Lejanas Conveniencias

CUARTO

"Prepárate para lo peor, pero espera lo mejor" -Daredevil / Daredevil #13

MARCUS

No esperaba que mi atención estuviera tan atrapada en las palabras: Ciudad de Panamá, Panamá. Pero no esperaba que mi decisión de viajar , al primer lugar disponible, y dejar todo atrás se viera en la misma línea que llegar al lugar de mis pesadillas. Una semana entera para tomar la decisión y ese el lugar que me llama. 

La mayoría de las personas se quejan del país por estar lleno de corrupción, lo que es muy cierto, pero la verdadera razón  por la que no puedo estar en el lugar en el que nací son mis padres. Me recuerdan los moretones, las cortadas y sí, los golpes. Papá culpaba mi existencia de todo mal que sucediera en su vida y mi madre, ella siempre quiso guardar las apariencias. No le importó si sufrí o lloré,  solo quería una familia perfecta fuera de las puertas de la casa.
Oculta las manos marcadas que deja mi padre en sus antebrazos con mangas largas y una sonrisa blanca y falsa.

La primera vez que mi padre me golpeó, o al menos es el primer recuerdo que tengo, fui a mostrarle un dibujo. Yo tendría unos tres o cuatro años. Fui corriendo a su oficina dentro de la casa, él hablaba por teléfono y yo no podía dejar de enseñarle lo que ya no recuerdo, tanto ruido lo desesperó. Él gritó, su rostro se deformó en una mueca de ira que me dió pesadillas por meses. Sus ojos parecían que iban a salir de sus órbitas, las venas en su cara roja estaban a punto de reventar. Y ahí, justo ahí, cuando a sus ojos también llegó el tono rojo el dorso de su mano golpeó directamente en mi ojo.
Demoré en conseguir las lágrimas para llorar, recuerdo la sorpresa y ver su mano como un arma letal. Corrí a los brazos de mi ausente madre, pero ella tenía otras cosas que hacer. No podía perder el tiempo consolandome. Esa misma noche mi madre llegó a mi habitación y dijo: Marcus, te lo has buscado niño. A papá no le gusta el ruido. Besó mí frente y me dejó ahí, con las pesadillas inundadas del peor monstruo: mi padre.

Me detengo de mis pensamientos, escucho a la chica frente a mí mientras pide mis documentos y pago para el viaje  al aeropuerto internacional de Tocumen. Dejo mis maletas con ella y avanzo solo con la bolsa que cruza mi cuerpo.

Suspiro. Hubo un punto en el que intenté decírselo a mis abuelos. Pero fui amenazado por mi padre una vez más y creí que debía hacer como mi madre, comencé a usar solo mangas largas y pantalones gruesos para que los golpes no dolieran tanto.
Crecí con terror, pero más que todo: odio.
Odio por un lugar que no tiene la culpa, pero tiene todos los recuerdos de una vida de la que fui salvado por mi abuela Chacha y mi abuelo Tremblay.
Ambos a sabiendas de la calaña que es su hijo. Un hombre con un archivo tan sucio que solo sus amigos poderosos han podido tapar.

Cuando escucho que llaman a los pasajeros de mi vuelo aún estoy algo lejos, así que acelero el paso. Logro llegar  después que la última persona pasa al pasillo de abordaje. La chica con uniforme de la aerolínea revisa mis papeles en mano y me deja pasar.
Me apresuro a mi lugar, me dejó caer en el asiento y trato de centrarme en lo que me espera al final de este viaje.

No será mi madre, o mi padre. No iré a ese lugar de mierda. Si estoy aquí, en camino al infierno es porque creo en la persona a la que veré.
Dentro de todo mi dolor y mi vida de mierda existió un pequeño rayo de luz.

Scarlett fue quien me ayudó a mantener la cordura. O al menos lo más estable que puede estar un adolescente mentalmente aguantando más mierda que solo el típico bully en la escuela.
Llegó con su dolor: el ardor del saber que su hermano no tendría las cosas que soñó. Y me dio su mano, sin importar su pena y su perdida. Me ofreció su hombro para llorar y se fugó de su casa para brindarme los abrazos que no recibí.
Si hay alguien a quien debo ver y agradecer es a ella. Mi único hogar en ese lugar ha sido esa niña de ojos enormes con quién compartí mis peores días. Quien convirtió todo en una monotonía de su nombre en mi cabeza, quién al final ayudó a que el agua bajara y así fue como no llegué a ahogarme. Todo fue por ella. Y es la única razón por la que llegar a mi destino no suena tan mal. 

El tipo del taxi cree que puede agarrarme de pendejo. Soy de aquí, conozco este lugar muy bien y definitivamente no voy a pagar casi quince veces la tarifa del viaje. Ni cuatro horas de viaje me van a poner en cinco segundos de awebasón en un taxi. 

-Mira, de extranjero solo tengo lo pálido. Así que... ¿Qué tal si me cobras lo que debería ser? y yo dejaré una gran e innecesaria propina. 

El tipo me mira desde el espejo y creo que se da cuenta al fin que no está tratando con un gringo. Arregla su gorra y un diente de oro brilla en su sonrisa. 

-Usted es el jefe. ¿Quiere que le suba a la radio?

Mi corazón se acelera, porque a pesar de que sé donde estoy y que he dado la dirección correcta, jamás había estado aquí. El enorme letrero de Olympus me sorprende en neón rosa. El tipo del taxi pita dos veces antes de irse con los bolsillos algo llenos después de llevarme al hotel y dejarme aquí. 
Estoy congelado frente a las puertas, veo un par de personas dentro moviéndose, sé que es temprano aún y que quizá a penas están abriendo. Quizá no está aquí. Trato de respirar y entender por qué mi corazón esta acelerado, por qué me come de miedo dar un paso más. 

Sacudo toda duda y sentido de estupidez en mí. Abro la puerta del local, una campanita de viento anuncia mi entrada.  Busco con la mirada un rostro conocido, que ya sé que ha pasado años ¿ocho? ¿siete? desde la última vez que la vi. Pero estoy seguro de que la reconoceré, la he visto a través de fotos todo este tiempo. No hay un solo ser a la vista, ¿ha comenzado el apocalipsis zombie y no me enteré?

-¡Hey! ¿hola?

Escucho pasos a la parte detrás de una repisa que lleva el nombre de Romance. Avanzo al ruido, a los pasos se unen murmullos. Hasta que encuentro los ojos furiosos de a quien reconozco como Sacha, su amiga de la universidad, con quien he jugado online muchas veces con Scar. Así que asumo que la persona de espaldas a mí es... 
Se da la vuelta y un latido decide retrasarse en mi pecho. La he visto en fotografías, pero... no es lo mismo. Dos inmensas y largas trenzas llegan hasta su cintura, lleva sus lentes de montura negra que es el significado más cercano a: estoy ocupada. Sus ojos siguen siendo iguales, el mismo tono de marrón y ámbar en guerra escondidos por cabellos y ese flequillo es totalmente nuevo. La punta de mis dedos se calientan, mis mejillas deben estar rojas y sinceramente culpo al clima cambiante y bochornoso.  Las palabras se quedan atascadas en mí.

-Ho...hola, Scar.

-¿Qué haces aquí?

Bueno, esa definitivamente no es la bienvenida que esperaba.
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2. Awebasón: en Panamá es sinónimo de tontería o pendejada.

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Hola,
ya es hora del capítulo de la semana. Uno solito para Marcus, ¿aprendieron algo de su vida? ¿Qué opinan de él por ahora?

Dejen sus comentarios sobre qué creen que va a pasar en el siguiente capítulo y... ¿Qué piensan de la reacción de Scarlett?

No olviden la estrellita, eso siempre me motiva.

nos leemos,

xoxo