CAPITULO XVI - Un nuevo joven aparece

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CAPITULO XVI


Apenas amanecía cuando Allen se removió un poco en su cama. Una suave luz entraba por un pequeño espacio de la ventana que las cortinas blancas, escogidas por Allen cuatro años atrás en un pequeño puestecito en el pueblo cercano al camino que llevaba hacia el castillo, no cubrían.

El rubio lanzó un bostezo antes de incorporarse un poco de la cama y estirar los brazos por encima de su cabeza para así esfumar ese sueño perezoso que siempre venía acompañado en una mañana fría como esa.
Tallándose los ojos, Allen giró su rostro hacia la derecha, sonriendo inevitablemente al encontrar a su pequeño durmiendo con tranquilidad a su lado y sin dar signos que delataran su pequeña huida de anoche.

<<Ya no esta tan pequeño>>, pensó Allen con una sonrisa nostálgica. Parecía que había sido apenas ayer cuando aún arrullaba a Haruki en sus brazos, o le enseñaba a amarrarse las correas de los zapatos. Su hijo había crecido tanto en tan poco tiempo que era increíble que ya fuera todo un doncel fértil de casi 16 años.

La palabra <hijo> le había golpeado con brutalidad en el pecho a Allen, pues con el cumpleaños de Haruki a pocas semanas, era inevitable que llegara el día en que el joven se enteraría de la verdad de su origen, que él mismo había intentado negar mas de una vez.
Él no era el padre biológico de Haruki; y quisiera o no, Stefan, quien si lo era, aparecería para llevarse a su hijo a ese enorme castillo en el que había nacido y al cual pertenecia. Se convertiría en el príncipe de finos y recatados modales que siempre debio de haber sido, se casaria con algún rey rico y poderoso y terminaría por olvidarse del hombre que lo crio en una humilde chocita en el bosque.
<<El dinero y los lujos cambian a las personas>>, siempre se escuchaba decir a los aldeanos cada vez que estos comentaban sobre el granjero o leñador que en su deseo de prosperar, viajaban al castillo para pedir un lugar en el ejercito real. Eran muy pocos los que eran aceptados, pero aquellos que lo lograban tener la dicha de ser entrenados para servir en el ejercito de su majestad, al volver a su pueblos después de años, vistiendo las brillantes y finas armaduras con el emblema del rey, eran completamente otras personas. Del humilde y modesto campesino poco quedaba, y en su lugar solo había el orgullo y la arrogancia tan característica de cualquier soldado. En sus rostros solo se mostraba el desagrado al pasar por esas calles pobres llena de gente con ropa usada y vieja, olvidando que cuando alguna vez ellos habían reído y compartido el pan con los pueblerinos que ahora despreciaban.

Un ligero escalofrió le recorrió la espalda de solo imaginar que su Haruki se trasformaría en un ser banal y egocéntrico en cuanto los lujos del palacio llenaran sus ojos... No, Haruki no era así. Él mejor que nadie conocía a doncelito, y sabia que la sencillez siempre había albergado en el corazón de este.

Sacudiendo la cabeza para apartar aquellas espantosas ideas, Allen apartó las cobijas de su cuerpo y salió con cuidado de la cama para no despertar a Haruki que aun dormía y al cual arropó un poco antes de ir a su pequeño armario y sacar de él un conjunto simple pero abrigador, saliendo poco después de la habitación.

Al bajar por las escaleras, además del ruido de la madera del suelo crujir najo sus pies, se escuchaba el crepitar de la leña que había colocado en la chimenea antes de irse a dormir, y que ahora estaba ya casi en cenizas.

La salita seguía manteniéndose cálida, y antes de que el calor se esfumara, Allen colocó dos de los leños que había junto a la chimenea para que esta siguiera prendida. Atizando un poco los leños, Allen agrego uno mas antes de acercarse al hombre recostado en el suelo y que aun lucía un aspecto pálido pero no por eso menos atractivo. Ahora que tenía tiempo para observar mejor al forastero, se daba cuenta que este poseía atractivas y varoniles facciones, que junto con ese cabello ondulado y tan negro como la noche, hacían que el varón fuera bastante agradable a la vista.

Páramo Maléfico (YAOI 18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora