CAPITULO XX - La maldición se cumple

662 74 46
                                    


CAPITULO XX

-No lo encuentro...- Diaval le dijo a Hayato. Su voz venia acompañada de un casi imperceptible jadeo. Llevaba toda la noche y parte de la mañana buscando a Haruki. Había recorrido de 10 a 15 kilómetros a la redonda de palmo a palmo, volando en diferentes alturas para tener una mejor visión de cada rincón, pero no encontraba pista del paradero del <Solecito>.-No creo que este en <El Páramo>.-Soltó tras unos segundos. Ciertamente, después de horas de búsqueda, dudaba que Haruki siguiera en <El Páramo>, o de lo contrario ya lo habría encontrado y no creía que el jovencito recorriera más de 15 kilómetros a pie en una sola noche como para desaparecer del perímetro en el que lo había buscado.

Hayato observó a su amigo. Se veía igual de preocupado que él por no saber nada del paradero de <La Bestia>, pero también lucia agotado tras horas de permanecer como cuervo. Diaval debía de estar descansando, reponiéndose de esas heridas que si bien, había sanado con el agua curativa del <Rio de las Joyas Brillantes> pero que aun así, debía complicarle cada transformación.

-Sí, yo también lo pienso. -Dijo al hombre-cuervo que intercalaba el peso de su cuerpo de una pierna a otra. -Lo mas seguro es que este en su casa, y ahí es a donde iremos.

- ¿Iremos? -Preguntó algo confundido. Ese era un viaje de varios días a pie, y aun volando se llevaría gran parte de la tarde. Diaval no quería decirlo en voz alta, peo Hayato era incapaz de hacer el viaje ni de una ni de otra forma. Lo mas sensato, y común, era que lo mandara únicamente a él. Sería un viaje agotador dada la poca energía que tenía, pero haría lo que fuera por Haruki.

-Sí, iremos. -Confirmó al extrañado pelinegro. -La maldición está a sólo horas de cumplirse. Tengo que estar junto a Haruki para evitar que...-Tan preocupado estaba, que no se percató que había llamado a <La Bestia> por su nombre.

- ¿Pero como...?-Diaval se rascó la cabeza algo indeciso, sin saber como expresar la duda que tenía sin ser demasiado rudo en sus palabras. Su señor era reservado y sensible respecto al tema de sus alas perdidas, algo entendible considerando como las había perdido, y el hombre-cuervo evitaba a toda costa hablar de ellas.

-No tendré alas con las que volar, pero aún tengo magia. -Dijo ahorrándole terminar la incomoda pregunta.

- ¿Estás loco? Para llegar a la casa de Allen, tendrás que usar una gran cantidad de magia, y debo recordarte que no estás en condiciones para eso. -Su lado protector salió a flote. El nivel mágico de Hayato era muy bajo y si este se excedía en su uso, podía morir. En el pasado, Hayato utilizaba el colmillo de dragón para ir y venir de la casa de <La Bestia> cuando esta era solo un bebé, pero ahora sin este objeto mágico, el hado se veía obligado a utilizar la poca magia que aún le quedaba.

-Al igual que tú no estás en condiciones para transformarte en cuervo. -Dijo con una media sonrisa al dejar a Diaval sin argumentos con los que reprochar. -Descuida, soy capaz de hacer este hechizo de teletransportación sin problema.

Diaval soltó un suspiro. Sabía que sería imposible hacer que Hayato cambiara de opinión, y menos con la vida de Haruki en peligro. Así que sin replicar mas, se colocó frente al hado.
En cuestión de segundos, la magia verdosa de Hayato los envolvió a ambos y con solo un golpecito del bastón del hado en el suelo, desaparecieron.

*

Tal y como Diaval lo dijera, Hayato no estaba en condiciones de utilizar esa cantidad de magia, y solo a un poco mas de la mitad del camino, aparecieron en la espesura del bosque.

Páramo Maléfico (YAOI 18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora