VIGÉSIMO NOVENO

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"Esa persona que ayuda a los demás simplemente porque debe hacerse, y porque es lo correcto, es, sin duda, un verdadero superhéroe." -Spiderman: into the spiderverse (2018)

SCARLETT

Nunca había visto a Marcus tan feliz. Literalmente no he tenido que hablar en toda la tarde. Simplemente como mi hamburguesa tranquila y escucho lo que tienen que decir Lyra y Marc, echan mini biografías de sus vidas para que el otro este al tanto de lo que vivió el otro. Me sonrojo unas mil veces, o sea cada vez que escucho mi nombre. Lyra se acerca a mí y coloca su oreja en mi vientre como si pudiera escuchar dentro.

—Hola, bebé. Soy tu tía Lyra. —ríe, me mira y es increíble su parecido con Marcus. Su sonrisa es genuina y sus pómulos se sonrojan, igual que Marcus. — ¿Creen que me puede escuchar?

—Quizá es solo mi estomago dirigiendo lo que vas a escuch...

Se movió. Algo se movió.

—¡Me escuchó! Marcus acércate. El bebé me escuchó. Creo que sabe que soy su tía.

Marc acerca su silla a la mía. Su mano se posa justo junto a la de Lyra, por un momento siento que se miran como si estuvieran conectados. Es incomodo tener a dos personas literalmente en mi panza, pero la criatura patea otra vez. Como si quisiera que supiera que no es raro. No exactamente, es lo que pasa cuando quieres mucho a alguien y ese alguien lleva a una persona dentro, quienes amas se preocupan, les importas y esperan que todo salga bien.

—Realmente me hace feliz que mi bebé vaya a tenerte en su vida, Lyra. —los ojos de Marc brillan. Creo que nunca lo había visto así, al fin tiene una hermana. Quizá no es el hermano mayor que siempre quiso, pero es familia. Y puede ser para ella lo que él siempre necesitó.

—Yo nunca tuve tíos, espero poder cumplir la expectativa de la tía fabulosa y entretenida. —nos sonríe a ambos, luego enfoca tu atención en mi vientre. — Veré todas las películas con tíos fabulosos que existan, me informaré y siempre estaré para ti, bebé.




Camila se queda mirando a Marcus fijamente mientras limpia de manera intuitiva el rostro de Kash.

—¿Por qué de la nada tienes una gemela? ¿Qué me perdí? —Camila se levanta, deja el papel frente a Kash, él procede a seguir limpiándose. —wao. Es increíble el parecido.

—No es mi gemela. —comienza mientras roba papas del plato de Kash. Kash toma su mano y la muerde. —Es mi hermana menor, por seis años. Resulta que mi querido padre no solo me engendró a mí.

—Al menos sacamos la belleza y no la maldad. —Lyra extiende la mano y estrella la de Camila. —Mucho gusto. Soy Lyra Bravo. La otra tía del bebé.

—¿También eres mi tía? —pregunta Kash con la boca embarrada de kétchup.

Lyra mira a Camila como si buscara aprobación. Ella se encoje de hombros. La deja tomar la decisión, trato de tomar nota de Camila. Porque pronto tendré que ser yo la que crie un ser humano. Y si llega a ser como Kash al menos sabré que hice un trabajo espectacular.

—Si quieres puedo ser tu tía. —creo que a Kash le gusta su respuesta, porque le da voluntariamente una papa a Marc.

—Gracias por regalarme una tía, Marcus.

La sonrisa de Kash brilla de la misma manera que sus botas blancas con cordones de Spiderman. El sentido de la moda de este niño es abismalmente superior a su edad.

—¿Ya nació el bebé y me perdí su adolescencia?

El casi grito de mi hermano me hace reír. Me aproximo a él y lo abrazo mientras trato de explicarle en menos de treinta segundos todo lo que pasó, él frunce el ceño confundido, pero me corresponde el abrazo. Yo siempre lo tuve a él, jamás tuve que librar sola mis batallas. Él siempre me dio su mano, su hombro e incluso su tiempo para que yo pudiera tener una vida normal o lo que se podría decir normal.

—¿Te he dicho que eres el mejor hermano del mundo?

—No lo suficiente, si me lo quieres repetir me inclino para que lo repitas en mi oído.

Vuelvo a mirar a Lyra y Marcus. Todo el tiempo que perdieron sin poder apoyarse el uno al otro. Todo el tiempo que quizá ella lo necesitó o él a ella. Cuando el mundo se derrumbó al perder a mis padres él no dejó que las cosas cayeran sobre mí.

—Sé que por mucho tiempo tuviste que ser quien sostenía el mundo para mí. No sabes cuánto agradezco todo. Sé que fui una adolescente bastante... adolescente. Y no vi las cosas desde tu punto. Sé que tuve más que muchos, porque a pesar de todo siempre te tuve a ti.

—¿Me quieres hacer llorar hoy? ¿Esto tiene que ver con que vas a se mamá?

—Creo que sí. Creo que comienzo a ver las cosas desde tu punto. Ya soy una anciana.

Él nos separa y deja sus manos sobre mis hombros.

—Sabes que no hay nada en este mundo que me haga más feliz que tú seas feliz. Lo sabes, ¿no?

—Lo sé. 

Lejanas ConvenienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora