Capítulo 39:

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#Audrey

Hoy hay gala electoral.

He optado por un traje azul cielo y sencillo de manga larga. No tiene escote ni es ajustado al cuerpo, tampoco es corto. Se trata de una tela sedosa y ligera, no se me engancha en la piel, pero se ciñe a mi figura. Se trata de una gala política, así que la elegancia va ante todo.

Una vez estoy lista, cojo la bolsa de mano y salgo de la habitación. En el instante en que llego a la escalera, Bella sale de la suya y se me queda mirando. Está preciosa, viste un traje largo de color negro y con brillantes ceñido perfectamente a su cuerpo. Aprieto los labios y me dispongo a abrir la boca, pero ella pasa por mi lado sin ni siquiera mirarme. Trago saliva.

—Joder —escucho que pronuncia alguien y cuando levanto la mirada, me encuentro con dos esferas completamente negras mirándome fijamente desde la otra escalera.

Aiden parpadea deprisa y traga saliva haciéndome un repaso de arriba a abajo con los ojos abiertos. No puedo evitar hacer lo mismo. Viste un esmoquin completamente negro, incluso la camisa que lleva lo es. Eso sí, no lleva corbata, nunca he visto que se haya puesto una.

Recorro su cuerpo desde sus largas y fuertes piernas hasta atravesar su torso y repasar cada detalle de su piel desnuda. Una de sus manos está apoyada en la barandilla cogiéndose con fuerza y la otra descansa en la su nuca. No puedo evitar morderme el labio inferior cuando mis ojos encuentran su mandíbula y sus increíbles, suaves y cálidos labios. Hace tres días que no los siento ni los beso y admito que los echo de menos. Estos tres días han sido una mierda, pero me he pasado gran parte del tiempo con Leigh y él sé que ha estado ayudando a Jason con un caso, así que no nos hemos visto casi nada. ¿Por qué lo he echado de menos, aunque vivimos en la misma casa?

Porque necesitas que te toque, necesitas sentirlo y cuando estás con él, todo parece brillar, estar en calma y todo parece más fácil.

Le dedico una pequeña sonrisa a Aiden y como si lo hubiéramos planeado, los dos bajamos a la vez sin dejar de mirarnos. Aparto la mirada de él cuando empiezo a tener cosquillas en la barriga y me doy cuenta de que en la entrada nos esperan Louis y Jason.

—Creo que nos ahorraremos un asesinato, Leigh estará orgullosa, estás preciosa, Audrey —me dice Louis dándome un abrazo.

—Gracias, creo que tampoco será tu momento, estás increíblemente guapo —le digo separándome de él.

—Lo sé.

—No le repitas mucho o al final se creerá Brad Pitt —me dice Jason poniendo los ojos en blanco antes de repetir el mismo proceso que su hermano.

—Cállate, a ti hace treinta años que te repiten que eres guapo, a mí me faltan muchos cumplidos y elogios —protesta Louis empujándolo.

—Los dos estáis impecables —respondo mirándolos a cada uno y sacándole una pelusa del hombro a Louis. Pero de golpe se escucha a una persona carraspear y los dos hermanos se giran hacia Aiden quién se coloca bien la americana y nos fulmina con la mirada.

—Sabéis que también existo, ¿no? Yo también quiero que me elogien y nadie me dice nada —se queja de morros. Sonrío ante sus celos, es adorable.

—Quizás es porque ya te lo tienes demasiado creído y tu ego no acepta tanta autoestima —le suelta Louis dándole golpecitos al hombro.

—Tú mismo te elogias cada vez que te miras al espejo —salta Jason.

—Me da igual, elogiadme. Me he puesto mis mejores galas y nadie me dice que estoy guapo. —Jason y Louis le dedican el dedo corazón y salen.

—Estás precioso —le digo dedicándole una pequeña sonrisa. Los ojos de Aiden se abren y deja caer los brazos a sus laterales.

Todo lo que quisimos ser [Tocando las estrellas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora