando por una pequeña abertura en sus ojos, como Jungkook se acercó lo suficiente como para depositar un nuevo beso en sus labios.

-Kook.... ¿Qué haces?...

La pregunta, saliendo en una mezcla de suspiro y ronroneo, solo logró que el cuerpo de Jeon se encendiera de nuevo, llevándolo casi de manera inconsciente a la parte trasera de Jimin, donde se inclinó hasta quedar a la altura del oído del menor y empezar a besar desde esa posición, creando una línea que descendía por su hombro, cuello y espalda, delineando exquisitamente el tatuaje que, meses atrás, Jimin se había hecho en su columna en honor a ambos, mismo que le había robado el aliento antes y que, en ese instante, solo lo llevó a adorarlo con besos, antes de  detenerse un instante en el coxis, ocasionando que el Omega diese un suspiro a la par que llevaba su brazo hacia atrás, sosteniendo las hebras negras de Jeon sin usar tanta fuerza, siendo más bien un medio para llamar su atención.

-¿Qué haces, Kookie? ...- cuestionó nuevamente, recibiendo un agarre más sutil en su muñeca como respuesta.

-Shh, solo relájate. Yo me encargaré de todo

-Pero... Lo hicimos toda la noche... Estoy cansado

Aun cuando las palabras denotaban un evidente sueño, el cuerpo de Jimin inconscientemente se fue moviendo bajo las manos de Jeon, permitiendo que este abriese sus piernas y las doblará un poco, lo suficiente para elevar su cadera y que el Omega quedara casi de rodillas en el colchón, con su rostro aún escondido en la almohada.