Capítulo 8:

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#Audrey

—Habéis llegado tarde y no me gusta esperar —dice Nathalie bebiendo un trago de su copa.

Está claro que su concepto de informal no coincide con el del diccionario. El vestido rosa dorado de lentejuelas se ciñe perfectamente en su cuerpo. Impone, toda ella impone demasiado. Pero de repente, el ruido de otro coche hace que mi atención se desvíe a él. El Volkswagen blanco aparca junto al Jeep. Un chico alto, moreno de piel y unos ojos azules espectaculares, baja del coche y se dirige hacia Leigh quien no tarda en lanzarse contra sus brazos y besarlo. El chico incluso la coge de la cintura haciéndola dar vueltas.

—Te he echado mucho de menos, no vuelvas a alejarte de mí tanto tiempo —le dice Leigh besándolo.

—Nunca más —le responde él con las manos en su culo. La empuja hacia su cuerpo y la vuelve a besar más profundamente.

—Ven, quiero presentarte a una persona.

Leigh lo coge de la mano y lo arrastra hacia nosotros.

—Louis, me alegro de verte, hermano, gracias por cuidármela.

—Ya era hora de que volvieras, no me ha dejado en paz en ningún momento —le sigue el juego y Leigh le abanica un puñetazo en el hombro.

—Es un exagerado, pero razón no le falta. —Leigh lo abraza y después se separa girándose hacia mí—. Y ella es Audrey, nuestra nueva amiga, vive con los Wallace —le comenta. El chico se gira hacia mí y me sonríe amablemente—. Audrey, él es Kaden, mi novio.

—Encantada —lo saludo intercambiando un beso en la mejilla.

—Igualmente, las nuevas amigas de Leigh son también mis nuevas amigas —me dice pasando un brazo por la cintura de su nòvia.

—Puede pasar, pero tenéis prohibido ir a las habitaciones, ya lo sabéis —interrumpe Nathalie dejándonos pasar.

—Nunca nos ha hecho falta de forma necesaria —la corrige Leigh con suspicacia. Nathalie la sonríe forzadamente y vuelve a beber un trago cuando desaparecen adentro.

—Necesito otra copa —le comenta a Aiden.

—Ahora te la traigo —contesta dándole un beso en los labios antes de entrar. Louis y yo los seguimos.

Seguimos a Aiden y Nathalie por un pasillo hasta llegar a la otra punta de la casa. Acabamos entrando en una sala de juegos donde está el resto de las personas, incluidos Leigh y Kaden. Respiro aliviada cuando conozco a la mayoría de gente y como me han dicho esta mañana, solo son unas pocas personas. En uno de los taburetes está sentado Kase con la chica pelirroja. En medio de la sala hay un gran sofá y entre las personas que hay bailando delante reconozco a un par de chicos y a la otra chica morena que también iba con Nathalie y la pelirroja. Y finalmente, jugando en una tabla de billar, veo a Ethan y Cory.

En el momento en que entramos, Nathalie y Aiden van directos a una esquina. Él le pasa el brazo por la cintura atrayéndola hacia su cuerpo y ella rodea su cuello pasando sus dedos por el cabello negro de Aiden.

—Creo que será mejor dejarles un rato solos para que se pongan al día —me dice Louis, pero cuando lo miro, no hace referencia a Aiden y Nathalie, sino a Leigh y Kaden. Sonrío y asiento con la cabeza. Aparte de las dos parejas que se están liando, con los únicos que he hablado son Ethan y Cory—. ¿Por qué seguís jugando? Los dos sois igual de malos —los interrumpe Louis llamándoles la atención.

—Pensaba que decías que no querías venir por nada del mundo —me dice Ethan después de saludarme con un beso en la mejilla.

—Me han acabado convenciendo, supongo.

Todo lo que quisimos ser [Tocando las estrellas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora