Capítulo 31:

66 8 0
                                    

#Aiden

No puedo dormir. No dejo de dar vueltas por la cama y hacer la croqueta para encontrar una posición cómoda, pero por mucho que me ponga boca arriba, boca abajo y con la cabeza colgando por el borde de la cama, me es imposible dormirme. El cerebro me va a mil por hora y puedo llegar a escuchar la fuerza de mi corazón latiendo a mil revoluciones. Me tomaría una de las pastillas para el insomnio de la ansiedad o la depresión, pero sé que no me harán efecto porque no tiene nada que ver con los síntomas de los trastornos. Lo que me está pasando tiene nombre y apellido.

Audrey Via Parker Harrison.

Ayer dormí con ella y creo que fue de las mejores noches de mi vida y mira que no acabamos follando ni nada. Simplemente, se acurrucó contra mi cuerpo y yo no pude evitar abrazarla. No me lo esperaba, no suelo hacer esto: dormir con la gente. Nunca he dormido con Nathalie, pero con ella quería dormir, estaba fumado, me sentía bien y ella me estaba abrazando. ¿De verdad mi puto cerebro me iba a decirme que la enviara a tomar por culo? Ni siquiera me lo planteé. Y cuando me desperté y la sensación de que me faltaba algo me invadió, fue cómo si me cayera un cubo de agua fría encima.

Nunca me había pasado, nunca me había sentido así de extraño y nervioso por una persona. No sé qué coño le está pasando a mi persona, pero me está sacando el sueño y no sé si me gusta o no, pero no puedo dejar de ver su sonrisa y sus jodidos ojos.

Creo que me estoy volviendo completamente loco. Yo no soy así, yo no quiero dormir con nadie, yo no llevo a nadie a mi piso y todavía menos las dejo entrar en mi habitación. Y, en cambio, ella ha destruido todas mis barreras de golpe. Lo más fuerte y jodido de todo es que no me importa.

Me levanto de la cama y me dirijo a la puerta. Necesito salir de estas cuatro paredes asfixiantes. Me estoy ahogando en mis pensamientos y no entiendo una mierda, necesito dejar de pensar y no me queda suficiente marihuana. Pero justo cuando abro la puerta, durante un segundo, realmente pienso que me estoy volviendo loco y empiezo a tener alucinaciones. Solo es un segundo hasta que sus ojos parpadean.

—Ah... eh... —pronuncia con la misma cara de sorpresa que la mía. No tardo en sonreír al ver que sus mejillas se empiezan a teñir de rojo.

—¿Dos noches seguidas, Parker? Ya sé que te mueres por verme, pero creo que esto ya empieza a ser obsesión, eh, me has visto todo el día.

—Venía a proponerte una cosa, pero se me han pasado las ganas de contar contigo —responde girándose para ir a su habitación. La cojo del brazo antes de que pueda huir y la entro dentro de mi habitación para acorralarla entre mis brazos y la pared.

—Me interesa lo que me tienes que proponer, sobre todo si tiene que ver contigo y conmigo —Mis ojos van a parar a sus labios, jodidos, preciosos y suaves labios. Adoro besarlos y adoro que me bese y adoro todavía más que... cuando siento que la polla se me está empezando a poner dura, me obligo a mirarla a los ojos.

—No tiene que ver contigo y conmigo.

—¿Estás segura, Parker? —pregunto resiguiendo su mandíbula con el dedo hasta subirle la barbilla para verla mejor. Desde la fiesta de disfraces no hemos vuelto a hacer nada y realmente me muero por besarla y volver a sentirla. Es como estar todo el puto día dentro de un microondas.

—Segurísima.

—Y pues, ¿qué es si no quieres follar?

—No todo en esta vida es sexo.

—Son las dos de la madrugada y estabas a punto de tocar la puerta de mi habitación, ¿qué es lo que quieres hacer?

—Hay otras muchas cosas.

Todo lo que quisimos ser [Tocando las estrellas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora