Con una expresión de horror observaba una y otra vez el funesto paisaje que se mostraba ante mis ojos. Era un lugar apartado, solitario y totalmente desconocido para mí. Desde el auto lucia como un garaje abandonado en medio de la nada y aunque intentaba alejar los pensamientos aterradores que cruzaban por mi cabeza me era completamente imposible, ya que esto pintaba como la perfecta escena de una película de miedo en la cuál siempre la chica confiada acababa mal y lamentablemente en este caso yo soy la chica que ha confiado de más...
—¡Llegamos al fin!—exclamó Nathaniel con cara de satisfacción, cómo si en realidad no sé percatara de que yo estaba muerta de miedo, o mejor dicho que estoy casi a punto de hacerme en mis pantalones.
En realidad no entendía en que momento pasé de estar terriblemente enojada con él por su propuesta a subirme a su coche y dejar que condujera hasta un lugar tan apartado, o peor aún no haber llamado a la policía mientras lo hacía.
—¿Dónde estamos?—pregunté en un susurro casi imperceptible.
Si quería sobrevivir ante cualquier ataque que Nathaniel pudiera propiciarme debía guardar fuerzas, aunque en realidad no creo que aquí nadie pueda escucharme gritar, ni aunque chille como Lydia Martin.
—Ya lo verás linda...—arrastró cada letra de la palabra “Linda” logrando electrizarme por completo, logrando en tan solo un segundo desequilibrar cada uno de mis sentidos.
Sacudí la cabeza intentando que sus palabras no tuvieran tanto efecto en mí pero definitivamente no funcionaba. Incluso en este momento que me llamará así me hace arder.
¡Joder Eli, puedes estar a punto de ser asesinada y te excitas!
—¡Ya Nathaniel en serio!—chillé con enfado—Deja los juegos y dime de una vez porque demonios estamos aquí.
—Eliette tú cómo siempre haciendo drama por todo ¿Al menos por una sola vez en la vida puedes relajarte?—Negué repetidas veces y Nathaniel bufó fastidiado.
Quería relajarme, quizás confiar en él y dejarme llevar, pero había leído tanto sobre psicópatas, asesinos y personas sin alma que me era imposible creer que alguien que me trajera a un sitio como este tuviera buenas intenciones.
—En serio necesito que me digas que hacemos aquí...Nathaniel te juro que si me haces algo mi familia te va a encontrar y te matará. De hecho creo que serían capaces de desmembrar tú cuerpo...
—Eso suena genial, creo que morir desmembrado por una mujer tan guapa como tú madre seria absoluta y completamente delicioso—río sonoramente al observar mi cara, era todo un poema, estaba llena de rabia e incluso un poquito de celos, definitivamente imaginarme a Nathaniel con mi madre o con cualquier otra chica me pone demasiado mal, incluso más de lo que yo misma quiero admitir—Obviamente es broma bonita, no tienes porqué tener miedo.
—Quiero irme a casa—decreté.
—No. No te llevaré de regreso hasta no mostrarte a que venimos aquí. Te aseguro que te va a gustar y mucho.
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Un desastre llamado tú
Teen Fiction"Nunca imaginé que odiarlo tan solo era el primer paso"