[Tienda 24/7]
Dentro de la tienda 24/7 se encontraba Edgar el cual estaba en el sector de comida congelada, él se veía muy pensativo mientras en sus manos sostenía una bolsa de pizza congelada y en el otro una caja de nuggets, el chico miraba atentamente el precio de cada uno de los productos y a la vez buscaba otra marca o tipo de comida.
Pero...
Aún viéndose tan sereno y tan tranquilo, dentro de él era distinto, Edgar estaba muy avispado por el suceso que había pasado anteriormente.
—¡Maldición! —Dentro de edgar estaba esa duda y esa molestia que lo mataba en su interior—. ¿Qué diablos fue eso que iba hacer con Colette?
Edgar tomó dos bolsas de pizzas congeladas, luego fue al área de bebidas y cogió dos botellas de jugo de naranja, para después ir directo a caja.
Pagó y se marchó, el chico caminaba lentamente ya que sentía un temor de volver a casa y todo era por esa escena que hicieron.
—Aun me siento raro de solo pensar que estuve a centímetro de besar a Colette, no es que sea malo, es solo que... Solo, ¿qué? —Edgar dejó de caminar y se quedó quieto pensando —. Sería malo besarla ¿Por qué sería malo?
Edgar quedó inmóvil por un momento, levantó su mirada y vió que el cielo estaba oscurecido, suspiró profundamente y siguió caminando, le faltaba dos calles para llegar a su humilde hogar.
—Y si por alguna razón esto se descontrola... —Edgar colocaba su mano en su mentón—. Osea, solo no quiero que nuestra extraña amistad se vea dañada por esa cosa que hicimos.
Edgar bajó su mirada hacia el suelo, confuso ante todo y no sabía que hacer para dejar a un lado ese malestar.
—Oye muñeco, ¿Qué haces parado allí?
Una voz sacó a Edgar de su transe, Edgar giró de inmediato en busca del dueño de esa voz y era nadie más que Brock; uno de los dueños del arcade de la ciudad, que al igual que Edgar llevaba una bolsa de la tienda 24/7.
—Hola Brock. —Edgar se acercó al chico y le mostró su puño esperando que él lo saludara de puños, Brock lo hizo al instante que Edgar levantó su puño.
—Amigo parecías una estatua allí en la calle, ¿Qué haces parado allí? —Brock depositaba su mano en el hombro de Edgar, se veía preocupado por el emo de la bufanda.
Edgar vió la mano de Brock en su hombro y luego lo vio directo a los ojos.
—No toques la bufanda. —Edgar apartó la mano de Brock de un manotazo—. Lo siento pero es por tu bien. —Brock se sobaba la mano y solamente reía por lo sucedido.
—El mismo Edgar de siempre supongo que así es como eres tú. —Brock metió su mano (la que fue golpeada) en la bolsa de su pantalón—. Bueno como disculpa me gustaría saber el porqué estabas quieto, aunque ya tengo algo en mente.
Edgar le pidió que fueran a sentarse en algún lugar para hablar más a gusto, por suerte para ellos a la vuelta de la esquina había un parque, ambos se dirigieron hacia unos chinos y empezaron a hablar, Edgar inició la plática.
—Alguna vez creíste estar enamorado de alguien y esa persona es de esas personas de la cuáles no puedes enamorarte ya que es posible de que te apuñale la cara mientras duermes… —Edgar se mecía suavemente mientras juntaba sus manos, de los dedos derechos colgaba la bolsa con compras que había hecho, Brock lo veía tranquilamente con una leve sonrisa.
—Le estás siendo infiel a Colette... —Habló en forma de pregunta, Edgar se sorprendió pero al rato contestó levantando la voz.
—¡Cuántas veces tengo que decir que ella y yo no tenemos nada! —Edgar encaraba a Brock y este con su dedo le golpeó la frente a Edgar, quien se sorprendió y empezó a sobar la parte afectada—. Oye eso dolió.
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Solo son negocios.
AléatoireDescubrirás con el tiempo que lo que vivías era otra cosa y no lo que pensabas. Todo por ser una persona que no ve más allá de su nariz. Está historia narrará la vida diaria de los trabajadores de la tienda de regalos y como su relación de amistad s...