"El pasado es tan solo una historia que nos contamos" - Her (película)
SCARLETT
¿Qué hace aquí? Debería estar en Canadá con su Bride to be. No aquí en medio de la sección de Romance y Ciencia Ficción en mi tienda. De todos los lugares en los que no estaría él, definitivamente no debería estar en mi tienda.
-Oh, si soy muy entrometido me voy.
No, no, no, no tan rápido. Me acerco y envuelvo mis brazos a su alrededor. No llego a poner mi barbilla en su hombro como antes, él dobla sus rodillas y al fin puedo ver del otro lado. Mi mejilla se pega a la suya y todo, bueno casi todo, se siente como antes. Su voz no suena igual, por mucho que la he escuchado por años a través de nuestras llamadas, nada es como esto. Nada se siente como sus brazos a mi alrededor y el mismo perfume que lo caracteriza, lo reconozco por esas notas de lo que siempre describí como: gotas de agua dulce.
Siento sus brazos alrededor de mi cintura y mis pies dejan de tocar el suelo. ¿Cuándo pasó esto? Sé que mentalmente para mí él siempre tuvo dieciséis años, pero esta persona definitivamente no era un adolescente. Lagrimas comienzan a bajar por mis mejillas, porque sé que todo el tiempo en el que cambió fue tiempo perdido para los dos en la vida del otro. Hay muchas cosas que no se perciben de la misma manera con solo una foto.
-Pensé que estarías con tu novia en casa. Pensé que habían decidido encerrarse y tener mucho sexo premarital. Ya que no me escribiste cómo te fue en la pedida de mano.
Mis dedos se mueven nerviosos mientras enciendo el auto, no sé si fue una buena decisión dejar a Vivi y Sacha encargadas por hoy. Pero su rostro se ve como el de alguien en medio de una encrucijada y eso debe explicar su presencia aquí. Trato de concentrarme en un lugar tranquilo al que ir, pero no se me ocurre ningún otro que mi casa.
Él se aclara la garganta, se nota incómodo. No quiero notar lo mucho que ha cambiado, tampoco como mi corazón está como si galopara en la espalda de un caballo en un mar de Dothrakis. Tampoco quiero notar que tiene... Detente, Scarlett. No puedes seguir así.
-La verdad es que no me comprometí.
¿Qué diablos... ? No llego a encender el auto, sus palabras bajan en mí amargas. ¿Qué paso? ¿está bien Sophia? ¿Por qué razón ella diría que no? No tiene sentido porque ambos se veían tan perdidamente enamorados en sus fotos.
-¿Cómo? ¿Estás bien?
Mi mano de una manera u otra está sobre la suya, quizá no debería hacerlo, pero la desesperación en su rostro me obliga a ser como si el tiempo no hubiera pasado y tomar su mano para demostrar que cuenta conmigo en lo mínimo que puedo hacer.
-Físicamente, sí. Emocionalmente... no lo creo. Ella dijo que no.
Su piel se eriza ante sus propias palabras. Me cuenta todo lo sucedido, desde su proposición hasta las palabras que se dijeron después. Esta vez mi piel es la que se eriza, sé lo enamorado que está. Sé que la ama y su sufrimiento es visible.
-No tiene sentido. Pero... es imposible que te dijera que no. Solo hace falta mirarla para saber que se le desborda el amor por ti.
-Creo que ella tiene razón. Al final no dolió como pensé dejarla, duele más que ella sufra por algo que a penas alcanzo a entender.
-Quizá, ella vio cosas que...
-¿Qué? Crees seguramente que ella sabe lo que me pasó. Le conté todo, menos eso. Además, eso no tiene nada que ver con nuestra relación.
-¿Cómo lo sabes si nunca le contaste?
-Hablarlo no siempre lo soluciona, ya lo sabes tú. ¿Por qué lo tiene que saber alguien más?
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Lejanas Conveniencias
RomansaScarlett cree en los planes, la organización, Chayanne y todo lo que le cuente historias. Y no, no exactamente en ese orden. Estar enamorada de Marcus es una sorpresa. Ya creía haber superado todas las palabras sin sentido que se dijeron hace a...