Al despertarme me encontré con una nota en mi buro. ¿No debería de haber sido al revés? Sonreí y extendí mi mano para tomarla.
Quiero decirte miles de palabras, pero no bastarían para decir que me encanta despertar a tú lado. Quiero despertar así todos los días de mi vida. Quiero tenerte en mis brazos y besarte. Cantarte una canción si es necesario. Quedarnos acostados y hacer el amor una y otra vez. Quiero tanto de ti. Y soy feliz, sabiendo que tenemos una vida por delante, para descubrirla juntos.
PD. Lamento irme sin a verte despertado, Jayla me llamó desesperada, mi mamá se enojó al no verme en la cama.
PD2. Me encanta dormir contigo...
PD3. Nos vemos al rato en la fiesta de los Luna. No olvides tu antifaz, bonita...
La sonrisa no se esfumaba de mi rostro, cerré los ojos y me estiré. No quería levantarme de la cama, pero mis obligaciones me llamaban. Di un gran suspiro.
Diego era el chico que se escabullía por las noches a mi habitación. Trepaba como podía a la segunda planta y entraba por el balcón. Como Romeo y Julieta, como todos los demás clichés de la vida o en los libros.
No creía lo que veía o leía, pero con Diego todo era posible.
La primera vez que lo hizo, me sorprendió demasiado. Había escuchado a los perros ladrar, pero creí que era algún caporal pasando o doña Mary. Pero cuando escuche un salto, me sobresalte y voltee rápidamente a la ventana. No sabía quién podría ser, busque rápidamente por mi habitación que instrumento podía ocupar para defenderme y agarré el paralizador que estaba en mi mesita de estudio. Lo tomé con ambas manos y me fui acercando, para atacarlo con rapidez. Y luego escuché un toc, toc en la ventana, se me hizo raro, así que cuando jale la cortina y lo vi a él, parado, con una canasta en su mano derecha y flores en la otra y esa sonrisa que conquista a cualquiera los nervios aumentaron y deje escapar un suspiro de alivio.
- No deberías estar aquí Diego – hablé una vez que él ya estaba dentro de mi habitación -. Si mis padres escuchan que hay un chico conmigo, van a matarme y tú estarás en graves problemas.
- Solamente cerremos la puerta y listo, nadie sabrá que estoy aquí – cerro la puerta con cuidado y le echo el seguro.
Sonreí, mientras meneaba la cabeza y me cruzaba de brazos.
- Si quieres me voy...
- Por Dios, claro que no – admití, mientras me pasaba una mano por la trenza -. Es solo que cuando estas cerca de mí... maldita sea Diego, es imposible estar callada.
Me acerco a él, tomándome por la cintura y besando mi cuello.
- Bueno, si no quieres que nos descubran será mejor que hagas algo para no gritar...
- Oye – le di un golpe en el pecho, sonrojándome -. Ya basta...
Pero empezó a besarme más y más. Olía a menta y estaba frío. Pasaba sus manos por debajo de la bata, haciéndome cosquillas. Se separó de mí lo suficiente para verme y hablar:
- Primera vez que vengo y me recibes de la manera más seductora y atractiva – mencionó con cierta picardía en su voz y ojos.
- Basta Diego, no intentes seducirme – hablé, con cierto poder en mí.
- Recuerda: La única manera de librarse de la tentación es caer en ella... - me desato la trenza y el olor a shampoo llego a mi nariz.
- Y no te daré por bien servido esta noche – me separé de él, empezaba a alegar y jugaba con las correas de la bata de modo coqueto, podía ver que Diego estaba nervioso.
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LA GANADERA
Teen FictionSavannah Villarroel, ganadera de Los Tres Arroyos, es una joven influyente en el mundo taurino. A pesar de estar al margen por ciertos murmullos que rondan a su alrededor. Savannah es un chica joven y madura, que disfruta de su relación con el matad...