Capítulo 51:

30 3 0
                                    

#Audrey

Salgo de mi habitación y me dirijo a la cocina. Desde los ventanales veo a Cassandra y Nathan sentados en los sofás tomando una copa, mientras que Jason, Alice y Darcy juegan al fútbol americano. Tumbados en las tumbonas, Louis, Leigh y Bella toman el sol. Respiro profundamente y noto como los pulmones se llenan de oxígeno y se vacían cuando lo suelto lentamente. Calma.

—¡Audrey, cógela! —me grita alguien de repente y cuando vuelvo a la realidad, una pelota se dirige directamente a mí, buen, contra mí. Por suerte, la cojo al vuelo—. ¡Bien, punto nuestro! —grita Darcy aplaudiendo. Le devuelvo la pelota y ella sale deprisa hacia Alice para celebrar el punto. Jason pone los ojos en blanco y camina hacia mí.

—A veces creo que prefiere a mi novia que a su propio hermano.

—Es buena señal, pero si algún día lo acabas dejando con Alice, no me sorprendería que Darcy se pusiera de su parte.

—A mí tampoco, pero eso no pasará, espero que no pase —dice levantando las cejas.

—No lo creo, cuando te declares, le será imposible negarse, estoy completamente segura. —Jason mira a Alice completamente enamorado y entonces se gira hacia mi sonriendo y poniendo una mano en mi hombro.

—Me alegro mucho de haberte conocido y de la decisión que has tomado, pero no te liberarás de mí y de mis llamadas, me tienes que informar de todo lo que pasa —me advierte señalándome con el dedo.

—No lo dudes —contesto y él me da un pequeño abrazo. Le devuelvo el gesto y entonces me dirijo hacia la piscina donde Louis y Leigh discuten mientras se enseñan el móvil.

—¿Sobre qué estáis discutiendo? —pregunto. Louis me mira poniendo los ojos en blanco y Leigh se queda mirando la pantalla del móvil.

—No estamos discutiendo, bueno, sí, porque esta inútil no se lo cree y su complejo de fantasma me está poniendo muy nervioso, dile algo a ver si a ti te hace caso —me dice Louis. Miro a Leigh.

—¿Qué pasa?

—El asistente de Marcus De Vier me acaba de enviar un correo diciéndome que me quieren entrevistar —responde mirándome con los ojos muy abiertos y alucinando.

—¿Y qué pasa?

—Es uno de los grandes diseñadores, he ido a muchas de sus pasarelas y ¡me ha escrito diciéndome que le gustó mucho el vestido y que está interesado en mí! ¡Es alucinante! —grita levantándose de un salto y abrazándome—. No sabes cómo te agradezco lo que hiciste por mí, joder, Audrey, es una gran oportunidad.

—Te arruiné la Royal Dinner —comento confundida.

—¡Ganamos, Audrey! ¡No me arruinaste nada y encima me acaban de enviar esto! —chilla y se vuelve a sentar en la tumbona.

—Ah... por cierto, ¿sabéis donde está Aiden? —pregunto con un hilo de voz y notando como las mejillas se me tiñen de rojo.

—Sí, ha dicho que iba a dar un paseo, no nos ha dicho donde, pero no se ha llevado el coche —me dice Bella.

—Mmm... vale, voy a dar un paseo. Gracias.

Cuando salgo por la puerta principal, saludo a Arthur a pesar de estar ocupado poniendo maletas de ruedas dentro del maletero del coche. Un escalofrío me recorre la columna, el verano ha terminado.

No me hace falta enviarle un mensaje a Aiden para saber que está allí, es donde siempre reflexiona y viene para estar solo y pensar. Y allí lo encuentro, pero a diferencia de cualquier noche en que hemos venido aquí, hoy está haciendo algunos tiros con la pelota. Sonrío, joder, parezco estúpida, pero cada vez que lo veo, sonrío.

Todo lo que quisimos ser [Tocando las estrellas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora