CAPITULO XXIII - Hadas de nieve

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CAPITULO XXIII

— ¡Príncipe!— Con una enorme sonrisa en los labios, Haruki corrió hasta el hado que ya lo esperaba junto al <Rio de las Joyas Brillantes>. Hayato lucía un poco diferente al ya no llevar su negro cabello peinado hacia atrás. Aun usaba la misma ropa negra y conservaba la barba de candado, pero el cabello ligeramente desordenado y peinado como antaño, le daba una apariencia mucho menos estricta y amenazadora.
—Perdón si me tarde un poco. —Dijo tras separarse un poco del abrazo que le diera al otro a modo de saludo. —Pero papá insistió que trajera comida. —Abriendo el morral que llevaba, le enseñó al hado la pañoleta que envolvía comida suficiente para dos. Por encima, Hayato también pudo ver que el morralito guardaba al parecer un par de mantas, un cambio de ropa y la capa azul celeste con fondo de borrega que Allen le regalara a Haruki en su cumpleaños, haciendo que el bolso luciera algo gordito.

Tras aquella tarde en que el hechizo se rompiera, la relación de Hayato y Haruki era mucho mas cercana. Hayato poco a poco recuperaba su carácter habitual y demostraba el cariño que le tenía al doncelito sin pena ni restricciones, logrando que Haruki se viera feliz, dichoso de que su amor era correspondido.

Vivir juntos era el siguiente paso, después de todo, Hayato se lo había prometido a Haruki como regalo de cumpleaños. Sin embargo, después de una charla, ambos concordaron en que el doncel aún era demasiado joven para vivir con Hayato, y acordaron que cuando Haruki cumpliera 18 años, Hayato lo presentaría ante todo <El Páramo> como <<su reina>> y el muchacho podría vivir formalmente con él. En <El Páramo>, era lo mas cercano que había a una boda. Mientras eso sucedía, Haruki continuaría con sus visitas diarias, usando el colmillo de dragón como recurso para moverse.

—Diaval me ha dicho que la comida de tu padre es deliciosa, y sería un placer probarla. — Dijo extendiendo su mano para que Haruki la tomara y comenzaran a caminar un poco, alejándose del <Rio de las Joyas Brillantes>— ¿Ansioso por ir al <Bosque de las Hadas de la Nieve>?Viendo de reojo al doncelito.

— ¡Si, algo!—Dijo algo mas entusiasmado de la cuenta. Ya que Haruki no se mudaría con Hayato hasta dentro de unos años, y a modo de recompensación, la reciente pareja irían al territorio de las hadas de la nieve, uno de los sueños de Haruki desde que conociera mas de las hadas. — Pero, ¿no crees que se molesten de que vaya a su territorio?— Hasta ahora, había aprendido que las hadas de la nieve eran algo recelosas de su entorno y no se sentían muy a gusto frente a extraños, mucho menos si estos era humanos. Lo que menos quería era incomodar a alguna de ellas.

—No te preocupes. Si vas conmigo, no te dirán nada. — Hayato conocía muy bien al hado líder de las hadas de la nieve, Hinun, y aunque no lo veía desde hacia años, sabía que este no tenía ningún resentimiento con los humanos y Haruki no correría peligro alguno.

La pareja siguió caminando un par de metros mas. <El Páramo> lucia un hermoso paisaje invernal ahora que el invierno estaba en su mejor apogeo, y la oscuridad, desolación y muerte que envolvían todo el territorio, poco a poco se iban desvaneciendo. Ahora que el corazón de Hayato estaba libre de odio, su magia había vuelto a su verdadero color amarillo y empezaba a emplearla para deshacerse del daño que él mismo había causado. Hacer que <El Páramo> volviera a ser y lucir como años atrás, le tomaría al hado años. Sin sus alas y con su poder mágico siendo aún muy débil, la cantidad de magia que podía utilizar para la reparación del territorio sin comprometer su propia salud, era realmente poca. Sin embargo, no importaba cuanto se tardara, arreglaría el daño que había causado.

Páramo Maléfico (YAOI 18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora